30 julio 2020

La profesora de piano

El día en el que Lara Jenkins cumple 60 años, su hijo Viktor, del que está distanciado (como, parece, del resto del mundo), tiene su primer concierto en el que tocará piezas compuestas por él. Lara vagará por la ciudad mientras intenta ver a su retoño antes del recital.

A fuerza de ver su avance en más de un par de ocasiones, La profesora de piano (Lara, 2019) terminó por atraerme lo suficiente como para decidir visionarla en pantalla grande. Sin duda llamó mi atención su protagonista, una mujer en apariencia severa y rígida, con un sentido del humor un tanto cruel, pero quizá más débil de lo que parece. Eso fui a ver, y con ello me encontré.

23 julio 2020

Bloodshot

Ray Garrison es un eficaz militar que, tras salvar a unos rehenes, es atacado y asesinado. Pero una empresa tecnológica le devuelve a la vida para formar parte de la punta de lanza de los soldados del futuro, mas él parece más interesado en la venganza.

Tuve la suerte de que me tocaron dos entradas para ver Bloodshot (ídem, 2020), pero la mala pata de que se declarara el estado de alarma, y con él el confinamiento, y al final no solo pasara la promoción, sino que la película, dirigida por Dave Wilson (que ha trabajado sobre todo en efectos especiales en videojuegos), obviamente, cayó de la cartelera. Pero he tenido una segunda oportunidad tras la reapertura de los cines, cosa que he aprovechado.

16 julio 2020

Yudoku, de Aran y Gina Vila

¿Y si existieran personas que, sin saberlo, intoxican a quienes les rodean haciendo que actúen de forma violenta contra otros? Eso es lo que averiguaron que eran, muy a su pesar, Shun y Tora, dos amigos que ahora viven alejados de la sociedad, pero buscando a más personas como ellos. Hasta la fecha no han tenido éxito, pero Shun está seguro de que Sika, la guitarrista de un famoso grupo, también es una yudoku, eso a tenor de la larga lista de muertes y desgracias que han acaecido a su alrededor.

Conocí la existencia de Yudoku gracias al catálogo manga que Norma Editorial suele publicar cada año, y como le vi buena pinta y me gusta el tebeo español estilo nipón, me hice con él. Lo leí con agrado y lo reservé para releer con la sana intención de escribir unas líneas sobre el mismo (además de pasar otro rato entretenido, que con tantas novedades se nos olvida volver a degustar viejas obras).

09 julio 2020

Maquia: Una historia de amor inmortal

 
Maquia es una iorph, una raza cuya longevidad es tal que a ojos de los humanos son inmortales. Viven separados del resto del mundo tejiendo historias en un inmenso telar (hibiol), pero la aparente paz de Maquia y todos los iorph pronto se desvanece ante la invasión de un poderoso y ambicioso reino, escapando Maquia por puro azar, terminando sola en una tierra que no conoce.

Dio la casualidad que Maquia: Una historia de amor inmortal (Sayonara no Asa ni Yakusoku no Hana o Kazaro, 2018) se estrenó un fin de semana que me iba a ser imposible ir a verla, así que pocas esperanzas me quedaban de poder visionarla, y por lo poco que había visto y leído sobre ella era una auténtica pena no hacerlo. Pero hubo un poco de suerte, ya que muchas salas la mantuvieron unos días más, aunque con poquísimas sesiones y la mayoría matinales, lo cual personalmente no me importaba, pero seguro que eso no ayudó mucho a que acudiera una masa muy grande de espectadores a visionarla.

02 julio 2020

Kingsman: El círculo de oro

Eggsy sufre un ataque por parte de un tipo con un brazo mecánico y otros cuantos energúmenos, del que sale bien parado aunque no lo consigue con facilidad. Por desgracia solo es un anticipo de un gran golpe que recibirán los Kingsman, quienes tendrán que recurrir al protocolo de máxima urgencia, y conocer de este modo la organización hermana Statesman.

En 2014 Matthew Vaughn sorprendió y divirtió con Kingsman: Servicio secreto, adaptación de un cómic de Mark Millar y Dave Gibbons con mucho sentido del humor y un poco gamberra. Debido a su éxito estaba cantado que habría más entregas y, aparentemente, sus responsables (esta secuela también está firmada por Jane Goldman y el propio realizador) debían tenerlo meridianamente claro cuando se estrenó apenas tres años más tarde.