Jack es un campesino un tanto ingenuo, y no muy valiente, que va a la ciudad a vender la carreta y el caballo de su tío, terminando por dar al animal a cambio de unas habichuelas supuestamente mágicas. Obviamente su tío no se queda muy contento, pero esa misma noche, cuando Jack reciba la inesperada visita de una misteriosa joven con ganas de aventuras, comprobará que los cuentos que le contaba su padre de pequeño no eran meras leyendas.
La moda de trasladar los viejos cuentos de los Grimm, Andersen y de cualquier otro autor conocido o no continua. Este año se ha estrenado hasta la fecha una nueva visión de Hansel y Gretel dando caza a brujas, así como la precuela de El mago de Oz. Todavía quedan muchos relatos que revisionar, así que no me cabe la menor duda de que irán llegando cintas (algunas ya anunciadas), con mayor o menor fortuna, a la cartelera. Por ahora esta moda no nos ha dado ninguna gran alegría, Jack el caza gigantes (Jack the Giant Slayer, 2013) tampoco nos sorprende, pero sí que logra una cosa muy importante: divertir.