27 noviembre 2008

Los niños de Huang Shi

El otro día me surgió la disyuntiva de elegir entres dos películas bien distintas, una era de espías mientras que otra un drama, la primera estaba protagonizada por actores de primer nivel y dirigida por un director de renombre, mientras que la segunda contaba con un elenco menos conocido y un director completamente desconocido para mí (aunque recavando información me doy cuenta que no es así, ya que dirigió El mañana nunca muere). Dichas películas eran Red de mentiras y Los niños de Huang Shi, y curiosamente aposté por la que, probablemente, ninguno de los que leéis estas líneas hubiera optado.

Yo, de hecho, tampoco la habría elegido si no se hubiesen dado ciertas condiciones (alineaciones de planetas y demás), y ciertamente entré en la sala con los dedos un poco cruzados, pues no tenía claro si me encontraría con otro de los muchos filmes que se estrenan en cines aunque están realizados con medios para televisión. Ciertamente el dinero invertido en esta coproducción entre Australia, China y Alemania dista bastante de la primera opción, no obstante la factura de la misma es satisfactoria.

Basada en la historia real George Hogg (Jonathan Rhys Meyer), joven periodista británico que se adentró en China durante la ocupación nipona, allí es testigo de un hecho que a los japoneses no les interesaba que se supiera, aunque por suerte para George la resistencia china aparece en el momento justo (con Chow Yun-Fat a la cabeza). Tras ello y por culpa de una herida, muy a su pesar no puede irse al campo de batalla para recoger lo que allí acontece. Sin embargo, lo envían a Huang Shi, que no es sino un ruinoso orfanato donde apenas hay comida para los 60 niños que habitan en él. Después de un comienzo un tanto accidentado, y gracias a la ayuda de una enfermera americana (Radha Mitchell), logrará sobrellevar su nueva e involuntaria carga, hasta llegar a sentirse realmente responsable de los críos, con los cuales emprenderá un sorprendente y duro viaje para huir de la guerra.

Como podéis comprobar Los niños de Huang Shi es un drama con tintes épicos. Nos narra una historia de solidaridad, de un hombre que dio su ayuda de forma desinteresada a los que más desprotegidos están en épocas de crisis.

Jonathan Rhys Meyer (Quiero ser como Beckhan, Match Point) protagoniza el filme, quizás una elección un tanto controvertida, sobre todo por la imagen del actor (habitual en anuncios de perfumes), que a priori podría ser menos creíble que otro rostro menos atractivo, pero que personalmente creo que lo hace correctamente y es un paso adelante en su carrera si no quiere quedar relegado a papeles de chico guapo. Éste está secundado por un amplio elenco de actores, sobre todo, obviamente, niños chinos. Así tenemos también la actriz australiana Radha Mitchell (Pitch Black, Silent Hill); al actor chino Chow Yun-Fat (Tigre y Dragón, El monje), el cual hace un excelente trabajo, la también china Michelle Yeoh (Tigre y Dragón, Babylon) y algún que otro secundario. Todos ellos están dirigidos por el canadiense Roger Spottiswoode, responsable del mencionado filme de James Bond, entre otras.

Para terminar, Los niños de Huang Shi es una película recomendable, con una correcta factura técnica, un guión que se sostiene y unos actores que realizan bien su trabajo, si a esto le sumamos unas localizaciones reales preciosas, una bonita fotografía y momentos realmente emotivos, nos encontramos ante un film que sin llegar a sobresalir sí que convence por todo lo anterior y sus evidentes buenas intenciones. Una película "alternativa" a tener en cuenta.


LO MEJOR:
-La emotividad de muchas escenas.
-Los paisajes y la fotografía.
-Que la historia sea real.
-Chow Yun-Fat, cuyo personaje es sin duda muy interesante.
-El final, bonito y con un mensaje optimistas a pesar de todo.

LO PEOR:
-Quizá en ciertos momentos se abusa de la elipsis, transcurriendo por ello demasiado rápido algunos acontecimientos.

¿Quién debería verla?
Todo el que disfrute con un buen drama.

¿Y quién no?
Quien espere una película bélica.

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23 noviembre 2008

El Reino Prohibido

Un adolescente neoyorquino, un tanto patoso, cuya gran afición es el cine clásico de Kung Fu, se hace con un milenario y mágico bastón con el que, tras unos acontecimientos, se ve transportado a la China medieval. Nada más llegar, unos soldados atacan a una aldea y asombrando y asustado de lo que ve intenta escapar, mas lo descubren y no tardan en ir en su busca. Sin opciones ya, aparece un viajero borracho que, sorprendentemente, le salva; tras ello, el viajero se da cuenta de que el bastón que tiene no es uno cualquiera, y que debe llevarlo a un peligroso lugar.

El Reino Prohibido es la enésima adaptación de la leyenda del Rey Mono (o sea, Viaje hacia el oeste), y además es el primer filme donde coinciden dos mitos vivientes del cine de artes marciales, o sea, el incombustible Jackie Chan y el siempre espectacular Jet Li; a estos dos les acompaña el joven Michael Angarano, Collin Chou y Liu YiFei entre otros, los dirige Rob Minkoff (El Rey León, Stuart Little).

Simplemente por el hecho de ver a Li y Chan compartiendo plano y acrobacias merece la pena verla, aunque curiosamente, y a mi juicio, la mejor lucha no es la que enfrente a estos dos, sino una de las primeras, la de la tetería, donde Jackie Chan vuelve a demostrar que es un gran acróbata y que está en plena forma a pesar de que ya supera el medio siglo de edad, y donde se nota el arte del coreógrafo de la trilogía Matrix, Yuen Woo-Ping, que vuelve a deleitarnos con unas luchas realmente espectaculares y divertidas.

La historia, pese a no ser muy original, convence, así como la actuación de sus protagonistas, los cuales tienen el suficiente carisma como para seguir interesándote por su futuro. Eso sí, tiene ciertos errores de parvulario, sobre todo en el tramo final, donde llegado un momento comienzan a aparecer demasiados luchadores sin dar muchas explicaciones de cómo han llegado (si la veis seguro que no tardáis en daros cuenta del momento), aunque dicho sea de paso, ese tipo de fallas es muy típico del género.

En conclusión, estamos ante una buena película de aventuras y artes marciales, que sin duda gustará a todo aquel que disfrute de los films de fantasía.


LO MEJOR:
-La lucha en la tetería.
-Las coreografías de Yuen Woo-Ping.
-Ver a Jackie Chan y Jet Li al fin juntos.
-Los créditos iniciales, todo un homenaje al cine de Kung Fu.

LO PEOR:
-Ciertas erratas, sobre todo resulta imperdonable la de la pelea final.

¿Quién debería verla?
Cualquiera que goce con las películas de los actores protagonistas, así como del cine de aventuras y artes marciales en general.

¿Y quién no?
Si no te gusta el género probablemente no te entusiasme.


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18 noviembre 2008

Camino

Javier Fesser es un director cuanto menos con una filmografía curiosa, fue él quien dirigió esa película que tanto gustó (y que yo no acabé de ver) cuyo título es El Milagro de P. Tinto, o realizó el taquillazo de La Gran Aventura de Mortadelo y Filemón, que aunque entretenida no me pareció muy fiel a los tebeos de Ibáñez; también ha dirigido varios cortos, entre ellos uno que fue nominado a los Oscar en su categoría.

Con éste, su tercer largometraje, da un giro radical en su carrera, su estética deja de ser la del "Jean-Pierre Jeunet español" y pasa a ser realista; su historia ya no tiene nada de cómica y se vuelve completamente dramática, y todo ello lo hace convenciendo, y llegando al corazón del espectador.

Camino es una niña de 11 años alegre y vital, como casi todas las niñas de su edad, sin embargo la mala suerte se ceba sobre ella al serle diagnosticado un cáncer. Parte de su entorno celebra dicho hecho como una bendición de Díos, pues no son pocos los que ven una posible beatificación...

Camino es un filme polémico desde sus inicios, no son pocas las críticas que ha recibido Javier Fesser (que hace tanto de director como guionista), sobre todo por parte de miembros del Opus Dei, ya que la película es un retrato nada amable sobre este grupo religioso. Fesser ha dedicado diez años para documentarse y escribir la historia del film, que en realidad no sólo se basa en la vida (o más bien la muerte) de Alexia González-Barros (a la cual está dedicado el filme), sino en otras tantas historias.

Camino es una película sobre el primer amor, sobre la búsqueda de la felicidad, sobre una niña que no se siente libre por culpa de que le imponen unas normas rígidas y absurdas; sobre el fanatismo religioso, sobre la estupidez de muchas personas que ven bendición donde sólo hay sufrimiento. Camino es una historia tierna y demoledora, triste y alegre, conmovedora, llena de sensibilidad y dureza. Su historia sin duda atrapa desde el primer momento y no te suelta hasta el final, apretándote a menudo la boca del estómago, mostrándonos imágenes que te dejan helado o te hacen sonreír, o llorar. Camino navega entre la realidad y las imágenes oníricas, éstas últimas no son sino una metáfora de la represión y los miedos de la niña, pero todas ellas mostradas con especial sensibilidad por Fesser, quien ha conseguido dar con el tono apropiado para contar la historia.

En definitiva, Camino es un filme que hay que ver, que no dejará indiferente a nadie y que sin duda es una de las mejores películas españolas del año (si no la mejor).

LO MEJOR:
-Nerea Camacho, todo un descubrimiento, su sonrisa y sus ojos llenan la pantalla de luz.
-El reparto en general, el casting es perfecto.
-La dirección y el guión de Fesser.
-Las escenas oníricas.

LO PEOR:
-Parte del montaje paralelo del final.
-¿Era necesario que fueran tan explícitas las operaciones?

¿Quién debería verla?
Todo el mundo, incluido miembros del Opus Dei (aunque quizá a éstos no le haga mucha gracia).


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05 noviembre 2008

Mini-Crónica del XIV Salón del Manga de Barcelona

Este año sin duda es para mí el año de los salones, ya he ido al Salón Manga de Jerez, al Expomanga de Madrid y este pasado fin de semana al Salón del Manga de Barcelona, el evento dedicado al manga, anime y la cultura japonesa más importante de Europa.

El día elegido fue el viernes 31 de octubre, y la compañía no pudo ser mejor.

Nos levantamos tempranito para disfrazarnos y maquillarnos e ir lo antes posible al lugar del evento. Por supuesto tardamos un buen rato en ello, y como suele pasar no terminamos a la hora prevista, pero el resultado fue satisfactorio. Una vez terminamos de caracterizarnos (por cierto, íbamos de Slayers), bajamos en busca de un lugar para desayunar, llovía un poco, por lo que temíamos que se nos fuera a joder el maquillaje o similar, pero no tuvimos mala suerte a ese respecto. No tardamos en encontrar un lugar donde meternos algo en el estómago. Mientras nos comíamos un donut y bebíamos algo, los turistas y barceloneses nos observaban con curiosidad, e incluso alguno que otro echó alguna foto.

Tras ello nos dirigimos al metro y allí hicimos migas con un grupo de adolescentes, los cuales se echaron fotos con nosotros y fliparon un poco con nuestros disfraces. Tras varios minutos de metro, un trasbordo y algún que otro minutillo caminando llegamos al fin al recinto del salón.

No había mucha gente, pero desde luego impresionaba un poco lo grande que era el recinto, así como el tamaño de algunos stands. Nada más entrar comenzaron a pedirnos permiso para hacer fotos, en esos primeros compases triunfaba sobre todo el hombre de azul, o sea, nuestro compañero Hajime Saito caracterizado de Zelgadis, el cual acabó levantando pasiones entre las féminas.

Y bueno, la verdad es que escribir punto por punto todo lo que nos pasó e hicimos en el salón convertiría esta entrada en una especie de Quijote, así que voy a optar por hacer un resumen bastante corto.

Tras los primeros compases, un tanto "desacompasados", nos fuimos al otro extremo del recinto con la pérfida intención de ir mirando todos los stands, cosa que al final no hicimos, yo diría que apenas vi la mitad de los mismos, y que encima de esos sólo vi una enésima parte en condiciones. Por supuesto, por el camino hasta llegar al otro extremo nos pararon en varias ocasiones para hacernos alguna que otra fotillo, cosa que nosotros nunca negábamos, por supuesto, poníamos nuestras posturitas oportunas y gozábamos de nuestro momento de "fama", y bien que lo disfrutamos, desde luego ^^


Cuando el hambre comenzó a acuciar nos decidimos por hacer una kilométrica cola para pedir ramen. Era la mejor opción, sobre todo porque afuera estaba diluviando con fuerza, y de hecho gracias a hacer cola vi un maravilloso stand donde estaba el pack Alien Quadrilogy a un precio increíble, por lo que me lo compré sin pensármelo dos veces (antes me había comprado otro DVD a un buen precio, Avalon, en el stand de CineAsia). Una vez llegamos al final de la cola y nos hicimos con el ramen, fuimos en busca de un buen lugar para zampárnoslo, ese lugar fue la cafetería/restaurante, que era bastante espaciosa y había mucho suelo donde poder sentarse. Por cierto, alguno se quemó con el ramen, pero sobrevivió.

Después de habernos quedado medianamente satisfechos nos fuimos a dar otra vuelta, no recuerdo muy bien si fue en esos momentos cuando salimos para ir al recinto de cosplay, al cual no pudimos entrar al final, ya que había bastante cola y encima se puso a llover a cántaros, aunque por suerte no tardó mucho en llegar el mangabus que nos llevaría de nuevo al recinto principal. De nuevo en éste nos dispersamos un poco, yendo algunos a mirar unos stands, otro en compañía de unas amigas, y otros mirando un peculiar concurso de vestirse de un tema determinado. Aunque algunos acabamos un poco aburridos del espectáculo, por lo que optamos por visitar otras zonas del salón, como los videojuegos o las exposiciones, dedicadas a Doraemon, unas autoras chilenas y alguna que otra cosilla.

Tras echar el vistazo a las exposiciones bajé rápidamente para el stand de Norma Editorial (y se supone que una persona bajaría después, pero me abandonó vilmente -y espero que esto no suene a reproche^^-), allí me compre un par de tomos de Mobile Suit Gundam: The Origin, e hice cola a la espera de que apareciera el autor. Tuve la suerte de que tras de mí se pusiera un chaval la mar de simpático con el que estuve hablando todo el rato sobre Gundam, Mazinger Z y Macross, entre otras cosas, de hecho me animó bastante a que siguiera con la serie de Gundam. Tras quince o veinte minutos apareció Yoshikazu Yasuhiko, este es un hombre ya entrado en años, con gafas y de pelo gris, allí estaba muy sonriente mientras firmaba tomos, discos o postales, y los entregaba ceremoniosamente. Cuando se acercaba mi momento la verdad es que me puse muy nervioso, saqué los dos tomos y le dije al intérprete que estaba junto a Yasuhiko mi nombre y el de la otra persona, rápidamente apuntó mi nombre y se lo mostró al autor, el cual lo escribió con una caligrafía occidental no muy buena, pero más inteligible que la mía xD, después me firmó el otro tomo y yo le di las gracias en español y japonés (qué nivel, desde luego jejjeje); y tras despedirme de mi tertuliano de cola me fui en busca de mis compañeros, los cuales me esperaban para marcharnos ya del salón. Por cierto, llovía a cantaros.

También habría que anotar que nos hicimos diversas fotos con otros grupos que iban también de Slayers, además también nos hizo a la salida una el chaval con el que había mantenido la animada charla en la cola de firmas.


En definitiva, el Salón del Manga de Barcelona es un evento que todo otaku debería visitar alguna vez en su vida, ya que en él se conoce a mucha gente interesante, hay bastantes actividades y muchos stands donde encontrar casi cualquier cosa. Para mí ha sido una gran experiencia, aunque probablemente no lo habría sido tanto si no hubiera ido con toda una panda de locos (cariñosamente hablando, claro está ) y por supuesto si no me hubieran echado una mano con el disfraz las buenas de Inma y Sandra. ¡¡Muchas gracias a todos!!