16 julio 2020

Yudoku, de Aran y Gina Vila

¿Y si existieran personas que, sin saberlo, intoxican a quienes les rodean haciendo que actúen de forma violenta contra otros? Eso es lo que averiguaron que eran, muy a su pesar, Shun y Tora, dos amigos que ahora viven alejados de la sociedad, pero buscando a más personas como ellos. Hasta la fecha no han tenido éxito, pero Shun está seguro de que Sika, la guitarrista de un famoso grupo, también es una yudoku, eso a tenor de la larga lista de muertes y desgracias que han acaecido a su alrededor.

Conocí la existencia de Yudoku gracias al catálogo manga que Norma Editorial suele publicar cada año, y como le vi buena pinta y me gusta el tebeo español estilo nipón, me hice con él. Lo leí con agrado y lo reservé para releer con la sana intención de escribir unas líneas sobre el mismo (además de pasar otro rato entretenido, que con tantas novedades se nos olvida volver a degustar viejas obras).

Y, no sé cuánto tiempo después, he vuelto a leer este cómic de Gina Vila y Aran, ganadoras del Concurso Manga de 2013, dejándome con esta segunda lectura más satisfecho que en la anterior ocasión, y eso a pesar de que he visto los mismos errores que vi la primera vez.

Quizá he encontrado más cosas positivas al regresar a la historia, como su buen dibujo, con un atractivo diseño de personajes y un buen trabajo con los escenarios (y eso que afirman no haberlos pulido mucho por cuestiones de tiempo) y, lo que es más importante, la narrativa, y eso tratándose de dos autoras nóveles ya dice mucho de su trabajo. La historia es oscura y seria, pero no carece del todo de humor (el loco de la cuchara), y la relación de los personajes resulta interesante, especialmente la evolución de cómo interaccionan Shun y Sika; aunque quizá a un personaje tan oscuro como Hans podrían haberle sacado un poco más de miga (aunque con un espacio tan limitado, se lo tendrían que haber quitado a los primeros).

Eso sí, respecto a cómo se desarrolla la historia en sí, sí que tengo que ponerle algunos peros. Como, por ejemplo, el plan para entablar contacto con Hans no lo veo claro (¿tienen conocidos en el centro psiquiátrico?) y, especialmente, no me creo nada ese primer encuentro entre Shun y Sika (¿de dónde demonios saca tan rápido el enfermo al que pasea?). Tampoco resulta nada verosímil cierto violento (no lo vemos, pero lo es) hecho que acaece al final, ni encaja con el personaje que lo hace (no se ha mostrado rencoroso ni mucho menos violento en ningún instante), ni cuadra que haya podido salir en el estado que sale del recinto con tanta aparente facilidad (¿no hay seguridad ni enfermeros?).

La edición, que, como ya adelanté, corre a cargo de Norma Editorial, es la que nos tiene acostumbrados. Tapa blanda con subrecubierta (11,5x17,5 cm), 176 páginas en blanco y negro que incluyen, además del tebeo, tres fanarts y una página de agradecimientos. Todo por 7,5€.

Si se perdonan esos errores en el guion que he apuntado, Yudoku es un cómic que se lee bien y rápidamente, ya que conjuga un buen dibujo con unos personajes que resultan atractivos física y psicológicamente, y cierto suspense por cómo acabará el embrollo.


LO MEJOR:
-Un buen dibujo, tanto en lo que se refiere a personajes como los entornos.
-Que es una lectura muy amena, y eso que tiene muchos agujeros por aquí y por allá.
-Me gusta mucho la idea de la que parte la historia, así como los personajes (aunque Shun es un poco cargante a veces, se nota que es cabezota).

LO PEOR:
-La idea es buena y su desarrollo no deja de ser entretenido, pero hay demasiados agujeros de guion, sobre todo en lo que se refiere al plan que inician los protagonistas.
-Cierto hecho final resulta bastante forzado.

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