18 diciembre 2016

Matrix - Referencias, influencias y precedentes (1)

Introducción
Como toda buena obra postmoderna, Matrix tiene un sinnúmero de referencias (e influencias) que conforman una mezcolanza de homenajes a géneros, referencias mitológicas, literarias, de cómics, filosóficas y, como hemos visto, incluso religiosas, logrando a pesar de ello un todo coherente. He aquí algunas de ellas.

Cine
Es evidente la influencia que ha ejercido en las hermanas Wachowski, y particularmente en su segundo film como realizadoras, el cine de Hong Kong, de ahí que insistieran en fichar a Yuen Wo Ping, actor, director y coreógrafo (esto último en películas tales como la saga Érase una vez en China (Once Upon a Time in China, 1991)), como coreógrafo para las luchas de Matrix y sus secuelas (e, incluso, para el videojuego Enter the Matrix).

Lo obvio para deducir tal influencia está en las escenas de artes marciales y las acrobacias que los propios actores ejecutan, secuencias que, como en las grandes películas hongkonesas, no detienen la trama, sino que forman parte de ella, de hecho son una parte muy importante, el argumento avanza a través de las mismas. A ello se le suma que la acción está rodada con planos largos, con coreografías fluidas, manteniendo siempre un ritmo trepidante pero sin que resulte caótica; el espectador nunca deja de tener claro qué pasa en cada momento, porque la imagen, aun en continuo movimiento, es clara y la yuxtaposición de los planos coherente. Y un hecho sin precedentes en el cine hollywoodiense (aunque estemos hablando de un film rodado en Australia) la utilización de cables para las peleas y el que los propios actores ejecutaran todas las escenas de acción (salvo las acciones más arriesgadas, tales como chocarse contra una pared), para las cuales se tuvieron que preparar durante cuatro intensos meses a las órdenes del mencionado Wo Ping y su equipo. La estética también bebe del cine de Hong Kong y, más concretamente, del de John Woo, en cuyos filmes (como Un mañana mejor (A Better Tomorrow, 1986), Honor, plomo y sangre (A Better Tomorrow II, 1988) o Hard Boiled (Hervidero) (Hard Boiled, 1992)) los protagonistas también usan gafas de sol, gabardinas y ropa oscura (y disparan a dos manos).
Las influencias no se quedan solo en el cine de Hong Kong, sino también en géneros típicamente americanos, como el policíaco o el western. El primero de ellos queda patente en la primera secuencia del film, cuando un policía tiene la típica conversación de las jurisdicciones con los Agentes frente al Hotel Lafayette; mientras que el segundo es claro el homenaje en la pelea de Neo contra Smith en el metro, donde sopla un viento que hace volar periódicos cuales arbustos secos, e incluso se escucha el sonido de una serpiente de cascabel.

Manga, anime y cómic
Otro indudable referente para los realizadores está en el manga y el anime, el tebeo y la animación niponas. Aunque sin duda sus autores conocen Akira (ídem, 1988), no creo, como afirman algunos, que sea un filme que haya influido especialmente en la concepción de Matrix (aunque sí algo más en sus secuelas), aun siendo coincidentes en plantearnos un mensaje de conflicto entre lo tecnológico, lo no natural, y el hombre, además de participar de las mismas claves genéricas. Claves que también comparte otro filme ciberpunk, Ghost in the Shell (Kôkaku kidôtai, 1995), del que sí que bebe, y mucho, como han reconocido las propias hermanas Wachowski.

El film de Mamoru Oshii nos presenta un futuro en el que un grupo de fuerzas especiales, comandado por la teniente Motoko Kusanagi, tiene que enfrentarse a un hacker que piratea los “espíritus” de la gente y toma el control de las mismas, resultando finalmente que es una inteligencia artificial creada por el ejército que ha adquirido consciencia; paralelamente, la teniente Kusanagi, una cíborg a la que le queda de humana solo el cerebro, se plantea su identidad y lo que significa ser humano. Entre Ghost in the Shell y Matrix se observan varias similitudes además de las comunes al género, empezando por los títulos de crédito, donde una serie de dígitos de color verde se acaban convirtiendo en letras, cierto predominio del mencionado color según en qué escenas (esta similitud deja de serla en la remasterización del film de Oshii de 2008), las gafas de sol y ropas oscuras que suelen llevar los protagonistas (y, específicamente, Motoko, que puede haber sido una fuente de inspiración para Trinity) y terminando con parecidos en secuencias como en la que Motoko recibe una lluvia de balas mientras las esquiva entre columnas, acabando las paredes destrozadas.
Las influencias van más allá de estos dos filmes, se puede afirmar que Matrix (y todavía más Reloaded y, especialmente, Revolutions) es un manga en movimiento, una sucesión de viñetas en imagen real. Por si no quedaba claro, esta influencia se vio ratificada con la creación de Animatrix (ídem, 2003), una serie de nueve cortos de animación realizados por importantes estudios y directores japoneses (y también un estadounidense y un surcoreano).

Es indudable, y lógico, que si Matrix tiene influencias del manga también las tenga del cómic occidental que, aunque ambos tienen sus diferencias estilísticas y narrativas, también tienen mucho en común. Así pues, Matrix bebe temática y estéticamente del cómic. Por un lado las angulaciones de la cámara, los planos forzados utilizados, son típicos en el noveno arte, los decorados nocturnos tienen una atmósfera similar a tebeos de ambientación oscura, como puede ser la Gotham de Batman; los poderes de Neo pueden encajar perfectamente con los de muchos superhéroes, esa imagen final en la que vuela con la gabardina ondeando recuerda inevitablemente a Superman (superhéroe que también tiene una historia con cualidades mesiánicas); el mismo tiempo bala es un intento de detener el tiempo, de mostrar una viñeta con movimiento, con los personajes estáticos o prácticamente estáticos mientras la cámara se mueve a su alrededor.

Literatura
Aunque las influencias literarias son abundantes, hay dos autores fundamentales en el entramado de Matrix: William Gibson y Philip K. Dick.

William Gibson es considerado como el padre del ciberpunk y Neuromante, su primera novela, el prototipo y obra magna del género. En esta se nos presenta un futuro nada halagüeño, donde sus habitantes viven aplastados por la tecnología, una tecnología fría a la par que atractiva y adictiva. Case, el protagonista de la historia, es un pirata informático cuya capacidad para conectarse al ciberespacio ha sido inutilizada, es contactado por Armitage que le propone liberar a Neuromante, una IA que pertenece a una de las familias más ricas del mundo, a cambio de recuperar su capacidad de conexión. Al igual que Matrix, Neuromante (y, por ende, toda novela adscrita al ciberpunk) tiene un fuerte mensaje humanista al mismo tiempo que muestra fascinación por la tecnología (en el film traducido en el uso de los efectos visuales y en el indudable atractivo del mundo virtual, en la novela en la necesidad del protagonista y los que le rodean en conectarse), una contradicción que es uno de los leitmotiv del género.
Por otro lado, Philip K. Dick, cuyas alucinadas (y diría que casi alucinógenas) historias vienen a ser un precedente del ciberpunk. La constante en la obra (y, probablemente, en la vida) de este autor es la incapacidad de distinguir lo real de lo no real, punto sobre el que también se reflexiona en el filme de las Wachowski. Así pues, en Tiempo desarticulado Raggie Gumm resuelve cada día un concurso-acertijo con el que se gana la vida, y que resulta ser que en realidad es un oficial del ejército que después de sufrir una crisis nerviosa es sumergido en un mundo artificial desde donde le mandan pistas a través de los acertijos para que, sin saberlo, combata al enemigo (selenitas ni más ni menos). Mientras que en La penúltima verdad los hombres, tras una guerra nuclear, viven en el subsuelo fabricando robots para continuar con el conflicto, mientras son informados de los avances de este a través de los informativos; el protagonista entonces sale a la superficie y descubre que no hay guerra, sino que una élite de políticos, millonarios y militares se han encargado de engañarles a base de crear falsos noticiarios con maquetas. En Ubik, probablemente la novela más famosa de Dick junto con ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, Glenn Runciter acepta un trabajo en la Luna y muere en una explosión, sin embargo sus empleados siguen recibiendo mensajes suyos mientras que empieza a haber extraños cambios en la realidad. Y así podría seguir nombrando la mayor parte de los títulos de obras largas y relatos de Dick, en las cuales la mayoría de las veces el lector acaba teniendo serias dudas de lo que era real y lo que no.

Night of Delusions, de Keith Laumer, es otra novela que podría haber tenido su influjo en las Wachowski. En ella se narra la historia de Florin, detective que es contratado para proteger a un senador que sufre alucinaciones. Florin descubre que está dentro de una especie de máquina de sueños capaz de impactar en la auténtica realidad, aprende a manipularla y desarrolla poderes divinos, por lo que al final de la novela puede hacer cualquier cosa salvo responder a la cuestión de si lo que experimenta es real o si todavía está soñando.
Otro referente literario evidente es el de Alicia en el País de la Maravillas y Alicia a través del espejo, ya sea por citas que sacan de las novelas de Lewis Carroll, como el mensaje de “sigue al conejo blanco” que aparece en el ordenador de Neo, el comentario que le hace Morfeo a este cuando está apunto de salir de Matrix “ahora te sentirás un poco como Alicia, cayendo por la madriguera del conejo”; así como la frase que le dice justo antes, cuando le ofrece las pastillas roja y azul “si tomas la roja te quedas en el País de las Maravillas, y yo te enseñaré hasta dónde llega la madriguera de conejo”. Además de ello, está un tema muy recurrente a lo largo de todo el metraje de Matrix como son los reflejos. Reflejos en un pomo de una puerta, en el espejo retrovisor de la moto de Trinity, en las gafas de Morfeo, en una cuchara, los cristales del edificio del gobierno, o la substancia viscosa en la que Neo se refleja y que, al tocarla, lo envuelve...; reflejos que aparecen hasta en la música de Don Davis, que indican, de nuevo, la naturaleza de la simulación neurointeractiva.

Hay otro clásico literario supuestamente infantil al que se refieren los personajes, Cifra en este caso, que dice “abróchate el cinturón, Dorothy, porque vamos hacia el mundo de Oz”. De El mago de Oz también se pueden extraer otros paralelismos, como con el mago que da nombre a la novela y el Oráculo. De ambos se habla con sumo respeto y, cuando los protagonistas se encuentran con ellos, tan solo les dicen lo que necesitan (o quieren) escuchar, dándole la confianza en sí mismos que les faltaba.

Otras entradas:

2 comentarios:

Chechu Rebota dijo...

te reconozco que de las tres películas la primera es la que me parece más redonda.
Es una lástima que con el transfondo que manejaban en la historia y toda esta red de referencias las directoras se dispersasen tanto. Aunque igual se debió a que intentaron tocar demasiadas cosas.

Neovallense dijo...

No cabe duda de que son ambiciosas e intentan abarcar siempre mucho, pero en el caso de la trilogía "Matrix" no estoy de acuerdo en que se dispersasen (hecho que sí que les pasó con "El destino de Júpiter"), a mi parecer hicieron tres buenas películas, y fueron valientes con el giro que le dieron a la historia en la segunda entrega... Pero más adelante me explayaré un poco sobre ello ^^

Muchas gracias por opinar y un saludo :)