Esta es la primera película de Pedro Almodóvar que veo en cines, pero si sigue por este camino creo que no será la última. De hecho, a no ser que la memoria me falle, contando ésta, he visto completas dos películas del director manchego. La otra es Todo sobre mi madre.
Inspirada en la novela Tarántula de Thierry Jonquet, La piel que habito (ídem, 2011), nos cuenta la historia de Robert, un cirujano plástico obsesionado con la piel y con conseguir fabricar una que sea resistente a las amenazas exteriores, tales como el fuego o las picaduras de insectos.
La sinopsis anterior es de lo más simple, lo reconozco, pero ante el temor de chafar algo prefiero dejar ese pequeño bosquejo que es tan sólo la punta del iceberg de la décimo novena (dieciocho en realidad, ya que cuento una que realizó en Super 8) película de Almodóvar. La misma es un thriller y un drama, contiene elementos de ciencia ficción y toques de terror, y todo ello sin perder la personalidad del autor. Un filme difícil de clasificar que comienza sin ofrecer respuestas, y que una vez acontece cierto acontecimiento se nos van desvelando poco a poco los porqués, y cuando ello ocurre no deja uno de sorprenderse, sobre todo porque conseguir mantener la credibilidad en ciertos instantes es complicado, y el realizador de Hable con ella lo logra sobradamente, juega sus bazas con sabiduría y nos mantiene pegados a la butaca.
Tras más de veinte años sin trabajar con el intérprete, Antonio Banderas es protagonista principal de una película de Pedro Almodóvar, y lo hace con un personaje complejo, profundamente desgarrado, y enfermo, haciendo un trabajo sin alardes, meticulosamente contenido, pero efectivo; Elena Anaya le da la réplica, en un papel que no cobra por completo sentido hasta bien avanzada la película, y lo hace genial; Marisa Paredes también tiene un hueco importante como sirvienta del primero, mientras el resto del reparto, cuenta con otros nombres como Eduard Fernández, Roberto Álamo o Blanca Suárez.
La piel que habito es un film de venganza y redención, de locura y de ética, de dolor y de amor, una película que nos atrapa poco a poco y no nos suelta hasta el final. Un trabajo arriesgado y valiente, que no dejará indiferente a nadie.
LO MEJOR:
-Cuanto más avanza la trama más te atrapa.
-Que es arriesgada. Que no deja indiferente.
-Un buen reparto y una buena dirección.
-La banda sonora, obra de Alberto Iglesias. Como mínimo, tiene ganada una nominación más al Goya.
LO PEOR:
-Los rótulos, no me pegan, parecen de película de aficionados, sobre todo al comienzo, que me chocaron lo suyo.
¿Quién debería verla?
Si buscas una película que te sorprenda, o al menos que no te deje indiferente, ésta es una gran elección.
¿Y quién no?
Los que odian el cine español y particularmente el cine de Almodóvar, porque está claro que antes de verla ya tendrán dictada su sentencia.
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