22 febrero 2018

Rosewind: Desesperanza, de Juan Luis Rincón

Hace muchos años me compré y leí (lástima que no lo tenga a mano en estos momentos) un tebeo autoeditado titulado Rosewind, los guerreros del viento, su autor era un chaval de Puerto Real con el que me cruzaba a menudo en Sopa de Letras, librería de cómics por desgracia cerrada. Aunque era un cómic book corto se notaba que era una historia ambiciosa, presentándonos a un grupo con miembros de diferente sexo y habilidades que combatían contra el mal. La cosa se quedó en tan solo un número hasta que años después, en 2014 y gracias a una campaña de micromecenazgo, el autor regresó a aquel mundo y embarcó a algunos de sus viejos personajes en nuevas aventuras.

Diana, una guerrera y aventurera de trágico pasado, vive en un deprimido poblado, llamado Yuksek, desde hace unos meses, donde intenta ayudar a sus habitantes luchando en la “caja mágica” y donando lo que gana para los más necesitados. Sin embargo, este hecho parece molestar al oscuro regidor, quien hará todo lo posible para echarla.

Como me pasó con otras obras de Juan Luis Rincón, las reseñadas en esta bitácora Zombis A.C. y Éxodo apócrifo (en las que se encargaba solo del dibujo), no me surgieron muchas dudas en agenciármela, y es que hasta la fecha no me ha decepcionado y, por descontado, considero que se merece el pequeño apoyo que es comprar un ejemplar o participar en el crowdfunding. Pero centrándonos en lo que nos interesa, que es la obra en cuestión, Rosewind: Desesperanza es un cómic de fantasía heroica, donde la protagonista viste en biquini, luce tacones y tiene un amigo que lleva gafas, hay un malo maloso que está aliado con fuerzas oscuras sobrenaturales y, a pesar de todo ello, el autor ha metido, de forma muy natural además, una clara analogía sobre la situación que todos padecemos de unos años a esta parte.

Y eso último es uno de los detalles que más me han satisfecho de esta historia, le da varios puntos extra de interés, a la par que hace que el lector conecte mejor con lo que está contando al haber una identificación con la situación de la sociedad y política que se nos muestra. Y lo mejor, como indico en el párrafo anterior, es que no se trata de algo que esté metido con calzador, sino que forma parte de la trama desde el primer momento, no resultando para nada artificial.

Otro de los detalles que hacen de esta una lectura un tanto especial es la propia personalidad de la protagonista, Diana (cuyo nombre, por cierto, sabiendo que J.L. Rincón es fan de Wonder Woman, dudo que sea casual). Aunque se trata de un personaje que disfruta mucho luchando (y se le da muy bien), es a través de la palabra como intenta solucionar los problemas, teniendo además una gran capacidad de persuasión y, también, habilidad empática (véase el incidente de la taberna). No obstante, una vez inicia la lucha, si su rival ha demostrado desde un inicio que es un cretino, ya se puede rendir quinientas veces que recibirá una paliza igualmente; odia de forma visceral a los matones y aquellos que abusan de su poder.
La obra está dividida en tres volúmenes, los dos primeros cuentan con 64 páginas, mientras que en el tercero con 80. En el primero, obviamente, asistimos a la presentación de la protagonista y secundarios, así como el entorno y el conflicto; en el segundo se ahonda más en el último punto mencionado, así como en el pasado de Diana, acabando en un cliffhanger que deja la situación muy emocionante para el desenlace, que es lo que leeremos en la última entrega. En los tres números hay acción, pero donde más abunda es en el final, siendo el inicio y el nudo más redondos en cuanto al guion a mi modo de ver, al haber un mayor equilibrio entre la acción y la evolución de las tramas, mientras que en el desenlace es el más oscuro de los tres, promete y da mucha más acción, pero eso conlleva que la historia se diluya un poco y resulte menos consistente (no obstante destacaría al respecto el flashback mostrándonos más sobre el pasado de la heroína). Eso sí, deja varios hilos que dan mucho juego a la imaginación del lector (¿elegirán en el pueblo como nuevo gobernante a cierto personaje?, ¿cuáles son las intenciones del misterioso hombre que aparece?, ¿hacía dónde se dirigirán Diana e Illvar?) y que ojalá veamos algún día resueltos.

La evolución del dibujo es muy notable. El salto más evidente es entre el primero y el segundo número, en parte porque, como bien indica el autor, en el primero utilizó diferentes técnicas, hecho que se nota un poco, mientras que a partir del segundo parece que cogió confianza al trabajar en digital, siendo el resultado más uniforme. A pesar de ello el dibujo no desmerece en ninguna de las entregas, pero gana, obviamente, tanto en dinamismo como en espectacularidad a medida que se avanza. Las páginas que nos cuentan el pasado de Diana, por cierto, están dibujadas por Juan Torres, que también se encarga del color de toda la obra (cuya evolución es igualmente palpable en esta labor), mientras Agu Ariza ilustra con su inconfundible estilo varias páginas del segundo número.

En cuanto la edición, como ya he comentado, ha sido sacada adelante mediante micromecenazgo vía Verkami, sin el apoyo de ninguna editorial. Toda la obra es a color, el papel, la impresión así como la encuadernación son más que correctos y además tiene un buen precio, de hecho, si la adquirís en digital es realmente una ganga, solo cinco euros por la obra completa. Por otra parte, si hablamos de contenidos, en el segundo volumen todo es tebeo, mientras que en el primero hay sendas introducciones (de Mikel Janín y el autor), cuatro fanarts y un poco de publi; y en el último tenemos otra galería y un epílogo del autor.

Rosewind: Desesperanza gustará especialmente a aquellos que disfruten de historias de fantasía (sea esta heroica, épica o de espada y brujería) y, casi seguro, quienes hayan degustado las obras previas de Juan Luis Rincón. Se trata de una aventura con mucha acción, una protagonista carismática, peligros sobrenaturales e, incluso, crítica social y política. Más no se puede pedir.


LO MEJOR:
-La evolución del dibujo (y el color).
-Una historia que siempre es divertida y que tiene el plus de trasladar a un mundo fantástico varios problemas que padecemos desde hace años en la realidad.
-Diana, la heroína, una mujer fuerte en todos los sentidos.

LO PEOR:
-En el segundo número hay un par de momentos en la narración que resultan confusos, al haber cambios bruscos.
-El tercer volumen me ha resultado un poco inferior respecto a la historia (que no en diversión).
-Alguna faltas de ortografía (leves, pero faltas al fin y al cabo).

¿Cómo adquirirlo?
Dado que no es un tebeo que tenga una distribución tradicional en librerías, lo mejor para hacerse con él es ponerse en contacto con el autor. Podéis encontrarlo en Twitter y Facebook (en este último en su página personal y en otra dedicada a Rosewind).

Aquí la dedicatoria del primer y tercer número (algún día habrá del segundo):

3 comentarios:

Santiago Bobillo dijo...

Interesante. Me choca un poco el atuendo de la protagonista pero, a juzgar por lo que comentas de ella, parece que vale la pena seguir las andaduras de Diana. Además, lo del toque social puede dar bastante juego. Queda apuntada la trilogía.

Neovallense dijo...

Diría que es típico de este tipo de historias los ropajes, un tanto livianos, de muchos de sus personajes, no obstante lo interesante está en otros apartados del tebeo.

Merece darle una oportunidad.

Gracias por comentar.

P.S. Te adelanto, en primicia, que pronto sortearé un ejemplar de "Rosewind". Puede ser una oportunidad para tener contacto con la obra.

Santiago Bobillo dijo...

Oh, estaré atento entonces.