23 mayo 2024

Hasta el fin del mundo

Decía Viggo Mortensen, antes de la proyección de la que es su segunda película como director, que mientras escribía el guion no pensaba en un wéstern, pero que quizás se imaginaba amplios y hermosos paisajes por el hecho de haberlo escrito durante el confinamiento. Tampoco tenía en mente a ninguna actriz protagonista, pero al terminar el libreto el nombre de Vicky Krieps (Tiempo) fue la primera opción que le vino a la cabeza. Por otra parte, el personaje principal masculino no iba a ser encarnado por él, pero la salida del actor que lo iba a hacer, así como la imposibilidad de otros candidatos, le obligó a encargarse él mismo a pesar de sus dudas dado que aumentaba considerablemente la diferencia de edad de la pareja protagonista. No obstante, Krieps siempre tuvo claro la idoneidad de su compañero de reparto (de hecho, creía que la mayor diferencia de edad haría su amor más creíble), e igualmente no vaciló en aceptar el papel cuando se lo ofrecieron cuando estaba rodando, no muy lejos de donde lo haría Hasta el fin del mundo (The Dead Don't Hurt, 2023), pues precisamente fantaseaba con la idea de trabajar en un film del Oeste (los paisajes por los que avanzaba en coche al lugar de rodaje, le hacían pensar que lo ideal era el estar desplazándose a caballo). Será cosa de la serendipia esa.

Realmente Hasta el fin del mundo me daba algo de pereza, y eso que vi un anuncio en redes sociales de una proyección con presentación y coloquio. Solo me animé al ver el tráiler y averiguar que la escribía y dirigía el protagonista de La carretera, y que se trataba de un wéstern. Por desgracia, ya no había butacas libres para la sesión mencionada, pero sí para otra con presentación por parte de los dos intérpretes principales.

Falling, el debut detrás de las cámaras de Mortensen, me sorprendió muy gratamente, así que esperaba algo tan intenso como ese drama sobre la vejez. Curiosamente, a pesar de que se trata de una película del Oeste en toda regla, Hasta el fin del mundo es mucho menos intensa dramáticamente hablando, y eso que los personajes pasan por muchos amargos avatares. Quizás se deba a que Mortensen se toma las cosas con calma, dedicando mucho tiempo a presentar a Olsen y Vivienne, y a desarrollar su relación. Una relación entre iguales, donde el personaje femenino va de cara ante los imprevistos tanto o más que el masculino, tomando cada uno las riendas de su destino, solo que con la compañía y el apoyo (y el amor) del otro. Quizás sea eso uno de los aspectos más rompedores respecto a la mayoría de los wéstern clásicos, esto y cederle gran parte del protagonismo a Vivienne.
La historia, además, no está narrada de forma lineal, sino que va alternando entre dos líneas temporales, sabiendo desde el principio el destino de la protagonista, pero sin el conocimiento del cómo y del después, hechos que iremos conociendo paralelamente.

Aunque él no se viera en el papel, Viggo Mortensen, que es increíblemente simpático y cercano en la vida real (o al menos lo fue en la presentación, destilando un gran sentido del humor en todo momento), lo cierto es que no me imagino cuáles serían sus primeras opciones. Olsen es un hombre hecho a sí mismo, un tanto reservado pero honesto y honrado, quien acepta que la mujer con la que comparte la vida tome sus propias decisiones aunque en ocasiones puedan no gustarle. La Vivienne de Vicky Krieps, por otra parte, es alguien que ha tenido que ser fuerte desde muy pequeña para poder sobrevivir, y quizás esa misma fortaleza vio en Olsen y la hizo acercarse a él. Krieps la encarna con brillantez, conformando ambos una pareja con química y carisma.
 
Curiosamente, siendo los protagonistas relativamente discordantes a los filmes más clásicos, los secundarios corresponden más a los arquetipos. Como el hijo consentido del ricachón del pueblo, papel interpretado por Solly McLeod (The Rising), al que todo le permiten y del que nada de lo que hace tiene consecuencias para él. Aunque su protector padre, del que actúa Garret Dillanhunt (No es país para viejos), es el típico señorito que todo lo tiene y quiere más, también es cierto que no ejerce su poder a través de la violencia, sino mediante su poder económico. De igual manera lo hace el más fiel e interesado amigo y aliado del anterior, el alcalde y banquero del pueblo, papel que representa Danny Huston (Wonder Woman), y quien tras sus formas amables esconde una ambición desmedida.
 
Se podría afirmar que Hasta el fin del mundo es un wéstern tranquilo, pues los duelos y tiroteos, que algo hay, no son los ejes sobre los que giran la historia, sino que su centro son una mujer que en un mundo dominado por hombres decide enfrentarse a todo y ser ella misma, y su relación con un tipo tan duro como amable y generoso. Una buena película.
 
 
LO MEJOR:
-Buena realización, guion y fotografía.
-Un buen reparto, excelentemente encabezado por Krieps y Mortensen.
-Mortensen es un hombre del renacimiento, así que también compone la estimable banda sonora e incluso toca varios instrumentos.
-Sin ser sorprendente, el desenlace también rompe en buena medida con este tipo de cintas, lo cual lo hace arriesgado a la par que de mayor interés.
 
LO PEOR:
-Quizás le habría venido bien un poco más de ritmo en su primera mitad, pero solo quizás.

¿Quién debería verla?
Si te gustó Falling es una buena opción para ver la evolución como cineasta de Viggo Mortensen. También para los incondicionales del cine del Oeste, por supuesto.
 
Otras películas en el duro y salvaje Oeste:

No hay comentarios:

Publicar un comentario