Diez años llevaba Mel Gibson sin dirigir una película, desde la fantástica Apocalypto y, sinceramente, tenía ganas de que volviera a ponerse tras las cámaras, cosa que no parecía que iba a suceder viendo que intentaba relanzar su carrera como actor. De hecho, se suponía que estaba siendo el director artístico de un film chino, así que me cogió por sorpresa hace pocos meses el leer las primeras noticias de lo nuevo del realizador de Braveheart. Desde ese momento marqué el título como una cita ineludible.
Desmond Doss se alista en el ejército como casi todos los jóvenes de su pueblo, solo que él no está dispuesto a empuñar un arma. Pero a pesar que en las filas le consideran un cobarde y alguien de quien no se puede confiar, y no le ponen las cosas nada fáciles, se mantiene firme, irá a la guerra pero no para sesgar vidas, sino para salvarlas.