De todos modos, nadie puede negar que la "efimeridad" -nótese que esta es una palabra inventada- de la vida está ahí, que un día tienes siete años y al rato tienes noventa y tantos. Y es entonces cuando uno empieza a pensar si el tiempo que ha vivido lo ha aprovechado como debiera, y es entonces cuando los nubarrones aparecen en la memoria, cuando las lágrimas fluyen como ríos de lava y te cagas en los muertos de varios conocidos o desconocidos, porque te hicieron tal o cual cosa de mal gusto, porque no te trataron como se suele tratar a una persona; pero también piensa uno que ha tratado mal a más de uno, o que te gustaría haberle dicho algo a una persona en especial... pero ya es demasiado tarde, porque el tiempo pasa y con ello las vidas se separan, los destinos son divergentes a menudo, y una vez que se alejan es muy difícil que se vuelvan a unir, mas siempre quedará el recuerdo. Aunque sea un triste punto negro en nuestra memoria.Gracias a todos aquellos que se acordaron de mi cumpleaños, que al fin y al cabo de eso estaba hablando, y gracias a aquellos que me hicieron algunos regalos. Gracias a mís padres y a mís hermanos.
Se acabó (por hoy)...
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