13 marzo 2012

9ª Muestra Syfy de Cine Fantástico

Durante los pasados días 8, 9, 10 y 11 de marzo, tuve la fortuna de asistir otro año más a la Muestra Syfy de Cine Fantástico, la cual me transportó mágicamente a Marte, me hizo sufrir las inclemencias de una Tierra postapocalíptica, sentir el peligro de unos chupasangre muy parecidos a zombis, viajar a la Luna en una misión que la NASA nos ocultó, vivir el último y soporífero momento del mundo, asistir temeroso a la visita de un extraterrestre que solicita reunirse con todas las naciones del mundo, volver a visitar un planeta dominado por los simios o viajar a una aldea gallega maldita.

Este año la Muestra ha tenido muchas novedades, la más evidente es el cambio de cine, del Palafox al cine Callao, una sala más grande y menos “escondida”, pero no por ello más querida, aunque quizá por eso de tener mayor capacidad de espectadores (y de que este año sí que haya habido patrocinadores, y no haya habido regalos) sea el motivo por el cual tanto las entradas como los bonos han sufrido una rebaja más que considerable (y muy agradecida), y se nota más aún cuando la octava edición sufrió una subida generalizada de precios. Otra novedad radica en que este año ha sido una muestra temática, o al menos el tema del fin del mundo es el asunto que la vertebra; seis de las dieciséis películas proyectadas se pueden considerar que tocan de una u otra manera el mencionado leitmotiv (aunque no sean todas propiamente apocalípticas).


El film inaugural fue John Carter, una de las adaptaciones más esperadas por los amantes del cine de género, aunque buena parte de la sala salió decepcionada, no es por ello menos cierto que entraron ya con un disgusto, que no fue otro que la obligatoriedad, como ya ocurriera el pasado año, de dejar cualquier dispositivo electrónico capaz de grabar en una consigna montada para tal efecto. Creo que no hace falta ser un genio para darse cuenta de lo estúpido de la medida impuesta por la distribuidora, sobre todo porque la película se proyectaba en 3D y se estrenaba al día siguiente e incluso ya se había estrenado en varios paises, además de que no hacían distinción entre un móvil como el mío que puede grabar dos minutos como mucho y un smartphone, y tampoco sabría precisar si incluso retenían terminales sin cámara. La misma jornada inaugural se proyectaba El gabinete del doctor Caligari con música en vivo de Pegasvs, pero tal y como se habían dispuesto las cosas o veías una u otra, ya que empezaban con media hora de diferencia, ¿por qué no proyectar una después de otra? El motivo exacto no lo sé, pero creo que eso habría sido lo mejor.

En la segunda jornada hizo acto de presencia Leticia Dolera, a la que añoramos en la anterior edición y durante la inauguración de esta, en la presentación de la primera película (este año no ha habido proyección de los cortos de Donosti) del día, Hell, se equivocó (como otras tantas veces, todo hay que decirlo) en lo que ha fechas se refiere, pero como la chica es tan simpática se lo perdonamos y todos. Después del film postapocalíptico germano, que lo que es a mí me gustó bastante, vino uno de vampiros titulado Stake Land, filme a ratos serio a ratos cómico, bastante irregular según mi opinión, pero con momentos muy buenos; el plato fuerte del día era Hobo with a shotgun, con Rutger Hauer como protagonista y mucha violencia de por medio, tiene más de una escena desagradable y de dudoso gusto, pero no se puede negar su honestidad y que resulta divertida. Le puso la guinda al primer día Stonehenge Apocalypse, un telefilme de la propia cadena Syfy que fue comentado por el grupo Trash entre amigos, o sea, Nacho Vigalondo, Raúl Minchinela, Rubén Lardín y el Señor Ausente se encargaron de darle chispa a este pésima película, demasiado larga para ser la última sesión (comenzó sobre la una de la noche), pero aún así pasamos un buen rato.

El sábado comenzaba temprano la Muestra con una sesión matinal de Lórax, en busca de la trúfula perdida, pero el que quien escribe se levantó con un dolor de cabeza considerable, por lo que opté por saltarme la sesión y así disfrutar sin dolor los otros cinco largometrajes del día. Después de llenar mi estómago con media decena de empanadillas chinas y tallarines fritos, me puse en la cola (donde por suerte ya estaban algunos de los compis con los que llevo disfrutando año a año las muestras Syfy), recogimos las gafas con monturas un poco mariposonas y visionamos The Prodigies en 3D, film de animación francés con un presupuesto considerable y una idea no muy bien aprovechada; le siguió la española rodada con cuatro duros, Atrocious, peli con la que me lo pasé bien, pero que no gustó a la mayoría del personal (demasiados planos de matojos); tras el terror hispánico vino The Woman, film galardonado en algún que otro festival y que Heitor ya había visto en Sitges y no le dejó muy contento, pero que sin embargo gustó al grupo (y yo diría que a los asistentes en general); la norteamericana Apollo 18 está dirigida por un realizador español que estuvo allí para presentarla y, después de la proyección, responder a las preguntas del respetable, la película me resultó entretenida sin más, y el director se ganó mi simpatía. La última sesión del día fue para el fin del mundo según Abel Ferrara en 4:44 Last Day on Earth, film con muchos toques experimentales y que por lo general me aburrió. Después solo quedó ir a casa para descansar y afrontar con energías el último día de la Muestra, día que apuntaba maneras.

Último día y allí estaba yo, en la cola, pocos minutos pasadas las tres de la tarde, quería tener las mejores butacas posibles para la sesión doble de Phenomena, iniciativa creada por el cineasta Nacho Cerdá, y que incluía ni más ni menos que dos clásicos como son Ultimátum a la Tierra y El planeta de los simios, el segundo ya lo había visto, pero el primero no, y con ambos gocé a raudales. Tras los clásicos vimos un film que lo mismo con los años se convierte en uno, de The Innkeepers no sabía ni de qué iba, pero, a pesar de tener un comienzo un poco anodino, me lo pasé de miedo en esta acertada mezcla de humor y de buen terror. Y la obra que supuso el fin de la 9ª Muestra Syfy fue Lobos de Arga, con la que nos reímos mucho, se nota que está hecha, como dijo su director allí presente, con mucho amor y cariño. Tras la proyección el realizador y su protagonista respondieron con mucha simpatía a las cuestiones que le plantearon algunos de los espectadores.

La organización sigue siendo tan imperfecta como siempre, pero el nivel de la 9ª Muestra Syfy de Cine Fantástico ha sido superior a la anterior, sobre todo porque ha sido muchísimo más variada y desde luego esta vez sí que ha sido de cine fantástico, no nos hemos visto saturados por secuestros ni desmembramientos (aunque algunos parece ser que es precisamente ese tipo de trabajos lo que buscan -fue lo que escuché mientras hacia cola para Lobos de Arga-) y las películas han tenido una calidad bastante más regular, no ha habido ningún bodrio por completo infumable, por lo que tampoco ha destacado ninguna especialmente (quitando las clásicas, yo me quedo con The Innkeepers). El ambiente sigue siendo el mismo para bien y para mal, con un público muy entregado y siempre dispuesto a decir cualquier tontería (o aplaudir) a la mínima, y por supuesto Leticia sigue metiéndonos en sus bolsillos como quiere, recordándonos lo que echamos de menos el Palafox e incluso repartiendo chocolatinas cual Reina Maga. Si la Tierra resiste, el próximo año habrá una décima edición a la que espero poder acudir.


Nota: En los próximos días y semanas, si el tiempo y las ganas lo permiten, habrá reseñitas de todas las películas de la muestra.

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