27 septiembre 2011

El árbol de la vida

La curiosidad me empujó a ver esta película del nada prolífico Terrence Malick, director que siempre me ha llamado la atención pero nunca he podido ver una de sus obras (empecé a ver El nuevo mundo pero, por razones ajenas a mi persona, no pude llegar hasta su final), así que ésta era la oportunidad de oro para contemplar uno de sus admirados (y odiados) filmes en pantalla grande.

El árbol de la vida (The Tree of Life, 2011) narra la historia de una familia que, al tener una gran pérdida, sufre un Big Bang que provoca la creación del universo.

Definir El árbol de la vida es complicado (de ahí la sinopsis), para muchos es un film extraordinario, una película poética, que reflexiona sobre la religión, la familia, la vida y la muerte, el amor, toda una retahíla de metáforas encadenadas de gran trascendencia. Personalmente me ha parecido una obra de una belleza muy superior a la media, Malick es un esteta perfeccionista hasta el límite, y nos ofrece con este su quinto largometraje cientos de planos de esos que no puedes dejar de admirar. Pero tanta belleza cansa, la película es pesada, se puede convertir en un tostón insufrible para el espectador menos paciente, el director le quiere dar tanta profundidad que olvida que una buena película, además de ofrecer la oportunidad al espectador de pensar sobre su condición humana, tiene un aspecto puramente lúdico. Sin embargo, también pienso que una película como esta es necesaria, ya que hay tantas que olvidan aportar algo más aparte de “sano divertimento”, que no viene mal que de vez en cuando nos llegue algo diferente.

Brad Pitt es el “protagonista” de la historia junto con Jessica Chastain, que actualmente está en cartelera también  con La deuda, y muy pronto con Criadas y señoras; Sean Penn es su hijito, Jack, con unos años cumplidos, y estoy de acuerdo con el propio actor, que criticó cómo había quedado su personaje en el montaje final del filme, es como si le faltara algo, si lo hubiesen eliminado la película no habría perdido nada. Hunter McCracken es Jack infante-adolescente, un chaval que tiene un gran protagonismo y que lo hace realmente bien; les acompañan sus “hermanos”, Laramie Eppler y Tye Sheridan.

Mención aparte se merece la banda sonora compuesta por Alexandre Desplat (aunque también tiene temas clásicos), muy importante además este apartado, porque tantas imágenes hermosas sin una buena música que las acompañase hubiera dado como resultado una obra coja, y Desplat, que este año está muy trabajador, creando muy buenas partituras, lo consigue con nota.

El árbol de la vida es una película rara, son muchos los que han ido a verla atraídos por su reparto y han salido escopeteados de la sala, no es un film fácil de ver, requiere paciencia (mucha paciencia), eso o ser un fan incondicional de su director.


LO MEJOR:
-Cada plano es una delicia visual con tantos matices como espectadores.
-La banda sonora.
-La labor actoral.

LO PEOR:
-Que es pesada.
-Sean Penn tenía razón, a su personaje, tal y como ha quedado en el montaje, le falta algo.

¿Quién debería verla?
Gente valiente y paciente.

23 septiembre 2011

La piel que habito

Esta es la primera película de Pedro Almodóvar que veo en cines, pero si sigue por este camino creo que no será la última. De hecho, a no ser que la memoria me falle, contando ésta, he visto completas dos películas del director manchego. La otra es Todo sobre mi madre.

Inspirada en la novela Tarántula de Thierry Jonquet, La piel que habito (ídem, 2011), nos cuenta la historia de Robert, un cirujano plástico obsesionado con la piel y con conseguir fabricar una que sea resistente a las amenazas exteriores, tales como el fuego o las picaduras de insectos.

La sinopsis anterior es de lo más simple, lo reconozco, pero ante el temor de chafar algo prefiero dejar ese pequeño bosquejo que es tan sólo la punta del iceberg de la décimo novena (dieciocho en realidad, ya que cuento una que realizó en Super 8) película de Almodóvar. La misma es un thriller y un drama, contiene elementos de ciencia ficción y toques de terror, y todo ello sin perder la personalidad del autor. Un filme difícil de clasificar que comienza sin ofrecer respuestas, y que una vez acontece cierto acontecimiento se nos van desvelando poco a poco los porqués, y cuando ello ocurre no deja uno de sorprenderse, sobre todo porque conseguir mantener la credibilidad en ciertos instantes es complicado, y el realizador de Hable con ella lo logra sobradamente, juega sus bazas con sabiduría y nos mantiene pegados a la butaca.

Tras más de veinte años sin trabajar con el intérprete, Antonio Banderas es protagonista principal de una película de Pedro Almodóvar, y lo hace con un personaje complejo, profundamente desgarrado, y enfermo, haciendo un trabajo sin alardes, meticulosamente contenido, pero efectivo; Elena Anaya le da la réplica, en un papel que no cobra por completo sentido hasta bien avanzada la película, y lo hace genial; Marisa Paredes también tiene un hueco importante como sirvienta del primero, mientras el resto del reparto, cuenta con otros nombres como Eduard Fernández, Roberto Álamo o Blanca Suárez.

La piel que habito es un film de venganza y redención, de locura y de ética, de dolor y de amor, una película que nos atrapa poco a poco y no nos suelta hasta el final. Un trabajo arriesgado y valiente, que no dejará indiferente a nadie.


LO MEJOR:
-Cuanto más avanza la trama más te atrapa.
-Que es arriesgada. Que no deja indiferente.
-Un buen reparto y una buena dirección.
-La banda sonora, obra de Alberto Iglesias. Como mínimo, tiene ganada una nominación más al Goya.

LO PEOR:
-Los rótulos, no me pegan, parecen de película de aficionados, sobre todo al comienzo, que me chocaron lo suyo.

¿Quién debería verla?
Si buscas una película que te sorprenda, o al menos que no te deje indiferente, ésta es una gran elección.

¿Y quién no?
Los que odian el cine español y particularmente el cine de Almodóvar, porque está claro que antes de verla ya tendrán dictada su sentencia.

19 septiembre 2011

Arrietty y el mundo de los diminutos

Tras unos días dando la tabarra a propios y extraños, y después de unos meses de espera, al fin he visto el penúltimo trabajo del Studio Ghibli.

Es curioso, pero hasta esta misma semana no era consciente de las ganas que tenía de verla en pantalla grande. Cuanto más noticias salían acerca del número de salas en las que se iba a exhibir, cuanto más se acercaba la fecha, más me iba embargando la urgente necesidad de apremiar a todo el mundo que fuera raudo a un cine y no se perdiera el evento. Sé que no a todos les interesa el cine animado salvo aquel que esté protagonizado por un ogro verde o por tigres dientes de sables y ardillas que persiguen con ansias una bellota, o en general esas cintas que dicen tienen un humor irreverente, pero que por desgracia se están haciendo un tanto repetitivas salvo honrosas excepciones; hay muchos que es ver que se trata de un film no procedente de los grandes estudios de animación estadounidenses, o aquellos que siguen sus pautas, que les da miedo arriesgarse mínimamente, y más si se trata de anime. Por desgracia sigue habiendo prejuicios, y por dicha razón (además de alguna otra) las películas animadas procedentes de oriente que llegan a las salas comerciales son escasísimas, y cuando lo hacen suelen ser estrenos muy limitados. Por suerte, Arrietty y el mundo de los diminutos (Karigurashi no Arrietty, 2010) no es uno de esos casos, habiendo tenido un estreno mucho mejor de lo esperado, y por lo tanto las expectativas de relativo éxito se han disparado entre aquellos que veneramos el estudio creador de Mi vecino Totoro.

Existen unos pequeños seres llamados Incursores que viven escondidos en las casas, dichos Incursores se dedican a tomar prestadas cosas (tales como un pañuelo de papel o un terrón de azúcar), pero siempre teniendo la precaución de que no nos demos cuenta de ello y de que no los veamos cuando lo hacen, ya que si son vistos por algún humano deben de mudarse inmediatamente ante posibles peligros. Arrietty es una Incursora que en su primera exploración por la casa de un “serhumano” es vista por un niño enfermizo llamado Shô...

Hiromasa Yonebayashi, de 36 años, se convierte en el director más joven que ha dirigido una película del Studio Ghibli. Esta es su primera incursión en el largometraje como director, pero no obstante no es un novato como lo era Goro Miyazaki al realizar Cuentos de Terramar, sino que tiene muchos trabajos a sus espaldas, habiendo realizado tareas de intercalador en La princesa Mononoke hasta ocupar puestos de mayor responsabilidad como fue en El viaje de Chihiro, así como en otros trabajos fuera del estudio fundado por Hayao Miyazaki e Isao Takahata en 1984. De hecho, en esta ocasión el maestro Miyazaki no quería dejar nada al azar y ha apoyado y trabajado desde el primer momento en el proyecto, escribiendo él mismo (junto con Keiko Niwa) el guión que adapta libremente el libro de Mary Norton.

Desde el primer instante se me dibujó una sonrisa, y en mis labios permaneció hasta el fundido al negro. Yonebayashi no llega al nivel de las obras dirigidas por Hayao Miyazaki, sin embargo sí que son muchos los momentos que transmite esa magia que sólo las películas del maestro suelen transmitir. Durante la poco más de hora y media de metraje demuestra imaginación y soltura, sobrados recursos y talento para esperar grandes obras futuras. Lo cierto es que Arrietty y el mundo de los diminutos, aunque no llegue al nivel de las grandes obras del estudio, es una dulzura de película de principio a fin, su colorido y una maravillosa primera parte, hacen que sea absolutamente fascinante ir descubriendo el mundo de los humanos (y el de los mismos Incursores) junto a la protagonista.

Arrietty es un personaje al que adoras nada más aparece fugazmente por vez primera, otra de las muchas féminas de carácter fuerte y decidido que tanto le gusta escribir al creador de Nausicaä del Valle del Viento, es ella la gran protagonista de la cinta; el otro personaje clave es Shô, un niño humano que va a pasar unas semanas en una casa en mitad del campo buscando tranquilidad ante su enfermedad, es un chiquillo triste, que no aprecia la vida, que no ve futuro, pero que aprenderá mucho gracias a una pequeña e inesperada amiga. Haru es otro personaje clave para el futuro de los Incursores, hace años que creyó ver a unos de estos seres y está obsesionada con demostrar que existen; mientras que Sadako, la (creo) abuela tía de Shô, quiere creer que existen, pero dejarlos vivir tranquilos. También aparecen los padres de Arrietty, la madre es un poco histérica y está demasiado acomodada, mientras que el padre es un tipo de pocas palabras, pero que se preocupa mucho por el futuro de su hija.

Otro punto que habría que destacar es la banda sonora, es la primera vez que un artista no japonés compone por completo la partitura (Carlos Núñez colaboró en algunos temas del soundtrack del debut de Goro Miyazaki), es la músico francesa Cécile Corbel la que pone melodías (y canciones, más de las habituales) a las imágenes, y hay que decir que es un gran trabajo, muchas melodías estilo celta con un cierto deje de tristeza.

Arrietty y el mundo de los diminutos es una pequeña delicia de principio a fin, un filme detallista que estoy seguro ganará con el tiempo y los revisionados, es un prometedor debut que nos hace sentirnos más optimistas sobre el futuro de Ghibli, que nos hace vislumbrar que una vez se retiren Takahata y Miyazaki podremos disfrutar durante mucho tiempo con nuevos trabajos del que es uno de los mejores estudios de animación del mundo.


LO MEJOR:
-Su primera parte me resultó especialmente hermosa.
-Que transmite con pasmosa facilidad emociones. Tiene muchos pequeños detalles.
-Que es un gran debut en la dirección.
-Una gran banda sonora.
-Buen doblaje al español (con más de una voz conocida).
-Que Aurum haya realizado un estreno de estas características, espero que el público responda positivamente.

LO PEOR:
-Los prejuicios de muchos, que les impiden ver ésta y otras grandes y pequeñas joyas de animación.

¿Quién debería verla?
Si te gusta el cine animado y especialmente si disfrutaste con filmes precedentes de Ghibli. Tanto niños como adultos la disrutarán.

Leer en Muchocine.net

16 septiembre 2011

¡Hoy estreno!

Hoy llega a nuestras salas la penúltima película del Studio Ghibli, dirigida por el debutante Hiromasa Yonebayashi, Arrietty y el mundo de los diminutos, que adapta el libro de Mary Norton.


 
¡¡ID AL CINE SIN FALTA!!

13 septiembre 2011

Sin reservas

Esta no es una película que tuviera en mi agenda para ver, sin embargo acabó por engancharme gracias a un comienzo de esos que atrapan, por lo que en vez de hacer lo que tenía pensado, terminé por acomodarme, arroparme y verla (si aún existieran los anuncios en TVE habría sido otra historia).

Kate es una chef de cierto prestigio que lleva un control absoluto sobre su trabajo y vida, pero un día se ve obligada a hacerse cargo de su sobrina, y encima su jefa contrata a un sub chef de lo más extravagante; ambas cosas la harán sentir que pierde el control sobre lo que la rodea.

Como ya comento en el primer párrafo, fue el inicio del filme lo que me hizo visionarla por completo, ya que dicha parte nos presenta al personaje interpretado por Catherine Zeta-Jones, y es un personaje que atrae, y no sólo por la belleza de la actriz; además no tarda mucho en aparecer el punto de giro que el espectador sabe bien supondrá un descuadre para la vida del controlador personaje, y para rematar el duro palo ve como su feudo es invadido por un hombre excéntrico del que desconfía desde el primer instante. Si bien desde ese preciso momento sabemos cuál será el final, Sin reservas (No reservations, 2007) es un film que se degusta de principio a fin, a pesar de que no mantenga ese gran interés y curiosidad que despierta al principio, durante el resto del metraje se deja ver y hay ciertos destellos de lo que nos ofrecía al principio, como, por poner un ejemplo, el momento en que Nick hace que Zoe vuelva a comer en condiciones.

Otro punto a destacar de esta película, dirigida por Scott Hicks (Shine, Corazones en Atlántida), es, además de la música de Phillip Glass, el trío protagonista, empezando por la ya nombrada Catherine Zeta-Jones (La trampa, Chicago) que realiza una interpretación muy creíble; pasando por la niña Abigail Breslin, que ya sorprendió a propios y extraños en Pequeña Miss Sunshine, y que aquí lo hace francamente bien; y un jovial Aaron Eckhart, muy diferente al personaje que encarnó un año más tarde en El caballero oscuro; sin embargo los secundarios no sobresalen especialmente, debido sobre todo a que los protagonistas son el centro de los focos o, mejor dicho, de los fogones.

En definitiva, Sin reservas es un drama romántico (y al parecer remake del filme alemán Deliciosa Martha) disfrutable, con sus toques de humor, un comienzo muy bueno, buenas interpretaciones, y un final feliz.


LO MEJOR:
-El principio del filme, si hubiese mantenido ese nivel durante toda la cinta habría sido un peliculón.
-El reparto, sobre todo el trío protagonista.
-La banda sonora.

LO PEOR:
-Que pierde interés a medida que avanza la trama, con algún que otro repunte en ciertos momentos. Eso sí, nunca llega a estrellarse.
-Que es predecible.

¿Quién debería verla?
Los que hayan visto Deliciosa Martha y sientan curiosidad por ver la visión americana, aunque ya por los protagonistas es una razón plausible para su visionado, y si también disfrutas de los dramas románticos con final feliz, pues mejor que mejor.

08 septiembre 2011

Ghost in the Shell 2.0

En el año 1995 Mamoru Oshii sorprendió a todo el mundo con una de las películas más impactantes de los noventa Ghost in the Shell. En ella se combinaba de una forma nunca vista la animación tradicional y digital, dando como resultado uno de los filmes animados más impresionantes que se habían visto hasta la fecha, y si a eso se le añade una historia (que adaptaba el manga de Masamune Shirow) plagada de acción que reflexionaba acerca de la condición humana, y una banda sonora de lujo, tenemos todos los ingredientes necesarios para crear un film de culto.

En 2008, para conmemorar el estreno de la imprescindible The Sky Crawlers, se estrenó en Japón un remozado del mencionado filme, obviamente me refiero a Ghost in the Shell 2.0 (Kôkaku kidôtai 2.0, 2008).

Nos encontramos en el año 2029, la Sección 9, con la ciborg Motoko Kusanagi a la cabeza, investiga un caso de un hacker llamado el “Titiritero”, que piratea los “espíritus” para controlar así a las personas.

Lo primero que hay que dejar claro es que Ghost in the Shell 2.0 es prácticamente igual que la versión del 95, lo que la diferencia son algunas secuencias que se han realizado en CGI con planos ligeramente distintos, la fotografía no es ahora con tonos verdosos sino dorados, siguiendo el estilo de Ghost in the Shell 2: Innocence o Avalon, y ya está, todo lo demás es igual, incluso el doblaje en español lo han dejado tal cual sin ningún cambio (el japonés parece que sí lo han realizado de nuevo, aunque con los mismos actores), por lo tanto que nadie espere una reinvención de la historia o de las escenas. A pesar de ello, o más probablemente por todo ello, este filme sigue siendo tan fascinante como el anterior.
GITS 2.0 vs. GITS

Hablaba en Akira que su inicio era uno de los mejores que había visto en mi vida, con Ghost in the Shell me pasa lo mismo, su secuencia inicial es de esas que te atrapan, que te presenta un mundo supertecnificado sin necesidad de explicarte nada, luego, después de maravillarte, te saca de ese ensueño donde la tecnología es el Dios a quien adorar para mostrarte los arrabales de la misma, pasamos de los grande rascacielos a la suciedad de las calles, donde los humanos intentan reafirmarse como individuos y no perderse en la marabunta que supone la gigantesca ciudad, un cruce entre Hong Kong y Tokio, y tampoco diluirse en la Red de redes, mantener la conciencia de que se es humano.

He aquí la gran cuestión de la que se habla, ¿qué es lo que nos hace humano?, ¿acaso no lo es un programa que dice ser consciente de su existencia y reclama asilo como ser viviente? Si sólo te queda el cerebro de tu cuerpo original, ¿eres humano?, ¿cómo sabes que ese cerebro no es en realidad una placa base con circuitos integrados y microchips?, ¿cómo sabes que no te han programado para pensar que tienes cerebro?, ¿cómo sabes que tus recuerdos son tuyos?

Ghost in the Shell 2.0 no añade nada a la película original y ni falta que hace. Sólo es una puesta al día de su entorno visual, para que sea así más coherente con Innocence y la filmografía (cyberpunk) en general de Oshii. La red es vasta e infinita, y Ghost in the Shell una obra maestra.


LO MEJOR:
-La animación, los escenarios..., visualmente es apabullante.
-La dirección de Oshii.
-La maravillosa banda sonora de Kenji Kawai.

LO PEOR:
-¿Para qué hacer una revisión de un film perfecto?

¿Quién debería de verla?
-Sí te gustó la original ésta te seguirá gustando igual.

¿Y quién no?
-Si esperas ver muchos cambios respecto a Ghost in the Shell.

Las escenas:
Hay varias escenas de este filme que me encantan, una es, como ya he comentado, la secuencia inicial; otra es el momento en el que Kusanagi y Batou charlan en la bahía (ese contrazoom le aporta una gran intensidad); la tercera podría ser la batalla que mantiene Kusanagi con el acorazado, sobre todo gracias a un gran uso de la banda sonora; y luego tenemos también la típica escena que mete Oshii en buena parte de sus películas, que es una gran música que acompaña a unas imágenes espectaculares, sin diálogos.

02 septiembre 2011

Eagle. La forja de un presidente, de Kaiji Kawaguchi

Ya que Glénat relanzó varios de sus mangas a un precio más que competitivo, decidí hacerme con uno que me llamaba bastante la atención, Eagle. La forja de un presidente.

Como su título indica, la historia de Eagle se centra en la carrera que sigue un candidato, en este caso del partido Demócrata, hasta llegar a la Casa Blanca. Empezando, como no podía ser de otro modo, con la lucha fratricida de las primarias, para posteriormente enfrentarse a su rival del partido Republicano. Lo que hace especial al asunto es que el candidato en cuestión es estadounidense de origen japonés, por lo que lo tiene aún más difícil. Paralelamente está la historia de Takashi Jo, joven periodista de un diario nipón que ha sido seleccionado por Kenneth Yamaoka (el mencionado candidato Demócrata) para que siga su campaña. Obviamente el chaval se pregunta por qué lo elige a él siendo un novato sin nombre en el mundillo, aunque muy pronto el mismo Kenneth se lo hará saber.

Si bien la historia no comienza mal, tampoco lo hace de forma espectacular, uno se lee el primer tomo interesado, pero sin sensación de estar leyendo algo especial. Es a partir del segundo tomo cuando la cosa empieza a ponerse verdaderamente emocionante, cuando te atrapa y le vas cogiendo cariño o tirria a los personajes, algunos de ellos, por cierto, pueden llegar a ser sumamente ambiguos, como el propio Kenneth, mientras que otros, en contraposición, resultan transparentes, como Jo, pero siempre cada uno de ellos siguen sus propios sueños y/o intereses, lo que hace que en ocasiones choquen de forma inevitable. A pesar de las centenares de páginas de cada tomo, no se hacen pesadas, Kawaguchi es un genio a la hora de generar intriga, por lo que constantemente crea preguntas al lector y con ello ganas de seguir leyendo para obtener respuestas.

La labor de documentación de Kaiji Kawaguchi debió de ser titánica y agotadora, porque cada una de las tramas, subtramas, los diálogos, todo, rezuma veracidad. Y es que la fiesta de la democracia tiene poco de fiesta y mucho de guerra, todo vale para hacer caer al rival, hacer públicos sus trapos sucios, chantajear, amenazar, incluso el asesinato, todo vale para tener la opción de ser el líder de la nación más poderosa del mundo. Precisamente, gracias a esa gran documentación, es por la que seguro consiguió que la realidad imitara a la ficción en otra ocasión, me refiero, obviamente, a los paralelismos del manga que nos ocupa con la campaña hacia la Casa Blanca de Barack Obama, el primer candidato no caucásico que se presentó y encima ganó las elecciones de Estados Unidos, si bien la campaña donde se desarrolla Eagle es de 2000, y Obama ganó en 2008.

Respecto al dibujo, el estilo de Kawaguchi, lo que es a mí, no me llama especialmente la atención, no obstante poco a poco me fui acostumbrando y acabé por adaptarme. No se puede negar que cada viñeta está muy trabajada, que los fondos son detallados y realistas, y que los personajes son expresivos, y, en fin, que el dibujo consigue transmitir emociones.

En cuanto a la edición hay que decir que es más que correcta. Su precio original era de diez euros los tres primeros tomos y quince los dos últimos, con el relanzamiento dicho precio se quedó en la mitad, por lo que más ajustado imposible, sobre todo si tenemos en cuenta que son tomos de más de cuatrocientas páginas, superando las seiscientas el quinto volumen. El papel es bueno, no tiene sobrecubiertas ni solapas, pero tampoco hace falta, las portadas son muy llamativas y capturan perfectamente el espíritu de la obra, y la traducción también es satisfactoria. Además al final de casi todos los tomos (el cuarto creo que era el que fallaba), a modo de epílogo, hay artículos de diferentes autores, algunos de notable interés.

En fin, que en Eagle. La forja de un presidente podréis encontrar muchas intrigas políticas, ser testigos de lo que ocurre tras la puerta trasera de eso que se llama democracia, la ardua lucha por el poder, donde el dinero juega un gran papel, y donde las traiciones son el pan de cada día. Un seinen harto recomendable, sobre todo si eres de los que disfrutan con un buen thriller político.


LO MEJOR:
-Que la historia te atrapa cada vez más.
-El estilo de dibujo puede gustarte más o menos, pero no hay que negar que es muy detallista y cuidado.
-La edición de Glénat en megatomos. Incluso sin rebaja su precio era bueno.

LO PEOR:
-Nada viene a mi memoria que sea tan malo como para ponerlo aquí.