Un día como hoy (exactamente igual no, pero parecido), hace 18 años, escribí que era un gran día para la humanidad. ¿Y por qué lo fue? Porque fue el momento en el que parí (es una metáfora) este insigne blog que te ha dado por visitar (e incluso leer).
También afirmé que sobre estas virtuales páginas vertería mis pensamientos y paranoias varias, y muchas he vertido, pero poco a poco, y como bien habrás podido comprobar (o no), mis motivaciones variaron de eclécticas paridas y desahogos varios, a crónica política y, algo más tarde, me fui adentrando en terrenos cinéfilos y comiqueros y otras lecturas. A través de más de 1.000 entradas has sido, o serás (si así lo deseas), testigo de la evolución de un individuo que, a pesar de todo, y con un ritmo arrítmico, sigue empeñado (con menos fuerzas) en continuar tecleando (últimamente una pantalla táctil durante un trayecto de vuelta en tren o metro) y manchando el procesador de textos.
También afirmé que sobre estas virtuales páginas vertería mis pensamientos y paranoias varias, y muchas he vertido, pero poco a poco, y como bien habrás podido comprobar (o no), mis motivaciones variaron de eclécticas paridas y desahogos varios, a crónica política y, algo más tarde, me fui adentrando en terrenos cinéfilos y comiqueros y otras lecturas. A través de más de 1.000 entradas has sido, o serás (si así lo deseas), testigo de la evolución de un individuo que, a pesar de todo, y con un ritmo arrítmico, sigue empeñado (con menos fuerzas) en continuar tecleando (últimamente una pantalla táctil durante un trayecto de vuelta en tren o metro) y manchando el procesador de textos.