En el año 2010 salió a la venta un libro donde Manuel Robles, creador del blog decano en España sobre el Studio Ghibli, diseccionaba la filmografía del estudio de animación japonés a la par que nos contaba parte de su historia y de la de sus integrantes más importantes. Fue una publicación que dejó buenas impresiones y que se ha vendido bien, por lo que era cuestión de tiempo que una segunda entrega, que cubriera los filmes que faltaban, viera la luz.
Y tres años después, un poco antes, por suerte, de lo que esperaba un servidor, se ha puesto a la venta el segundo volumen de Antología del Studio Ghibli, abarcando en esta ocasión doce años en forma de películas animadas, y añadiendo además los cortometrajes y otros trabajos, así como un detallado paseo por el Museo Ghibli.
La estructura de la Antología del Studio Ghibli de los Yamada a Kokuriko (1999-2011) sigue siendo, coherentemente y en términos generales, la misma que el volumen precedente. En las primeras páginas nos encontramos con el índice y la terminología básica, por si acaso todavía hay despistados que no conozcan ciertas palabrejas muy utilizadas entre los aficionados al manganime; para posteriormente pasar a la introducción, donde el autor da las gracias por la acogida del primer libro, nos hace un resumen de los contenidos y los objetivos del volumen a la par que aprovecha para publicitar su magnífico blog, y por último dar los oportunos agradecimientos a diferentes personas por su colaboración. Es a partir de la página diez donde empieza a comentar las películas.
En las dos primeras páginas de los filmes, junto con una gran imagen que nos da una idea del tono y el estilo del mismo, se nos muestra el título y diversa información, como los premios y nominaciones más importantes, la duración de la cinta, la fecha de estreno, el tiempo de producción, el equipo técnico principal, los números de cels y la recaudación de taquilla. En las dos páginas siguientes comenta el momento histórico que vivía el estudio durante la realización del filme, el porqué de la decisión de realizar ese proyecto y no otro, la elección del director, etcétera. Seguidamente se centra en la película propiamente dicha, explicando su argumento de forma más o menos breve, y luego comentando dicho argumento (las fuentes de las que bebe, su complejidad...), los detalles técnicos del filme (las técnicas empleadas, las novedades tecnológicas, las dificultades...), y, si hay ediciones en formatos domésticos (DVD o Blu-Ray), también hace una reseña de las mismas. Por último el autor da la opinión que le merece el filme, mojándose en los aspectos más controvertidos, si los hay, de la obra. Tras ello, y en caso de que nos encontremos ante una adaptación, dedica un espacio a la obra original, informando sobre el autor y haciendo hincapié de las diferencias existentes entre la versión en papel y la animada. Por último, dedica sendos espacios a la música, desglosando todos los compactos existentes y recomendando los que, a juicio del autor, son los más destacados, y los libros de arte, que al igual que el anterior apartado informa de las ediciones publicadas y de cuáles pueden tener mayor interés para el aficionado. A todo esto hay que sumar la ficha de los personajes principales, los “Sabías qué...” a píe de página, y otros destacados más o menos grandes donde se hace un inciso e hincapié en alguno de los aspectos de la producción, se informa sobre alguna obra relacionada, sobre alguien del equipo técnico u otros aspectos que no tengan cabida en las secciones mencionadas.
En el anterior volumen, después de los análisis de las películas, se le dedicaba un amplio espacio al merchandising generado por las mismas. En este entrega este apartado ha desaparecido, dedicándosele, a partir de la página ciento cuarenta y seis, toda una sección al Museo Ghibli. Son más de treinta páginas dirigidas sobre todo a aquellos que no lo hemos visitado, ya que además de describir sus diferentes plantas y sugerirnos un recorrido, también nos indica la forma de llegar al lugar y las diferentes maneras de conseguir una entrada. A todo ello se le añade que narra brevemente la historia del museo, sorprendiendo algunos detalles, como eso de las “donaciones” a la ciudad de Mitaka (habrá que pensar bien, pero eso se da en España y sin duda serían más bien “comisiones”). También hay una sección donde se nos informa de los libros sobre el Museo Ghibli, las exposiciones especiales que han realizado desde que se inaugurara, la mercadotecnia y, uno de los subapartados más interesantes, los cortometrajes que se han proyectado en exclusiva en el Saturn Theatre (la sala del museo), así como los discos con sus bandas sonoras.
La última parte del libro está dedicada a otros proyectos del Studio Ghibli, los anuncios, mediometrajes, reportajes, el Studio Kajino (filial de Ghibli que produce películas de imagen real), videoclips, videojuegos en los que han tenido algún tipo de participación (ya sea el estudio o alguno de sus miembros), entre otras curiosidades; como las mascotas diseñadas por Miyazaki, el gran concierto de Joe Hisaishi en el Budokan o la obra de teatro de La princesa Mononoke. Las cinco últimas páginas nos ofrecen, por una parte, un avance de las dos nuevas películas de Ghibli, Kaze tachinu y Kaguya-hime no Monogatari, y, por otra, un repaso de parte de la bibliografía a la que ha recurrido el autor.
¿Las novedades importantes respecto al primer libro? Sin duda los dos últimos apartados, el dedicado al Museo Ghibli (incluyendo en él los cortometrajes) y el de los otros trabajos del estudio, así como la inclusión de páginas a color (setenta y cuatro páginas en total).
Al igual que la Antología Ghibli Volumen 1, esta segunda entrega está escrita con un lenguaje sencillo y ameno. Sus diferentes secciones, así como los destacados y una buena maquetación, hacen posible que la lectura sea dinámica y agradable, además del hecho de que todos los textos estén acompañados por imágenes (y más aún cuando son en color).
En general el texto está más pulido que el primer libro, aún así, se pueden apreciar reiterados errores ortotipográficos (repetición de palabras, caracteres trasladados o que faltan) que deja en evidencia el trabajo de edición de la Asociación Cultural del Cómic (Japonés) y Dolmen Editorial, eso, o que simplemente cogen el material y ni se molestan en revisarlo. Al autor se le puede achacar en ciertos puntos la reiteración de palabras o coletillas, que hace que la lectura se haga menos placentera, aunque según mi punto de vista también es algo que si hubiera habido una revisión previa un poco más concienzuda se habría corregido en su mayor parte (o establecer un periodo de tiempo para que el autor pudiera despegarse del texto y autorevisarlo posteriormente de forma más clara). Pero, siendo justos, dichas fallas son perdonables por el lector, y desde luego deben de ser corregidas para futuras ediciones.
En cuanto a la edición. El formato, obviamente, es el mismo que el primer volumen (21x21 cm), sus doscientas dieciséis páginas están impresas en blanco y negro y color en un buen papel satinado, y encuadernadas en tapa blanda con una bonita portada con el rostro de Sin Rostro. El precio oficial es de 15,95 euros, pero yo me lo he comprado por un euro menos (y ponía que era precio del editor), así que no me queda clara esta cuestión.
Manuel Robles nos ofrece con su segundo libro mucha información (alguna de ella puede que conozcan aquellos que sean amantes de Ghibli, pero otros muchos detalles raramente será así debido a lo que hay que rebuscar hasta encontrarlos) y un recorrido no solo por las últimas películas del estudio, sino por más de una década de historia de los creadores de auténticas joyas animadas. Una obra muy recomendable, imprescindible para los amantes de la buena animación.
LO MEJOR:
-Que la primera entrega tuviera suficiente éxito como para sacar otra más.
-Mucha información, expuesta de forma amena y clara.
-Las páginas a color, el recorrido por el Museo Ghibli..., y todo lo demás.
LO PEOR:
-Los errores, en su mayoría sin mucha importancia, pero que enturbian un muy buen trabajo.
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