La curiosidad me empujó a ver esta película del nada prolífico Terrence Malick, director que siempre me ha llamado la atención pero nunca he podido ver una de sus obras (empecé a ver El nuevo mundo pero, por razones ajenas a mi persona, no pude llegar hasta su final), así que ésta era la oportunidad de oro para contemplar uno de sus admirados (y odiados) filmes en pantalla grande.
El árbol de la vida (The Tree of Life, 2011) narra la historia de una familia que, al tener una gran pérdida, sufre un Big Bang que provoca la creación del universo.
Definir El árbol de la vida es complicado (de ahí la sinopsis), para muchos es un film extraordinario, una película poética, que reflexiona sobre la religión, la familia, la vida y la muerte, el amor, toda una retahíla de metáforas encadenadas de gran trascendencia. Personalmente me ha parecido una obra de una belleza muy superior a la media, Malick es un esteta perfeccionista hasta el límite, y nos ofrece con este su quinto largometraje cientos de planos de esos que no puedes dejar de admirar. Pero tanta belleza cansa, la película es pesada, se puede convertir en un tostón insufrible para el espectador menos paciente, el director le quiere dar tanta profundidad que olvida que una buena película, además de ofrecer la oportunidad al espectador de pensar sobre su condición humana, tiene un aspecto puramente lúdico. Sin embargo, también pienso que una película como esta es necesaria, ya que hay tantas que olvidan aportar algo más aparte de “sano divertimento”, que no viene mal que de vez en cuando nos llegue algo diferente.
Brad Pitt es el “protagonista” de la historia junto con Jessica Chastain, que actualmente está en cartelera también con La deuda, y muy pronto con Criadas y señoras; Sean Penn es su hijito, Jack, con unos años cumplidos, y estoy de acuerdo con el propio actor, que criticó cómo había quedado su personaje en el montaje final del filme, es como si le faltara algo, si lo hubiesen eliminado la película no habría perdido nada. Hunter McCracken es Jack infante-adolescente, un chaval que tiene un gran protagonismo y que lo hace realmente bien; les acompañan sus “hermanos”, Laramie Eppler y Tye Sheridan.
Mención aparte se merece la banda sonora compuesta por Alexandre Desplat (aunque también tiene temas clásicos), muy importante además este apartado, porque tantas imágenes hermosas sin una buena música que las acompañase hubiera dado como resultado una obra coja, y Desplat, que este año está muy trabajador, creando muy buenas partituras, lo consigue con nota.
El árbol de la vida es una película rara, son muchos los que han ido a verla atraídos por su reparto y han salido escopeteados de la sala, no es un film fácil de ver, requiere paciencia (mucha paciencia), eso o ser un fan incondicional de su director.
LO MEJOR:
-Cada plano es una delicia visual con tantos matices como espectadores.
-La banda sonora.
-La labor actoral.
LO PEOR:
-Que es pesada.
-Sean Penn tenía razón, a su personaje, tal y como ha quedado en el montaje, le falta algo.
¿Quién debería verla?
Gente valiente y paciente.