Como ya sabemos todos, Alex de la Iglesia no es un director de cine convencional, salvo en Los crímenes de Oxford sus películas están impregnadas de un estilo muy personal y con un sentido del humor bastante negro que en ocasiones se torna grotesco, es por ello por lo que tiene un generoso grupo de seguidores e igual número (o puede que más) de detractores. No es de extrañar pues, que con su último filme divida tanto a buena parte de la crítica como al público, puesto que Balada triste de trompeta (Ídem, 2010) podrá generar muchas reacciones, pero lo que nunca hará es dejar indiferente.
La mayor parte de la historia se situa en la década de los 70, aunque hay un prólogo que transcurre en plena guerra civil, y se centra en la rivalidad de dos payasos por Natalia, una bella trapecista. Javier, hijo y nieto de payasos, es el payaso triste, y Sergio, psicópata en potencia y adorador de los niños, es el payaso gracioso, ambos son tan distintos como el día y la noche, y llevarán tan al extremo su enfrentamiento que acarreará consecuencias inesperadas.
No os fiéis de la sinopsis, sí, como leéis, ésta que he escrito es, básicamente, la que encontraréis en casi cualquier sitio, pero sin embargo Balada triste de trompeta no va sobre dos hombres que se pelean por una mujer, no es Algo pasa con Mary u otra comedia similar pero con payasos (de circo), sino que realmente trata sobre España y su historia, lo que viene a ser una payasada muy seria. Y para contarlo hace falta ser excesivo, y De la Iglesia otra cosa no sé, pero su filmografía está plagada de excesos, y este último trabajo no se libra, empezando por el principio con una escena de esas que quedarán como una de las mejores rodadas en el cine español, porque ver a Santiago Segura caracterizado de un extravagante payaso y con un machete en las manos no tiene precio. Tras esa pequeña introducción al pasado de uno de los protagonistas la cosa se calma, pero lo cierto es que no tardan en volver las exageraciones, caricaturas y excesos, sobre todo a partir de la sangrienta reacción de Javier y las posteriores acontecimientos que provocan. No obstante, no es hasta el último acto cuando la cosa se desmadra llegando a niveles insospechados, y no me refiero aquí solamente al hecho de que las situaciones puedan ser más o menos violentas, ni a su brutalidad gráfica, sino más bien a las reacciones y cambios que sufren ciertos personajes.
Carlos Areces, conocido por La hora chanante y Muchachada Nui, es el tímido protagonista junto con el camaleónico Antonio de la Torre (Gordos) y la guapa Carolina Bang (la chica de Plutón B.R.B. Nero), mientras que el número de secundarios es casi interminable, pero habría que destacar a Santiago Segura (El día de la bestia, Torrente), Sancho Gracia (Entrelobos), Enrique Villén (El Gran Vázquez), Gracia Olayo (800 balas), Manuel Tejada (Sangre de mayo) y Manuel Tallafé (Crimen Ferpecto). Todos ellos conforman un variopinto elenco cuyos personajes no dejan de ser esperpentos con los que convivimos cada día pero amplificados para la ocasión.
Concluyendo, Balada triste de trompeta es un drama y una comedia muy negra sobre España, un film que lo mires por donde lo mires es excesivo y a la par fascinante, con algún que otro momento de decaimiento, con muchas referencias cinéfilas (yo sólo he pillado las evidentes v_v) y con un final nada complaciente. Recomendable para todos aquellos que sepan (a grandes rasgos) lo que van a ver (y para los seguidores de Alex de la Iglesia).
LO MEJOR:
-Toda la primera parte.
-La última escena de la película, incluyendo ese último (primer) plano.
-La puesta en escena y la estética.
-El maquillaje.
-Los títulos de créditos iniciales.
-El momento en el que consigue que nos parezca hasta bueno el generalísimo, y que nos dé pena y todo.
LO PEOR:
-A partir de la violenta reacción de Javier pierde un poco de fuelle, pero en el último tramo se recupera, mas sin llegar al nivel del comienzo.
¿Quién debería verla?
Los fans de Alex de la Iglesia.
¿Y quién no?
Si no te va el cine pretendidamente excesivo y exagerado, así como un tanto grotesco (o lo que es casi lo mismo, si no te han gustado filmes anteriores del director -exceptuando el protagonizado por Elijah Wood- éste es difícil que lo disfrutes).
La frase:
"¿Y vosotros de qué circo sois?" Javier a unos etarras.
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