No me hizo falta ver ningún avance para interesarme por lo nuevo de M. Night Shyamalan, aunque he de reconocer que se despertó mi curiosidad especialmente cuando se publicó el primer cartel con el título del film. De eso hace ya un tiempo, y ahora que la he visto puedo afirmar que un tiempo muy valioso.
Porque si algo se puede aprender del paso de las semanas y los cambios de calendarios es que lo más importante que tenemos no son nuestras posesiones, sino el preciso momento en el que nos encontramos. Porque el tiempo no es compasivo con nadie, es imposible luchar contra él y ganar, cosa que comprueban de primera mano y de manera acelerada los protagonistas de Tiempo (Old, 2021).
Todo empieza relajadamente, una familia formada por Guy y Prisca junto a sus dos retoños pretenden pasar unas divertidas vacaciones. Desde el hotel les ofrecen una excursión exclusiva a una apartada y paradisíaca playa en una reserva natural, y allí irán con otros pocos afortunados... O eso creían, porque a pesar del espectacular entorno pronto empiezan a notar que algo no va bien.
Tiempo es una de las películas más angustiosas y claustrofóbicas de Shyamalan, el hecho de que se desarrolle en un entorno relativamente amplio pero del que es imposible salir, más la cuestión del avance incesante de las manecillas del reloj (y, precisamente, el realizador evita mostrar reloj alguno), hacen que la lucha de los personajes por escapar sea más frenética y para el espectador no sea fácil quedarse quieto en la butaca (máxime cuando vemos los efectos del paso de las horas en los personajes).
Y es que consigue que empaticemos con los personajes aflorando el miedo atávico de que se nos escapa el tiempo, que no tenemos el suficiente para logar hacer ni la mitad de lo que nos proponemos, y que su paso imparable merma nuestra forma física y facultades mentales. La mera posibilidad imaginaria de que aquello que solo se nota cuando pasan varias décadas de vida ocurra en pocas horas es uno de los mayores horrores que a cualquier persona se le puede pasar por la cabeza, cosa que el cineasta ha sabido mostrar muy bien a través de unos personajes cada cual con sus propios traumas y obsesiones.
Gael García Bernal (Diarios de motocicleta) y Vicky Krieps (Hanna) interpretan a la pareja más tradicional del grupo, tienen sus problemas pero dos niños (al que dan vida tres actores y actrices diferentes en sus diferentes etapas) maravillosos que, como todos los niños, tienen un gran futuro por delante. La otra pareja es la formada por Rufus Sewell (Hércules) y Abbey Lee (Mad Max: Furia en la carretera), el primero un cirujano con mucho estrés encima y la segunda una hermosa joven obsesionada con la belleza, ambos viajan con su hija y la madre del primero. También les acompañan un rapero en busca de paz interpretado por Aaron Pierre (Krypton) y Nikki Amuka-Bird (El destino de Júpiter) y Ken Leung (Perdidos), que interpretan a otra pareja. Todos realizan una buena labor, aunque destacaría el trabajo de Sewell. Por supuesto el director también se reserva un pequeño papel.
Tiempo es la segunda película de Shyamalan con un guion no original, ya que el libreto escrito por él mismo se basa en un cómic, pero sin duda sigue teniendo su marca y su buen hacer detrás de las cámaras. Es un thriller sobrenatural sin final sorpresa pero con un intenso desarrollo que te mantiene pegado a la butaca y que incluso te hace reflexionar y emocionarte.
Porque si algo se puede aprender del paso de las semanas y los cambios de calendarios es que lo más importante que tenemos no son nuestras posesiones, sino el preciso momento en el que nos encontramos. Porque el tiempo no es compasivo con nadie, es imposible luchar contra él y ganar, cosa que comprueban de primera mano y de manera acelerada los protagonistas de Tiempo (Old, 2021).
Todo empieza relajadamente, una familia formada por Guy y Prisca junto a sus dos retoños pretenden pasar unas divertidas vacaciones. Desde el hotel les ofrecen una excursión exclusiva a una apartada y paradisíaca playa en una reserva natural, y allí irán con otros pocos afortunados... O eso creían, porque a pesar del espectacular entorno pronto empiezan a notar que algo no va bien.
Tiempo es una de las películas más angustiosas y claustrofóbicas de Shyamalan, el hecho de que se desarrolle en un entorno relativamente amplio pero del que es imposible salir, más la cuestión del avance incesante de las manecillas del reloj (y, precisamente, el realizador evita mostrar reloj alguno), hacen que la lucha de los personajes por escapar sea más frenética y para el espectador no sea fácil quedarse quieto en la butaca (máxime cuando vemos los efectos del paso de las horas en los personajes).
Y es que consigue que empaticemos con los personajes aflorando el miedo atávico de que se nos escapa el tiempo, que no tenemos el suficiente para logar hacer ni la mitad de lo que nos proponemos, y que su paso imparable merma nuestra forma física y facultades mentales. La mera posibilidad imaginaria de que aquello que solo se nota cuando pasan varias décadas de vida ocurra en pocas horas es uno de los mayores horrores que a cualquier persona se le puede pasar por la cabeza, cosa que el cineasta ha sabido mostrar muy bien a través de unos personajes cada cual con sus propios traumas y obsesiones.
Gael García Bernal (Diarios de motocicleta) y Vicky Krieps (Hanna) interpretan a la pareja más tradicional del grupo, tienen sus problemas pero dos niños (al que dan vida tres actores y actrices diferentes en sus diferentes etapas) maravillosos que, como todos los niños, tienen un gran futuro por delante. La otra pareja es la formada por Rufus Sewell (Hércules) y Abbey Lee (Mad Max: Furia en la carretera), el primero un cirujano con mucho estrés encima y la segunda una hermosa joven obsesionada con la belleza, ambos viajan con su hija y la madre del primero. También les acompañan un rapero en busca de paz interpretado por Aaron Pierre (Krypton) y Nikki Amuka-Bird (El destino de Júpiter) y Ken Leung (Perdidos), que interpretan a otra pareja. Todos realizan una buena labor, aunque destacaría el trabajo de Sewell. Por supuesto el director también se reserva un pequeño papel.
Tiempo es la segunda película de Shyamalan con un guion no original, ya que el libreto escrito por él mismo se basa en un cómic, pero sin duda sigue teniendo su marca y su buen hacer detrás de las cámaras. Es un thriller sobrenatural sin final sorpresa pero con un intenso desarrollo que te mantiene pegado a la butaca y que incluso te hace reflexionar y emocionarte.
LO MEJOR:
-Que consigue meter la angustia en el cuerpo.
-Un interesante libreto con unos personajes muy diferentes entre sí.
-La dirección de Shyamalan.
LO PEOR:
-Supongo que si uno lo mira con lupa (esa primera escena en la playa, el desenlace con personajes muy crédulos...) le puede encontrar algún que otro pero.
¿Quién debería verla?
Por poco que te guste el cine del realizador indio afincado en Pensilvania (aunque en esta ocasión no ha rodado allí) seguro que la disfrutas, así como cualquiera que guste de los thrillers sobrenaturales.
¿Y quién no?
Casi no hace falta decirlo.
Más cine de Shyamalan:
Glass
-Que consigue meter la angustia en el cuerpo.
-Un interesante libreto con unos personajes muy diferentes entre sí.
-La dirección de Shyamalan.
LO PEOR:
-Supongo que si uno lo mira con lupa (esa primera escena en la playa, el desenlace con personajes muy crédulos...) le puede encontrar algún que otro pero.
¿Quién debería verla?
Por poco que te guste el cine del realizador indio afincado en Pensilvania (aunque en esta ocasión no ha rodado allí) seguro que la disfrutas, así como cualquiera que guste de los thrillers sobrenaturales.
¿Y quién no?
Casi no hace falta decirlo.
Más cine de Shyamalan:
Glass
No hay comentarios:
Publicar un comentario