29 enero 2008

Reflexiones blogueras

Últimamente me está resultando arduo y complicado escribir para los blogs, y es que ya no tengo tanto tiempo libre, y el que tengo tiendo a dedicárselo a otros menesteres; otra razón (que bien podría derivar de la primera), es que he perdido algo de interés en los blogs que tengo activos y se me ha pasado en más de una ocasión por la cabeza el dejar de actualizarlos, o poner alguna entrada nueva muy de vez en cuando (sí, más "de vez en cuando" que ahora). Pero al final no cejo en el empeño y prosigo con ello, e intento, a pesar de las dificultades y la falta de motivación, actualizar al menos una vez a la semana; a pesar que hay a veces que pienso que ahora me dan más igual las cosas, sigo escribiendo sobre política, me sigo preocupando por nuestro planeta, me continúa apasionando el cine y los cómics, la literatura de ciencia-ficción y fantasía... Mas de esos últimos temas suelo hablar más bien poco, apenas unas pocas entradas.

Como supongo imaginaréis, para esta nueva entrada tampoco tenía claro el tema que quería tratar, así que como suelo hacer me he puesto a teclear a ver qué salía... y ha salido lo que estáis leyendo, una especie de reflexión, una muestra de mis pensamientos en "voz alta", un intento de dilucidar lo que realmente me importa en estos momentos, lo que me importa y sobre lo que quiero escribir, y ahora llego a la conclusión que no lo sé. No sé qué demonios quiero escribir... Los debates políticos me resultan insulsos (aunque, todo sea dicho, últimamente no veo las noticias, y básicamente me nutro de prensa gratuita), no hay nada en especial que en tales instantes me empujen a dirigirme al ordenador y dejar fluir mis ideas, reflexiones y pensamientos acerca del tema en cuestión.

Esto es, casi con toda probabilidad, una etapa pasajera, después de ella quizás mis ideas y reflexiones quieran salir a toda vela y entonces puede que no pare de escribir; empero también se puede dar el caso contrario, en el que dejaría El BLOG de NEOVALLENSE y Efímeros Pensamientos en el olvido, cerrado con llave en un cajón de mi memoria. Sea cual sea el caso, me da la impresión que a vosotros, mis sufridos lectores, os va a importar un comino.

23 enero 2008

Soy Leyenda

Lo cierto es que, como me ha ocurrido en otras ocasiones, en estos momentos no sé muy bien qué escribir... Miento, en realidad sí que lo sé, lo que pasa es que quizás no me haya dado cuenta de ello... y otra vez miento, pues lo pensé hace un ratito.

Y es que para variar (aunque cuando avance el texto comprobaréis que no voy a variar en verdad demasiado) he decidido hacer una pequeña crítica constructiva (o no) sobre un film. Dicha película es Soy Leyenda.

Para quien no la haya visto y le interese verla le recomiendo encarecidamente que no lea estas líneas, pues pretendo contar cosas importantes de la historia que son importantes en la crítica que pienso hacer. Así que avisados estáis.

Soy Leyenda se basa en la novela homónima de Richard Matheson, en ésta al igual que en la película se cuenta la historia de Robert Neville, un hombre que vive en la más absoluta soledad en la ciudad de Nueva York (en la novela creo que se desarrolla en Los Ángeles... creo), aunque quizá no está tan sólo... En realidad le acompaña su fiel perro y, una vez que anochece hacen acto de aparición "los buscadores de la oscuridad", una especie de vampiros sedientos de sangre.

Pero comencemos por el principio, resulta que a una buena doctora le dio por modificar genéticamente el virus del sarampión, puesto que según ella curaba el cáncer... pero para desgracia lo único que logró fue matar o peor aún, convertir en un mutante sediento de sangre al infectado. Rápidamente el virus se extendió por todo el mundo... En la ciudad de Nueva York (y puede que en el mundo) sólo quedó Robert Neville (su hijita y mujer murieron en un accidente), militar y científico que lleva desde el principio intentado encontrar una cura para la pandemia, aunque sin mucho éxito. Pasa los días enviando mensajes radiofónicos por si hay más supervivientes, cazando para llevarse algo a la boca y yendo al videoclub para "alquilar" películas (aunque no entiendo muy bien cómo es posible que todavía haya electricidad). Llegada la noche se encierra en su fortaleza y hogar, donde además realiza experimentos con ratas y "buscadores de oscuridad" en su incesante investigación del remedio del virus. Él, como ya habréis deducido, es inmune, por lo que el secreto de la cura está en su propia sangre.
He de decir que casi toda la película es un gozo de ver, la soledad del personaje, esos paisajes de Manhatan asilvestrados, la fauna salvaje que anda por sus anchas. Will Smith lo hace muy bien, pero yo diría que el perro que le acompaña (que creo no aparece en los créditos) hace también un papel más que meritorio (mejor que muchos de los papeles del primero), el director Francis Lawrence, al que probablemente conozcáis por Constantine, creo que se ha lucido en casi toda la película... Pero llega el final y se fue todo al garete...

----AHORA Sí QUE SÍ... quien quiera ver la peli que no siga leyendo.

Y es que en el momento en el que aparece esa madre (que salva a Robert Neville cuando está apunto de suicidarse) con su hijito se jode un poco la cosa, pero si todo quedara ahí creo que tampoco sería tan grave.

La cuestión es que dicha mujer le dice a Neville que va al norte, a la colonia de supervivientes. Si quedara ahí todo tampoco pasaría nada, pero es que cuando Neville le pregunta que cómo sabe eso ella le dice que porque se lo dijo Dios... Bueno, aquí el personaje de Will Smith piensa que la tía está mal de la chaveta (el espectador -o sea, yo- también), así que le grita cuatro cosas y ya está...

Lo malo es que dicha mujer, al salvar a Neville, y sin darse cuenta, le ha indicado a los infectados dónde vive éste, así que llegada la noche le atacan en masa. Al final se refugian en el laboratorio, donde Neville y la mujer se dan cuenta que el primero al fin ha hallado la cura. Mas "los buscadores de oscuridad" no entra en razón y les siguen acosando, así que Robert Neville coge una muestra de sangre del espécimen curado y se lo da a la tía, a la que mete con su hijito en un zulo donde estarán a salvo. Pero esto lo hace sólo después de ver el tatuaje de una mariposa en el pescuezo de la mujer (su hijita, poco antes de morir, le hizo el gesto de la mariposa insistentemente). Por cierto Neville se suicida con una granada (matando a unos pocos de los infectados).

En la siguiente escena vemos a la mujer con su hijo llegando a un idílico paraje amurallado donde resiste un buen trozo de humanidad.

Lo que me jode del asunto (si es que no os habéis dado cuenta), es que al final de la película hay demasiada INSPIRACIÓN DIVINA. O sea, a la tía le dice Dios que hay más gente viva en el norte, y Neville se acuerda de un gesto de su hija años atrás y es por ello por lo que recobra la fe, o sea, cree que lo de la hija fue una señal divina o algo parecido... ¡¡Pero qué porquería!! Eso no hay quien se lo crea, vaya mierda... Supongo que a los estadounidenses les parecerá muy convincente, lógico, el fundamentalismo cristiano está muy arraigado allí y es lo más normal del mundo que el personal reciba mensajes divinos (previo chute) de vez en cuando (Bush seguro que ha recibido más de uno, de ahí su cruzada), pero lo cierto es que ese final tan descafeinado Made in USA estropea el buen sabor de boca que deja el resto del film. ¿Por qué no dejaron el final de la novela? Pues porque no era un final feliz... ¡malditos estudios hollywoodienses!

17 enero 2008

Superbacteria homófoba (y otras historias)

El pasado martes leí una (escueta) noticia en el 20Minutos que más que alarma me causó incredulidad. En dicha noticia se decía que había aparecido en algunos hospitales de EEUU de San Francisco, Boston, Nueva York y Los Ángeles una cepa de una superbacteria que se está transmitiendo entre los homosexuales, y además añadía que dicha bacteria sería "realmente imparable" cuando llegara a la población general.

Además de ser una noticia evidentemente alarmista a pesar de ser de poco más de cien palabras, uno al leerla (o al menos en mi caso) no se la creía. La primera causa de ello probablemente sea al ver el titular (el de la portada y de la noticia en sí), que enfatizaba que dicha bacteria causaba alarma en la población gay, y que sólo parecía afectar a éstos. Yo pensé inmediatamente en una historia conspiratoria para cargarse a los homosexuales (como una de las teorías acerca de la creación de virus del SIDA). La segunda causa de mi incredulidad fueron las declaraciones de un tal Binh Diep, investigador de la Universidad de California: "cuando alcance a la población general, será realmente imparable". Dichas declaraciones no me parecen excesivamente sensatas, y más bien parece que esté intentado llamar la atención sobre sí mismo que sobre la superbacteria USA300 (sí, ése es su nombre). Y quizás otra razón más de la poca credibilidad que le daba (y doy) a la noticia es que buscando en la red de redes apenas hay unos pocos portales que la recogen.

Lo cierto es que la bacteria en cuestión sí que existe, aunque por ahora está restringida a ciertos lugares de los EEUU. ¿He dicho bacteria? Craso error, pues su correcta denominación, como ya he escrito líneas más arriba, es superbacteria, esto es, una bacteria resistente a los antibióticos (o al menos a los antibióticos convencionales). Y he ahí el verdadero quid de la cuestión, el uso y abuso de dichos medicamentos, que lo único que logran es que esos microscópicos bichitos cada vez estén más fuertes y se resistan más. Se trata de un tema realmente serio, pues de seguir así los medicamentos que ahora nos salvan la vida podrían volverse obsoletos y, por lo tanto, morirían personas por enfermedades que en la actualidad se consideran insignificantes. Aunque quizás hay alguien que sí que se puede beneficiar de tal hecho, y ese alguien evidentemente son las farmacéuticas, o sea, las empresas farmacéuticas (y no la farmacéutica a la que le compras... las aspirinas), y esto lleva a otra cuestión: ¿es posible que las propias multinacionales farmacéuticas creen superbacterias para después (o antes) crear superantibióticos? Lo cierto es que es posible, ¿quién nos asegura que algunas de esas enfermedades que arrasan poblaciones no sea fruto de una de esas multinacionales? Cuando los medicamentos se convierten en un lucrativo negocio es lógico pensar que quieran aumentar las ganancias, ¿o si no porque las grandes farmacéuticas no dejan de intentar que se pare de fabricar medicamentos genéricos? Si dichas empresas pensasen en la gente que salva sus medicamentos y no en los dividendos que le aportan seguro que no pondrían precios abusivos que hacen que los países del tercer mundo no puedan hacerse con ellas (y si lo consiguen, es a cambio de draconianos acuerdos entre los gobiernos y las multinacionales).


Quizás penséis que me he desviado del asunto, pero lo cierto es que tenéis razón, aunque sólo en parte. Yo quería escribir una entrada acerca de la cada vez más mermada credibilidad de los medios de comunicación, además de intentar plantear algunas cuestiones acerca del mal uso de antibióticos y el abuso de las multinacionales de los medicamentos (ver El Jardinero Fiel para haceros una pequeña idea de esto último). Más o menos he tocados dichos temas, aunque quizá el que apenas he rozado ha sido el primero de los mencionados.

¿Nos creemos las noticias que vemos en la televisión o leemos en la prensa? Cada vez es más común que cada medio cuente la noticia desde su punto de vista, o sea, que su información ha pasado por un prisma distorsionando los hechos, evadiendo la objetividad, poniendo énfasis en los sentimientos. Ya más que informar parece que intenten que lloremos, nos riamos o nos tapemos los ojos de horror, más que informar parece que cada vez más los informativos pretenden ser un mero espectáculo de entretenimiento, una suerte de reality show que nos describe lo que pasa aquí o allá, los presentadores pasan de tener los labios fruncidos a sonreír artificialmente el tiempo que tardan en cambiar de noticia. Además caen en la trampa de promocionar lo que están denunciado (como, por poner un ejemplo, la quema de fotos del rey). En definitiva, los noticiarios, la prensa en general, se está engullendo a sí misma para pasar a formar parte de los simples intereses de personas particulares, de los grandes accionistas.

La información es poder, un poder tal que es capaz de causar guerras, como la guerra entre España y Estados Unidos, que desencadenó el presunto hundimiento del Maine por parte de los españoles, y que acabó con la independencia de Cuba. Ésta se produjo en parte gracias a William Randolph Hearst, cuya prensa sensacionalista manipuló (al igual que lo hizo el propio gobierno de los EEUU, que probablemente fue el auténtico causante de la explosión) los hechos.

Al final sí que me he desviado de lo que pretendía escribir, pero aun así creo que el concepto en sí es el mismo del que pretendía explicar... o eso espero.

11 enero 2008

Ya quedan menos

En Irak, desde que se inició la guerra, han muerto al menos 151000 civiles. Y aun así todavía hay personas que justifican la invasión.

Esas personas parecen haber olvidado que para la ocupación de Irak dieron como excusa, nuestros bienamados George Bush, Tony Blair y José María Aznar (con la compañía de Barroso, expresidente de Portugal -y no el alcalde de Puerto Real-); que en dicho país había armas de destrucción masiva, así como que el gobierno iraquí colaboraba con Al Qaeda. Las armas de destrucción masiva aún no han sido halladas, mientras que la relación con el mencionado grupo terrorista era inexistente. Dichas personas suelen decir que Saddam Hussein asesinó a miles de inocentes (y tienen razón), que ese régimen oprimía al pueblo iraquí (e igualmente tienen razón), mas los que atacaron Irak jamás alegaron dichas causas como motivo, pero, ¿acaso no hubiera ocurrido lo mismo si se hubiera realizado la invasión con dicho pretexto? ¿Acaso no hubieran muerto cientos de miles de personas inocentes?

El papi de Bush tuvo su oportunidad de derrocar al régimen de Saddam en la primera guerra del golfo, pero no obstante cuando ya tenía ganada la misma ordenó la retirada de las tropas como si tal cosa, ¿por qué en aquella ocasión no quitaron al dictador del mapa? Quizás fue porque Estados Unidos tenía suficientes reservas petrolíferas, o porque en dicho momento le convenía que Irak siguiera como estaba.

George Bush ha afirmado en más de una ocasión que los iraquíes ya son libres, mas estoy seguro que a ellos les gustaría librarse mejor de las bombas. Han pasado de que les jodiera un tipo con bigote, a que les joda todo el mundo (EEUU y sus mercenarios -esta guerra es sin duda la más privatizada de la historia-, Turquía, las distintas facciones de la resistencia, grupos terroristas,...). Desde luego ahora seguro que tienen más libertad... para morir.

También me sorprende (y me constriñe las entrañas) que no pocos opinen que los Estados Unidos de América son los que "salvan a Europa y al mundo". Dichas palabras son casi textuales. Esas mismas personas opinan que deberíamos atacar a los países árabes, ya que son una amenaza, pues en éstos toda su población son básicamente terroristas, pues dicen que dicen que nosotros le quitamos Al-Andalus, y que quieren recuperarlo... Supongo que ellos están de acuerdo con las palabras que dijo el siempre sabio Aznar: que nosotros siempre tenemos que pedir perdón por todo y sin embargo ellos aún no se han pedido disculpas por invadirnos hace más de quinientos años -_-. Pero yo pienso al menos que en un alarde de honestidad no estaría mal que comenzáramos nosotros a disculparnos, quizás deberíamos excusarnos por realizar varias Cruzadas, por invadir no pocos países árabes, por apropiarnos de sus recursos naturales; por hacer de sus países nuestras colonias, simples sucursales de las multinacionales... Quizás deberíamos dejar de pegar y comenzar a escuchar, quizás tendríamos que aprender de una vez por todas que usando la violencia, asesinando y torturando sólo se crea más odio.

Esas personas, las que justifican la invasión de Irak, las que piensan que todos los árabes (y todos los musulmanes) son unos fanáticos que tan sólo desean la destrucción de occidente son, evidentemente, unos beodos mentales, pero ante todo son gente que tienen metido el miedo en el cuerpo, gente que todo aquello que ven diferente lo ven como peligroso; pero que sin embargo, tal es su ceguera , que creen que Estados Unidos es lo mejor de lo mejor (que piense que un programador junior de allí sea como un programador con 10 años de experiencia de acá es sólo un ejemplo de ello), cuando es una de las culturas con mayor número de absurdos, una cultura que precisamente es una de las que mayor fundamentalismo tiene. La política de los gobiernos de EEUU es la política del miedo, la de la búsqueda incesante de enemigos, la de las alertas y alarmas innecesarias, la de la censura y manipulación en los medios, la que brinda culto a las armas.

151000 muertos civiles, 151000 familias hechas trizas. ¿De verdad se puede justificar esta cifra?

10 enero 2008

Una Historia Real

Puede que algunos no se lo crean, pero lo que se narra bajo estas líneas, como reza el título, es una historia real. Conozco bien a la persona que lo ha escrito, y puedo dar fe que no suele mentir y que es de mi total confianza, y bien sé que jamás se inventaría nada parecido (no tiene tanta imaginación). Puede que más de uno de vosotros, suspicaces, imaginéis cosas extrañas al observar que el texto está firmado con un pseudónimo, mas el autor de dichas líneas no se atreve a firmar con su propio nombre por miedo a posibles represalias, así que no seré yo quien ignore su deseo del anonimato, pero desde luego me veo obligado a difundir este mensaje, esta historia tan dura, complicada y difícil. Juzgad ustedes por vosotros mismos.


En un lugar de Madrid, cuyo nombre ni me atrevo a mencionar, andaba un hidalgo caballero. Bueno, no andaba en realidad, sino que estaba sentado frente a un monitor y un teclado, sin saber realmente qué hacer salvo estar a la expectativa de que le llamaran y anunciaran al fin que tenían un trabajo para él.

Pero era consciente que dicho acontecimiento era difícil, ya que las próximas fechas festivas (y para más inri navideñas) no eran precisamente proclives a iniciar nuevos proyectos y aún menos proyectos de la índole que él esperaba.

Aun así soportaba estoicamente el hecho de tener que estar sentado en el cómodo asiento, jugando al pinball y leyendo revistas, o quizás echando unas partidas de cartas con sus compañeros de fatigas. Tan sólo le quedaba esperar, e intentar pasar el rato lo más amenamente posible, cosa ya de por sí complicada, mas aún teniendo en cuenta que no dejaba de pasarle por su torturada cabecita una importante pregunta: Al final, ¿dónde me mandarán estos individuos? Pregunta a la que era posible nadie tuviese una certera respuesta en tales oscuros momentos.
Maximus Aurelius 5-12-2007



He aquí el testimonio, duro como ninguno como ya escribí arriba. Pero a veces hay que afrontar los obstáculos de la vida… y superarlos, o quedarse aplastado en el suelo.