28 diciembre 2011

Misión: Imposible - Protocolo Fantasma

Tras una incursión en el Kremlin, el agente Ethan Hunt, y todo miembro de la FMI, es considerado terrorista. Hunt y su equipo tendrán entonces que seguir la pista de Kurt Hendricks, un peligroso terrorista sociópata con ínfulas mesiánicas, para no solo demostrar su inocencia, sino también para evitar una guerra nuclear a escala planetaria.

Basándose en la famosa serie emitida entre los años 1966 y 1973, el director Brian de Palma llevó a la gran pantalla, en 1996, Misión: Imposible, un thriller de argumento enrevesado y espectaculares escenas de acción; cuatro años más tarde el hongkonés John Woo fue quien se encargó de una secuela, también espectacular, pero con una trama mucho menos intrigante y elaborada (para que el público medio norteamericano lo asimilara mejor, decían) y con unas erratas de parvulario sobre la cultura española; seis años más tuvieron que transcurrir para que realizaran la tercera parte, en esta ocasión estando a la batuta el productor y realizador televisivo de culto J.J. Abrams, en el que fuera su debut cinematográfico, por lo que las expectativas eran mayúsculas, y si bien el resultado era superior a la segunda entrega (en ese aspecto Woo dejó las cosas fáciles), se quedaba un poco cojo en conjunto. Pasan otros cinco años y el hombre que aparece como cabeza de lista en las tres mencionadas producciones decide que es el momento de hacer otra entrega, para esta ocasión el director seleccionado fue nada más y nada menos que Brad Bird, prestigioso realizador de filmes de animación, tales como los maravillosos El gigante de hierro y Ratatouille, que ha conseguido realizar, posiblemente, la entrega más espectacular y trepidante de la franquicia.

Y es que ya desde el prólogo del rescate de la prisión, el ritmo y la tensión están cuidadosamente medidos, metiéndonos de lleno en la escena; posteriormente, cuando han de infiltrarse en el Kremlin, nos topamos con una de las secuencias de infiltración más singulares que recuerdo, siendo verdaderamente emocionante y divertida; tras ella los agentes son fugitivos, perseguidos y perseguidores a la vez, puesto que su objetivo no deja de moverse en pos de lograr sus ambiciones, así, de Rusia viajan a Dubai, donde están los momentos más espectaculares (impresionante esa escalada y esa carrera sobre el gigantesco rascacielos); para luego llegar a la India, donde tendrán que seducir a un playboy con el rostro del presentador de ¿Quién quiere ser millonario? de Slumdog Millionaire y acabar con una pelea contrarreloj en un sofisticado aparcamiento.

Casi toda la película es un vehículo para el lucimiento de su protagonista y productor, Tom Cruise, que cada vez que ve que su carrera pierde fuelle recurre a la saga para levantarla; no hay que negar que el que fuera El último samurái está en muy buena forma y se arriesga haciendo él mismo escenas que ponen los vellos de punta, su entrega es total y eso se nota en pantalla. El equipo que ha reunido en esta ocasión es tan heterogéneo como siempre, Jeremy Renner, actor que se dio a conocer gracias a En tierra hostil, es Brandt, un analista que esconde más de un as en la manga; Paula Patton (Precious) es la chica del grupo, una mujer hermosa (cómo no) y de armas tomar; Simon Pegg (Zombies Party, Paul) es de los pocos actores que puede decir que ha aparecido en más de una película de la saga, y en esta parte tiene un mayor protagonismo, su personaje es el que da el necesario toque de humor; Michael Nyqvist es el malo maloso de la función, seguro que lo reconoceréis por su trabajo en la trilogía original de Millenium; Tom Wilkinson (La conspiración) y el perdido Josh Holloway, tienen también sus apariciones, breves pero interesantes, así como la bella Léa Seydoux (Robin Hood), que aquí tiene un personaje frío y letal, creo reconocerla de haberla visto en anuncios de perfumes. Otro que no se pierde la función, de hecho es el único junto a Tom Cruise que no se ha perdido ninguna, es Ving Rhames, aunque su papel en esta ocasión no tiene mucha importancia que se diga. Hay algún nombre más, pero no me alargaré, salvo añadir que el equipo es consistente y carismático.

Después de tres entregas había dudas razonables de que una cuarta supliera las ganas de intriga y acción de los seguidores de la franquicia, pero por suerte Misión: Imposible - Protocolo Fantasma (Mission: Impossible – Ghost Protocol, 2011) ha superado con éxito el examen, siendo la mejor de las secuelas, y estando a la altura de la primera película. Muy recomendable.


LO MEJOR:
-Gran estreno en imagen real por parte de Brad Bird.
-Tiene un gran ritmo y es muy espectacular.
-La banda sonora de Michael Giacchino.
-La escena del Kremlin y lo que acontece en Dubai.

LO PEOR:
-Lo poco que hay de negativo se suple con lo positivo.

¿Quién debería verla?
Si te gusta los thrillers de acción, y muy especialmente si eres seguidor de la franquicia.

¿Y quién no?
Si eres detractor acérrimo de Tom Cruise.

23 diciembre 2011

El gato con botas

El gato con botas (también conocido como el amante mimoso) vaga por tierras salvajes como un forajido, robando para ganarse la vida (aunque nunca roba ni a iglesias ni a huérfanos), mientras intenta limpiar su nombre. Un buen día se entera de que las habichuelas mágicas están en poder de dos facinerosos, por lo que pronto decide ir a por ellas. Pero en su camino se topa con una gatita muy mala y un huevo con patas que tiene un plan.

Desde su aparición en Shrek 2, estaba cantado que tarde o temprano iban realizar un spin-off del personaje, ya que instantáneamente conquistó el corazón de los espectadores, gracias principalmente a la personalidad que le otorga el magnífico doblaje de Antonio Banderas. Así, El gato con botas (Puss in Boots, 2011), ha dejado de ser un secundario para ser el protagonista principal de su propia película, donde somos testigos de cómo se convirtió en... ¿leyenda?

Chris Miller, codirector de Lluvia de albóndigas y Shrek Tercero, se ha encargado de dirigir en solitario este proyecto, escrito a ocho manos ni más ni menos, del que no pocas sombras había, ya que la saga del ogro verde de donde proviene despertaba menos interés por cada nueva entrega (yo solo he visto las dos primeras, y he de decir que ninguna me entusiasmó). Por fortuna, nos hayamos ante un film que si bien no marcará un antes y un después en el mundo de la animación, sí que podría ser el inicio de otra rentable franquicia para DreamWorks, ya que ha resultado ser un trabajo muy divertido, con momentos verdaderamente buenos, como la visita del gato a la taberna, o la caída libre del castillo, donde Humpty Dumpty intenta hacer que vuele un pollo bizco. Además técnicamente también es muy resultón, los fondos están cuidados y los escenarios, aunque son desérticos la mayoría (confiriéndole un ambiente muy de western), están notablemente cuidados.

En fin, que El gato con botas es una película que, sin ser especialmente original, sí que divierte de principio a fin, gracias a un protagonista muy carismático, unos secundarios que también se hacen querer, y un desarrollo en el que priman las aventuras y el humor. No esperaba gran cosa, así que salí contento del cine.


LO MEJOR:
-El doblaje del gato protagonista, Antonio Banderas ha dado en el clavo con este personaje.
-La secuencia de la caída libre del castillo tiene momentos memorables.
-La persecución por los tejados también es muy vistosa.
-Visualmente es muy atractiva.

LO PEOR:
-Miau.

¿Quién debería verla?
Quien gustara de la saga de Shrek seguramente disfrutará especialmente.

19 diciembre 2011

La conspiración

Hacía unos añitos que Robert Redford no se ponía tras las cámaras, exactamente desde Leones por corderos, un film con un gran contenido político y con el rostro de Tom Cruise como reclamo principal. Las críticas fueron más bien tibias y el público no respondió en masa, no era precisamente una película muy comercial. Y ahora, cuatro años después, vuelve a la carga como realizador con otra obra con contenido político y una visión no excenta de crítica sobre uno de los hechos más importantes en tierras yanquis, que no fue otra que el juicio por el asesinato de Abraham Lincoln.

La conspiración (The conspirator, 2010) cuenta el juicio realizado a Mary Surrat, madre de una de las personas que conspiraron contra Lincoln. Un joven abogado, antiguo combatiente unionista en la guerra civil, será el encargado de defenderla muy a su pesar, pues desde el principio la cree culpable. No obstante, al ver las irregularidades que se cometen en la causa, empezando por el tribunal militar, pondrá un mayor ahínco para obtener justicia.

Sin duda lo que más llama la atención de La conspiración no son unos efectos especiales espectaculares, ni movimientos de cámara imposibles, sino su historia y forma (y la valentía) de contarla. El ojo de Redford es siempre certero, mostrándonos desde los prolegómenos del juicio hasta su final todos los acontecimientos sin edulcorante alguno para atraer a más público; ni aparece ondeando la bandera estadounidense gracias a un viento propicio (el típico primer plano visto tantas veces en la saga Spiderman, por ejemplo), ni hay sitio para el patriotismo barato que venden tantos filmes hollywoodienses, sino que narra una injusticia de principio a fin, y todo ello con unos personajes que se mueven en una escala de grises, nada de santos y diablos. Es esa la mayor virtud y el gran logro de esta octava película del realizador de El río de la vida, que, ciertamente, no sé cómo la habrán acogido sus patriotas conciudadanos, pero que muchos de estos deberían verla para saber un poquito más sobre su historia.

La que fuera la hermosa princesa prometida del conocido film ochentero, Robin Wright (Forrest Gump), pone su maduro y aún hermoso rostro a Mary Surrat; su trabajo, muy contenido, es impecable, el de una madre que intenta proteger a su hijo a la vez que procura salvarse a sí misma. James McAvoy, al que hemos visto en películas de acción como Wanted, y en brillantes adaptaciones de tebeos y de novelas, da vida a Frederick, un abogado con muchas dudas pero de sentido de la justicia enraizado. Secundan Tom Wilkinson (La deuda), como el senador que delegó la labor de defender a Mary; Kevin Kline (El último show), cuyo personaje está más interesado por una venganza rápida que por otra cosa; Evan Rachel Wood (Across the Universe) es Anna Surrat, la abnegada hija de la acusada; y la televisiva Alexis Bledel (Las chicas Gilmore) es la querida de Frederick. El reparto es más amplio, hay otros buenos intérpretes, como el irlandés Colm Meaney (Un ciudadano ejemplar), pero mejor dejo de nombrar para no aburrir más de la cuenta.

No es de esos films que atraen a multitudes, no viene precedida por una megacampaña de marketing, pero no cabe duda de que La conspiración es una gran película que merece mucho la pena de ver, ya que recrea unos hechos históricos más que relevantes para la historia de EEUU, y que no deja, a mí entender, en buen lugar las bases desde las cuales se ha construido el imperio estadounidense, aunque claro, pocas naciones no tienen una viga en el ojo.


LO MEJOR:
-Robin Wright y James McAvoy.
-El guión y la dirección.

LO PEOR:
-Nada.

¿Quién debería verla?
A quien guste el cine de corte clásico y de juicios disfrutará especialmente.

13 diciembre 2011

In Time

Nos encontramos en un futuro indeterminado. El hombre ha logrado manipular con éxito sus genes de tal forma que una vez cumple veinticinco años no cambia su aspecto, se mantiene joven eternamente. Solo hay un par de peros, que al cumplir dicha edad el reloj empieza a ir en tu contra, y que la moneda de cambio es el tiempo. Que quieres tomarte un café, en vez de los ochenta céntimos de ZP apoquinas cuatro minutejos, que se te apetece comprar una casa, pues eso te puede costar toda una vida, por lo que no te queda otra que pedir un préstamo y quedar a merced del banco y de las interminables jornadas laborales. Will Salas es un trabajador de veintiocho años reales que vive el día a día en Dayton, más conocido como “el gueto”, junto con su hermosa madre; una noche se encuentra con un tipo con tiempo de sobra y ganas de suicidarse, lo salva de unos matones y como compensación se entera de la verdad tras el sistema. Poco después sufre en sus carnes lo cruel e injusto del mencionado sistema, y decide tomar cartas en el asunto para hacer pagar a los culpables.

Gattaca es una de las películas que más me han impactado en mi vida, el mundo dividido en castas que describía Andrew Niccol me resultó aterrador y real, la historia simplemente fascinante. No cabe duda de que con In Time (ídem, 2011) Niccol pretendía repetir la jugada, ya que al igual que el film protagonizado por Ethan Hawke, Jude Law y Uma Thurman, nos presenta un mundo futuro, pero estéticamente muy cercano al nuestro, de hecho el diseño de los vehículos, por ejemplo, nos retrotrae a una época pasada (lo que viene a ser retrofuturismo, tan de moda últimamente). Así, tenemos una sociedad claramente diferenciada en castas, según el tiempo que posean vivirán en una zona horaria u en otra, desde la opulenta New Greenwich, hasta el gueto, la peor de todas, donde la muerte es el día a día. Es muy complicado cambiar de zona, casi imposible debido a los elevados precios de los peajes, así se aseguran que no se mezclen las clases sociales, y de que los más pobres no tengan otra que competir (o delinquir) entre ellos para sobrevivir. La idea me parece brillante, el guionista de El show de Truman y realizador de El señor de la guerra consigue trazar evidentes paralelismos entre nuestra sociedad y la de su película, donde unos pocos tienen un contador de miles de años mientras que otros apenas ganan para vivir otro día más; exactamente como ocurre en la realidad, donde unos cientos de individuos se forran a base de especular, robar y timar en los famosos “mercados”, mientras que la mayoría de la población vive asfixiada y otros muchos incluso mueren de hambre. Por desgracia, a pesar de una premisa tan suculenta, el resultado es fallido.

El desarrollo del argumento es interesante al principio, podríamos considerarlo así hasta que Salas es detenido, cuando emprende su huida ya comienza a fallar. Porque que regrese al gueto de forma tan sencilla me resultó muy poco creíble, que cuando llegue al mismo se tropiece con ciertos delincuentes me pareció notablemente extraño y, bueno, en general, muchas de las cosas que pasan después no me las acabé de creer por falta de una explicación coherente (o de una explicación a secas), y aunque alguna se intenta dar, no me convence. Otra cuestión es la evolución de los personajes, y no hablo su transformación en una especie de Robin Hood, sino más bien en su actitud en momentos puntuales, algunas frases que me desentonaron, entre otros detalles.

Hablando de los personajes, a estos le dan vida un puñado de actores, todos ellos, obviamente, bastante jóvenes. Como protagonista indiscutible tenemos al cantante y últimamente actor Justin Timberlake (Bad Teacher), al inicio me gustó más su papel que al final, pero en líneas generales desentona un poco; Amanda Seyfried es la acompañante a su pesar, hasta hace poco esta actriz de inmensos ojos solo hacía papeles en películas bastante blandas, como Mamma Mia!, pero parece que está apostando por filmes más maduros con esta participación y futuras películas, como en el biopic de Linda Lovelace, la protagonista de Garganta profunda; Cillian Murphy (Origen) es un actor todoterreno, aquí como policía del tiempo está un poco desaprovechado, pero cumple; Olivia Wilde (Cowboys & Aliens) tiene un papel pequeñito pero vital, su belleza embriaga, lástima que en el tráiler ya te destripen su destino.

De In Time no esperaba una nueva Gattaca, pero sí una obra bien realizada y, sobre todo, desarrollada, mas Andrew Niccol no ha logrado esta vez sacar todo el jugo que tenía su idea, ha rasgado apenas la superficie, se ha quedado en varias secuencias de interés y poco más, ya que los personajes no resultan atractivos, y no me refiero al físico.


LO MEJOR:
-La idea inicial y toda la crítica que se hace sobre el sistema imperante.
-Los ojos de Seyfried.
-Ese pequeño homenaje a Gattaca.

LO PEOR:
-Que sea un material desaprovechado, es una pena.
-La falta de química entre Timberlake y Seyfried.
-El tráiler, por desgracia no pude evitar verlo, destripándome con ello acontecimientos muy importantes.

¿Quién debería verla?
Si buscas un film de ciencia ficción con muy buenas ideas y un envoltorio atractivo.

La escena:
El baño de Will y Sylvia en la misma playa donde se retaron los hermanos de Gattaca.

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07 diciembre 2011

Un método peligroso

David Cronenberg ha forjado un gran tándem creativo con Viggo Mortensen desde que se encontraran en la alabada Una historia de violencia, después de esa película director y actor han trabajado juntos en Promesas del este y en esta producción que nos ocupa. En Un método peligroso (A Dangerous Method, 2011) se nos narra la difícil amistad entre Sigmund Freud y Carl Jung, así como la relación del último con una de sus pacientes, Sabina Spielrein.

La mayor parte del film, sin embargo, se centra en la relación de Jung con su paciente, es el eje de la trama, y es la parte que más interesante me ha resultado, al menos cuando Spielrein todavía es paciente. Si bien el primer contacto de Jung con Freud y otros posteriores captaron por completo mi atención, no es menos cierto que durante el tercer acto (y, quizá, una porción del segundo), donde podemos ver cómo los caminos de maestro y alumno divergen cada vez más, se me hizo menos amena, podría decirse que tras la desaparición de la escena del libertino personaje de Vincent Cassel (Cisne negro), la historia que escribe Christopher Hampton basándose en un libro propio y otro de John Kerr, pierde interés.

Lo que es innegable de principio a fin es el buen trabajo de los actores y del director. Cronenberg es un realizador veterano con una variada filmografía a sus espaldas, sabe muy bien cómo llamar la atención del espectador contando lo que quiere contar y con quienes desea, empezando por el nombrado Viggo Mortensen (La carretera) que no es el protagonista de la historia y cuya primera aparición se hace esperar, pero que nos muestra a un Freud carismático; continuando por uno de los intérpretes de moda de este año, Michael Fassbender (X-Men: Primera Generación) que solo nos falta verlo anunciar sopa, y seguro que incluso así lo haría bien; Keira Knigtley (London Boulevard) es la tercera en discordia de un triangulo nada amoroso, sinceramente no sé muy bien qué pensar de su actuación, pero no hay que negar su evidente esfuerzo en insuflar credibilidad su complicado papel; la cuarta a mencionar del escueto elenco sería Sara Gadon (Detrás de las paredes), joven actriz con unos ojazos realmente hermosos, y un papel a la sombra del de Fassbender, tan a la sombra como pudo estar la mujer del famoso psicólogo.

No me ha entusiasmado Un método peligroso, es una buena película, está bien dirigida, ambientada e interpretada, pero en algún momento su desarrollo no genera mayor interés, se hace incluso un pelín larga, con varias secuencias candidatas a ser el final incluidas. Sobre todo disfrutarán de ella los seguidores del realizador canadiense.


LO MEJOR:
-El reparto.
-La dirección, la fotografía.
-Las conversaciones entre Jung y Freud.

LO PEOR:
-Pierde fuelle bien avanzada la trama.

¿Quién debería verla?
Quien guste del cine de Cronenberg, sobre todo del Cronenberg de los últimos tiempos.

02 diciembre 2011

Harry Potter y la Orden del Fénix

Rescato esta reseña que tengo medio perdida desde hace un año. Está escrita antes de ver las dos últimas películas del mago gafotas (la sexta sigo sin verla).
***
La que es la quinta entrega de la saga del niño mago, empieza con un ataque de dos Dementores a Potter en el mundo muggle, tras lo que sufre un juicio por parte del ministro de magia, quien no cree que Quien-Tu-Ya-Sabes haya vuelto, y por lo tanto incita toda una campaña de desprestigio hacia Dumbledore y el propio Harry. Además, para controlarlos, manda a Hogwarts a Dolores Umbridge donde en principio será la nueva profesora de Defensa Contra las Artes Oscuras, pero acabará por imponer un régimen dictatorial.

David Yates (quien no tenía experiencias con largometrajes, aunque sí había dirigido diversas series) fue a quien encargaron este trabajo, y lo cierto es que el realizador de las cuatro últimas películas de Harry Potter no llega a la altura de sus predecesores con esta su primera incursión en el mundo mágico de J.K. Rowling, firmando para mí la peor película de toda la franquicia (hasta donde he visto en estos momentos...), no logra dar un ritmo narrativo coherente, sino que tiene constantes altibajos, con momentos interesantes e incluso de cierta intensidad mezclados con muchos otros un tanto apáticos y faltos de chispa; además, en las escenas con las que supuestamente deberíamos emocionarnos es raro que lo consiga, y eso que ya conocemos bien a los personajes y por lo tanto les tenemos más o menos cariño. O sea, el resultado final resulta un tanto frío, y eso que el elenco sigue siendo el mismo, pero da la impresión que, o estaban cansados de meterse en los mismos personajes, o Yates no les dirigió todo lo bien que pudiera haberlo hecho, porque las interpretaciones en general son sosas, librándose quizá la multipremiada Imelda Stauton, que hace de una Umbridge del todo repelente, y que se come con patatas prácticamente al resto del reparto.

No sé si será cuestión que han comprimido excesivamente la historia, pero a Harry Potter y la Orden del Fénix (Harry Potter and the Order of the Phoenix, 2007) le falta lo que sí tenían los entregas anteriores en mayor o menor medida, no consigue como debiera que conectemos con los personajes. Aún así, como film fantástico de aventuras, es un producto que entretiene.


LO MEJOR:
-Los efectos especiales, la fotografía...

LO PEOR:
-El ritmo, notablemente fallido.
-Apenas logra emocionar.

¿Quién debería verla?
Los fans de la saga (que ya la habrán visto hace cuatro años por lo menos).

¿Y quién no?
Si no te gustaron las anteriores, ésta lo hará menos.

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