30 julio 2020

La profesora de piano

El día en el que Lara Jenkins cumple 60 años, su hijo Viktor, del que está distanciado (como, parece, del resto del mundo), tiene su primer concierto en el que tocará piezas compuestas por él. Lara vagará por la ciudad mientras intenta ver a su retoño antes del recital.

A fuerza de ver su avance en más de un par de ocasiones, La profesora de piano (Lara, 2019) terminó por atraerme lo suficiente como para decidir visionarla en pantalla grande. Sin duda llamó mi atención su protagonista, una mujer en apariencia severa y rígida, con un sentido del humor un tanto cruel, pero quizá más débil de lo que parece. Eso fui a ver, y con ello me encontré.

Dirigida por Jan Ole Gerster (Oh Boy) y escrita por Blaz Kutin, La profesora de piano tiene buenas dosis de mala leche, sobre todo encarnada en su cruel, solitaria y torturada (y obsesiva) protagonista, la cual intenta aparentar jovialidad en el día de su cumpleaños, pero no sin cierta ironía termina siendo rechazada o estando en soledad por una cuestión u otra por aquellos que ella desea cerca, pero a la par se aleja de a quien se le quiere aproximar. Y todo esto ocurre mientras Lara vaga de aquí para allá, regalando entradas (o intentándolo) en su antiguo trabajo, a su profesor, mientras intenta contactar con su hijo y encontrarse con él, porque se muere por ver lo que ha compuesto y, probablemente, buscar algo más de él (cosa que encuentra y por lo que pagará un alto precio).

Lo malo de dar tantas vueltas y de indagar con tanto ahínco, es que al final se puede acabar divagando como ocurre en esta ocasión, habiendo un tramo que, al menos a mí, se me hizo un tanto cuesta arriba. No obstante, Gerster ha sabido afinar a tiempo y la secuencia del concierto consigue crear los mejores momentos del film, provoca incluso tensión, pero sobre todo es muy divertida de ver, conduciendo a un último acto de cierto patetismo, en el que el espectador se acabará incluso apiadando de Lara.

Corinna Harfouch (El hundimiento) interpreta excelentemente a la protagonista, sin ella no se entendería la película, ella es la película, y arrastra al espectador a su singular peregrinaje; Tom Schilling (Hijos del Tercer Reich) da vida a su hijo, un artista de gran talento y grandes inseguridades, heredadas por parte materna, con la cual tiene una complicada relación, que va de la admiración al tormento; Rainer Bock (La cinta blanca) es Paul Jenkins, el exmarido de Lara, quien intenta proteger a Viktor de esta; y Volkmar Kleiner (La vida de los otros) es el antiguo profesor de Lara, quien parece que sin saberlo la terminaría marcando como ella marcaría después a su hijo.

En definitiva, La profesora de piano es una película centrada en un solo personaje, una mujer poderosa en horas bajas, que mantiene su vieja ambición y a la par está resignada, una mujer egoísta y cruel que o no quiere ser consciente de algunos de sus errores o, simplemente, pasa de ellos.


LO MEJOR:
-La secuencia del concierto (y lo que vendrá después).
-Corinna Harfouch.
-La música.

LO PEOR:

-Esos momentos donde la historia divaga y se hace mucho menos entretenida.

¿Quién debería verla?
Quien guste de personajes extremos.

¿Y quién no?
Jan Ole Gerster no es Haneke.

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