Tras unos días de descanso vuelvo a pasarme por aquí, aunque no tengo mucho que decir, de hecho estoy empezando a escribir sin saber en absoluto de qué voy a "hablar".
Podría contar que he cateado Base de Datos y Programación Visual -así que tendré que recuperar tras la Semana Santa-, también podría decir que anteayer estuve en Códoba (muy bonita ciudad) y ayer en Cabra (que está en la provincia de Córdoba), o podría relatar que estuve en esta última para unos campeonatos deportivos y que en baloncesto pasamos pero que después en atletismo la cagué (salí fatal y encima me dio un tirón en un gemelo), mas eso no me va impedir que en mayo vaya a Granada (jiu jiu jiu :-) ).
No obstante no voy a comentar nada sobre lo bien que me lo pasé por la noche y por el día en Córdoba, visitando la antigua mezquita y el barrio judío cuando el sol aún no se había puesto (aunque antes nos metimos una "pechá" de más tres horas en autobús), y cuando éste se escondió yendo de parranda con el resto del personal, haciéndonos un montón de fotos y liándola a las doce y pico de la noche por las solitarias calles cordobesas.
No obstante, no voy a contar nada sobre ello. Me voy a limitar desearos un buen fin de semana ;-)
31 marzo 2006
22 marzo 2006
Reflexiones
Aquí estoy (escribo estas líneas el martes 21 de marzo sobre las 23:05), escribiendo cuando debería estar estudiando para el examen de mañana, pensando en cosas que no me atañen directamente, meditando sobre este sombrío mundo en el que nos ha tocado vivir, o quizás sería mejor decir en este oscuro tiempo. Oscuro porque los hombres –como casi siempre a lo largo de su historia- están metidos en cientos de guerras inútiles y sin sentido, guerras que acaban con la vida de miles de personas, la mayoría de ellas inocentes, la mayoría de ellas desconocedoras de las razones reales del caos que les rodea, todas ellas con un enorme miedo a perder la vida, pasando hambre e innumerables penalidades para poder sobrevivir, para seguir adelante.
Algunas de estas personas sacan lo mejor de sí en tan duros momentos, y no sólo intentan salvarse a sí mismas, sino que se esfuerzan por ayudar a los demás, a aquellas personas que están más desprotegidas, ya sea por su condición social, su sexo, su sexualidad, sus creencias, sus ideas… No son pocos hombres y mujeres los que demuestran que el género humano es un ser que merece la pena vivir, mas suelen ser los que menos medios tienen para lograr hacer algo por los demás.
Curiosamente, y por desgracia, son los más ricos, los que viven más opulentamente, los que hacen menos por los desfavorecidos. Al parecer estas personas (si es que se les puede llamar así) hace tiempo que se olvidaron que están donde están gracias a los trabajadores, a los pobres; muy raramente se debe a sus propios méritos, en la mayoría de las ocasiones han amasado fortunas desmesuradas especulando.
Buena parte de ellos han engordado gracias a la expoliación de los recursos naturales de países pobres, a la venta de armas de guerras que ellos mismos han provocado, al tráfico de especies amenazadas, de drogas o de personas; a enchufismos dentro de las administraciones, a la especulación urbanística desmesurada... ¿Y si aparece alguien que se atreve a criticarles, a denunciar sus abusos sobre, por ejemplo, una población indígena? Normalmente éste muere no mucho más tarde por un extraño accidente, o un aparente suicidio.
Algunas de estas personas sacan lo mejor de sí en tan duros momentos, y no sólo intentan salvarse a sí mismas, sino que se esfuerzan por ayudar a los demás, a aquellas personas que están más desprotegidas, ya sea por su condición social, su sexo, su sexualidad, sus creencias, sus ideas… No son pocos hombres y mujeres los que demuestran que el género humano es un ser que merece la pena vivir, mas suelen ser los que menos medios tienen para lograr hacer algo por los demás.
Curiosamente, y por desgracia, son los más ricos, los que viven más opulentamente, los que hacen menos por los desfavorecidos. Al parecer estas personas (si es que se les puede llamar así) hace tiempo que se olvidaron que están donde están gracias a los trabajadores, a los pobres; muy raramente se debe a sus propios méritos, en la mayoría de las ocasiones han amasado fortunas desmesuradas especulando.
Buena parte de ellos han engordado gracias a la expoliación de los recursos naturales de países pobres, a la venta de armas de guerras que ellos mismos han provocado, al tráfico de especies amenazadas, de drogas o de personas; a enchufismos dentro de las administraciones, a la especulación urbanística desmesurada... ¿Y si aparece alguien que se atreve a criticarles, a denunciar sus abusos sobre, por ejemplo, una población indígena? Normalmente éste muere no mucho más tarde por un extraño accidente, o un aparente suicidio.
¿Por qué los gobiernos permanecen impávidos mientras observan como mueren inocentes? ¿Por qué se agachan sumisamente frente a las multinacionales? ¿Por qué priman los intereses de éstas frente a los intereses de las personas? ¿Por qué invaden países con excusas que ni ellos mismos se creen? ¿Por qué invierten miles de millones en tecnología para armas y no lo hacen para reducir las emisiones de CO2, o salvar millones de vidas en aquellos países que sus gentes viven en una hambruna continua?
¿Por qué no dejan de saquear de ese modo a los llamados países tercermundistas? ¿Por qué no quieren que el nivel de vida de sus ciudadanos baje? No, no lo creo. ¿Por qué no quieren que las multinacionales se larguen a otros países, o que éstas no apoyen a su presidente en las siguientes elecciones? Esa respuesta es más probable, y lleva a otra pregunta: ¿los gobiernos gobiernan realmente un país, o son simples títeres de un puñado de sebosos empresarios sin escrúpulos? No son pocos los gobiernos que dan esa sensación, ¿no creéis que ESE país entra en el lote?
Son muchas las preguntas, ¿y las respuestas?
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Reflexión
16 marzo 2006
¿El final?
Pues sí, al aparecer la próxima semana es ya la definitiva, la semana que se decidirá mi destino y el de otros tantos, pues es la semana de los exámenes finales.
Me enteré el otro día, no recuerdo exactamente cuando, pero no me lo tomé muy a pecho. Pero ahora que lo pienso fríamente, ahora que lo he meditado en la "solitud" de mi interior, ahora que lo he pensado con ojos serenos, ahora más que nunca: lo veo crudo.
¿Esperanza? No hay esperanza -dijo Gandalf, y añadió-: Tan sólo la esperanza de unos locos.Pero yo no tengo ni eso, no estoy motivado, aunque sigo haciendo cosas: intento prestar atención (sin éxito la mayoría de las ocasiones), repasar, leer los códigos fuentes de los programas y me esfuerzo en comprenderlos, etc...
Pero, ¿qué pasa si uno ya ha perdido toda esperanza? Si ve el aprobado como algo lejano, como algo inalcanzable, casi imposible de lograr. ¿Qué pasa si uno está completamente desmotivado? Yo os lo diré, que por mucho que se ponga en ello nunca lo hará como en el caso de estar medianamente animado. Que las cosas no le saldrán como quiere.
Y si a eso le añadimos que, al observar muchas cosas, me pregunte: ¿eh? ¿qué es esto? ¿qué quiere decir eso? Cuando es algo que debería saber desde hace un tiempo... eso ya es lo peor... Cuando uno se pierde en las clases (cosa que no resulta difícil, pues el profesor en cuestión no hace mucho para que sus alumnos siguan sus explicaciones), cuando se dedica a escribir, jugar, navegar por internet, o hacer cualquier otra cosa antes que prestar atención; porque ya está harto de lo mismo, porque nunca se entera de nada, porque se duerme ante las anodinas explicaciones, porque cree que si no hubiera ido a clase y hubiera estudiado por su cuenta habría aprendido lo mismo o incluso más... PORQUE PIENSA QUE ES UNA MIERDA.
Cuando ocurre todo eso, y sobre todo cuando no es sólo un alumno el que lo piensa, es que algo en el profesorado falla.
PD: Como dijo sabiamente un compañero: "nosotros somos los únicos a los que no nos pagan por hacer el trabajo de otro" (o algo parecido).
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Personal
13 marzo 2006
Volviendo al tema de casi siempre.
Tras un fin de semana carnavalesco empiezan las clases otra vez, como siempre. Y para no variar me aburro como una ostra en clase de BD. Un buen ejemplo para que entendáis el nivel de aburrimiento del personal es decir que somos cuatro gatos un día normal y que los lunes faltan tres; o sea que somos muy pocos los valientes que se atreven a venir todos los lunes (yo soy uno de los valientes).
Pero si a todo ello le añadimos que ultimamente no hay internet, pues la cosa está más aburrida que nunca, tanto que el personal se dedica a hacer cuatro tonterias para pasar el rato (como yo en estos momentos -8:54 am-, que estoy escribiendo esto para intentar despertarme; o mi compañera, que está jugando al KAsteroides).
Normalmente hacemos (para entretenernos y aprovechar el tiempo): escribir algún relato (es mi caso), jugar (el que tenga linux sabrá que tiene bastante juegos entretenidos, aunque también usamos Windows, y en este caso muchos juegan al Imperium III, The House of the Dead o Los Sims 2), navegar por la red de redes (cuando hay, claro), leer cómics, jugar con las consolas portátiles, hacer cosas de otras asignaturas; escribir en, o para, el blog (también mi caso), forear (si hay internet), dormir, charlar sobre diversos temas (en voz baja), etc...
Creo que sobran más comentarios.
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Personal
09 marzo 2006
¿Por qué...?
¿ ...ultimamente todos los jueves amanece nuboso?
Esa es la pregunta existencial que me he planteado al poco de levantarme y mirar al cielo, y es que hace ya no sé cuantas semanas los jueves amanecen con nubes, los viernes llueven y (como dijo un compañero) los sabados diluvian.
La verdad, a mí me da igual que llueva o no, y es que, aparte de que no suelo salir mucho los fines de semana, me gusta que lo haga y más ahora que estamos en una buena sequía (o sea, que en realidad no me importa que NO caiga agua del cielo, lo que me trae indiferente es que caiga). Pero eso no me impide hacerme la mencionada pregunta: ¿por qué los fines de semana?
Si se lo preguntamos a un meteorólogo seguro que nos dice que se forman unas altas presiones en las Azores que hacen que las bajan suban, y que el viento que corre pa un lao después corra pa lotro lao y es por ello que después aparecen nubes, se enfría el aire y llueve o nieva, según a la altura o latitud que estemos.
Si se lo preguntas a un pobre chaval o chavala que está deseando que llegue el fin de semana para salir por ahí, te dirá es que alguien los está puteando, que ya podría llover todo lo que le diera la gana el resto de la semana.
Si se lo preguntas a un político te dirá que se lo preguntes a un meteorólogo.
Y siempre habrá alguien que le eche las culpas a Rusia o algún otro país. Y es que, ya hace algunos meses, y a cuenta del huracán Katrina, un tipo (no recuerdo si era militar o -seudo-científico) afirmó que el causante de éste fue Rusia... y ya no me acuerdo de más. Pero sí de que los rusos tenían un proyecto para controlar el clima, aunque no eran los únicos ya que los estadounidenses también tenían otro -y lo siguen teniendo, creo-; por lo que esto le hace pensar a uno: ¿No será el gobierno español el que está haciendo que casi todos los fines de semana llueva o esté nuboso? La respuesta está ahí fuera.
Esa es la pregunta existencial que me he planteado al poco de levantarme y mirar al cielo, y es que hace ya no sé cuantas semanas los jueves amanecen con nubes, los viernes llueven y (como dijo un compañero) los sabados diluvian.
La verdad, a mí me da igual que llueva o no, y es que, aparte de que no suelo salir mucho los fines de semana, me gusta que lo haga y más ahora que estamos en una buena sequía (o sea, que en realidad no me importa que NO caiga agua del cielo, lo que me trae indiferente es que caiga). Pero eso no me impide hacerme la mencionada pregunta: ¿por qué los fines de semana?
Si se lo preguntamos a un meteorólogo seguro que nos dice que se forman unas altas presiones en las Azores que hacen que las bajan suban, y que el viento que corre pa un lao después corra pa lotro lao y es por ello que después aparecen nubes, se enfría el aire y llueve o nieva, según a la altura o latitud que estemos.
Si se lo preguntas a un pobre chaval o chavala que está deseando que llegue el fin de semana para salir por ahí, te dirá es que alguien los está puteando, que ya podría llover todo lo que le diera la gana el resto de la semana.
Si se lo preguntas a un político te dirá que se lo preguntes a un meteorólogo.
Y siempre habrá alguien que le eche las culpas a Rusia o algún otro país. Y es que, ya hace algunos meses, y a cuenta del huracán Katrina, un tipo (no recuerdo si era militar o -seudo-científico) afirmó que el causante de éste fue Rusia... y ya no me acuerdo de más. Pero sí de que los rusos tenían un proyecto para controlar el clima, aunque no eran los únicos ya que los estadounidenses también tenían otro -y lo siguen teniendo, creo-; por lo que esto le hace pensar a uno: ¿No será el gobierno español el que está haciendo que casi todos los fines de semana llueva o esté nuboso? La respuesta está ahí fuera.
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Paranoia
06 marzo 2006
¡Soy feliz!
Y es que el sabado vi al fin El Castillo Ambulante, esa película que tanto ansiaba visionar.
Sinceramente, no es tan buena como El Viaje de Chihiro pero no por ello deja de ser excepcional. No me defraudó, y, aunque quizás no cumplió todas mis expectativas, me divertí enormemente; permanecí prácticamente embobado durante las dos horas que dura la película, intentando fijarme en todos los detalles (algo que es imposible en un primer visionado, y es que las películas de Miyazaki -y en general todas las del Estudio Ghibli- ganan en matices cuanto más veces las ves), escuchando los dialogos con deleite, mirando las maravillosas imagenes con ojos anodadados, en definitiva: disfrutando como un niño.
Por desgracia El Castillo Ambulante se ha quedado sin el Oscar, éste se lo ha llevado Wallace y Gromit: La Maldición de las Verduras, cosa que era esperable ya que era la gran favorita (y es una gran película, creo que el Oscar se lo podrían haber dado a cualquiera de las tres nominadas y en ningún caso hubiera sido injusto. O sea, que ha sido un merecido premio).
Ahora sólo cabe esperar para ver los resultados en taquilla, ojalá se coloque entre las diez primeras (creo que lo logrará), eso sería fantástico, pues tan sólo La Princesa Mononoke -me refiero a los filmes de Ghibli que se han estrenado en España- logró colocarse entre el top ten (estuvo tres semanas en ese selecto grupo).
No tengo más que añadir, bueno, quizás sí que tenga algo: que vayáis a ver El Castillo Ambulante (espero que me lea alguien, pues si no esta publicidad no sirve para mucho).
Un saludo.
02 marzo 2006
Llega el día tan esperado (al menos para mí)
Mañana al fin se estrena El Castillo Ambulante, que está nominada al Oscar a mejor película de animación, una de las películas que con más ansias he estado esperando desde que se estrenó en Japón allá por el 2004.
Se trata de la penúltima película de Hayao Miyazaki, el genio que ha dirigido filmes tan fantásticos como Nausicaä del Valle del Viento, Porco Rosso, La Princesa Mononoke o la famosa y genial El Viaje de Chihiro.
No me voy a poner aquí ha haceros un sinopsis, pues las hay a millares por la red, tan sólo quiero intentar convenceros (o al menos levantar vuestra curiosidad) para que mañana -o cualquier día de este fin de semana- corráis a verla. Y es que si os gusta el cine de animación esta película os encantará, pues el Estudio Ghibli -que es el más prestigioso de Japón y, al menos para mí, el mejor estudio de animación del mundo. Éste fue fundado por Hayao Miyazaki e Isao Takahata el año 1985, y su primera película (al menos oficialmente, ya que Nausicaä la hizo el mismo equipo, pero antes de fundar el estudio) es El Castillo en el Cielo- siempre hace películas que desbordan fantasía e imaginación por los cuatro costados, y que además no sólo encanta a los niños sino que también consigue que los adultos se queden embelesados ante el colorido y la imaginación de la que impregnan todas sus escenas. Sólo tienen un punto negativo y es que sus películas (sobre todo las que dirige y guioniza Miyazaki) no tienen un argumento facilón, sino que se suelen complicar cuando avanza la trama y sobre todo tiene muchas referencias culturales japonesas (Miyazaki siempre afirma que hace películas pensando en el público nipón, no en el occidental) por lo que más de uno se puede perder algunos aspectos de sus películas; pero ante todo, y esto ya no es un punto en contra, es que los del Estudio Ghibli no subestiman la inteligencia del espectador (ni de los adultos ni de los niños), o sea, que no nos toman por tontos.
Muchos os preguntaréis: ¿y por qué os animo a verla precisamente este fin de semana? Pues porque, por desgracia, no creo que vaya a estar mucho tiempo en nuestras carteleras; y porque si este primer fin de semana va bastante gente a verla seguro que hay algo más de suerte e incluso puede que se estrene en próximas semanas en algunas salas más (no es malo soñar). Aunque también se puede dar el caso que este 5 de marzo le den el Oscar, por lo que esto sería una gran publicidad para la película y seguro que muchas salas acogerían con "cariño" en su "seno" a este filme, ojalá sea así.
Por último, os animo de nuevo a que vayáis al cine a ver El Castillo Ambulante, y que por favor no os la bajéis piratilla de internet, y es que no suele ocurrir muy a menudo que se estrene un anime y todavía suele ocurrir menos que ese anime sea de Hayao Miyazaki.
01 marzo 2006
Una corta semana
Esta semana tan sólo hay dos días de clase (hoy, miércoles, y mañana), esto es gracias al 28 de febrero (día de Andalucía, como ya sabréis) y que el viernes 3 de marzo tampoco hay clases (que no tengo ni idea del porqué).
Así que qué alegría y jolgorio, pues esta semana es mejor que la anterior. Pero ya queda muy poco para que acabe el curso (tres semanas aprox.), por lo que al final seguro que sufrimos como unos condenados... pero mejor no pensar en ello, lo suyo es difrutar el momento... aunque ya empiezan a recorrerme gotas de sudor frío al pensar en lo poco que queda, la cuenta atrás ha comenzado... y es (como diría el agente Smith) inevitable.
Así que qué alegría y jolgorio, pues esta semana es mejor que la anterior. Pero ya queda muy poco para que acabe el curso (tres semanas aprox.), por lo que al final seguro que sufrimos como unos condenados... pero mejor no pensar en ello, lo suyo es difrutar el momento... aunque ya empiezan a recorrerme gotas de sudor frío al pensar en lo poco que queda, la cuenta atrás ha comenzado... y es (como diría el agente Smith) inevitable.
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Personal
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