Estaba un poco perdido Keanu Reeves desde que protagonizara las dos secuelas de
Matrix, habiendo participado en alguna producción con buena recepción crítica (como
Dueños de la calle), sin embargo desde el cierre de la trilogía de los Wachowski no ha liderado el reparto de ningún
blockbuster (mentira, que protagonizó
Ultimátum a la Tierra). No obstante, en 2011 se anunció, con cierto boato, la producción de
La leyenda del samurái -47 ronin- (
47 Ronin, 2013); y a uno, que le tiene cariño al protagonista de
Le llaman Bodhi y cierto gusto por los filmes ambientados en el lejano oriente (y en la época de los samuráis en particular), se le quedó el título en la memoria y no pocas ganas de descubrir qué tipo de producto sería.
Kai es encontrado en el bosque por el señor Asano cuando apenas era un crío, quien decide salvar su vida y tenerlo a su servicio. Años después, durante una visita del sogún, Kira, líder de un clan rival e invitado, le tiende una trampa y se ve obligado a practicar la ceremonia del seppuku para limpiar su honor. De ese modo sus samuráis se convierten en ronin, reuniéndose pronto para vengar a su amo.