Otro Gaijin más a reseñar, siendo éste el más oriental de los que hasta ahora he leído, sobre todo porque la historia se ambienta a mediados del siglo XIX japonés y porque sus protagonistas son samuráis, además de otros detalles como las onomatopeyas, las portadillas de los capítulos y, por supuesto, el sentido de lectura, que es a lo nipón.
Himawari y Shunya son dos hermanos que de pequeños fueron testigos del asesinato de sus padres, por lo que crecen con el único deseo de vengarse, infiltrándose para ello en un poderoso clan.
Así pues, como muestra la breve sinopsis, nos encontramos ante una historia de venganza, en la que su autora, Belén Ortega (con la ayuda en el guión de Rubén García), no se corta con eso de la violencia, hay buenas raciones a lo largo de su desarrollo, sin embargo lo más importante es que intenta evitar tópicos de este tipo de obras, habiendo giros interesantes y un final notablemente dramático. También unos personajes la mar de sugerentes, como la que le da el título a la obra, una joven resentida con el mundo, cegada por sus deseos de venganza; otro personaje que me gustó mucho es Kitsune, misterioso y bastante protector con la anterior, no sé sabe muy bien qué es lo que quiere.
Si hay un apartado en el que brilla con luz propia este iberimanga (o iberomanga) ese es el dibujo, tanto los personajes como los fondos están trabajadísimos, percibiéndose claramente la influencia de Hiroaki Samura (autor de La espada del inmortal y Los carruajes de Bradherley), cosa que no oculta la autora como podemos ver en los extras del tomo, la cual venera a dicho autor además de a Nobuhiro Watsuki. A este respecto hay que destacar el capítulo tres, donde Belén le da un toque a lápices, quedando el resultado final muy evocador y realmente fantástico. Hasta la fecha es la obra más atractiva visualmente de la colección de la editorial Glénat, cosa que es mucho decir según mi opinión, pues tebeos como Bakemono, Lêttera o Dos Espadas tenían muy buen nivel gráfico.
La edición, como viene siendo habitual en la Línea Gaijin, es cuidada y de calidad. Formato rústica con sobrecubierta, unas 192 páginas en total, de las cuales alrededor de 160 son de la obra, 16 pertenecen a los extras, donde podemos encontrar comentarios de Belén Ortega, así como diseños previos de los personajes y escenarios, y al final del todo una galería de autores invitados y los agradecimientos de turno. El precio es de 7,95 euros.
Himawari es un manga que seguro gustará a todo aquel que sienta debilidad por las obras de samuráis y del subgénero de venganzas, y los que gusten de obras gráficamente potentes. Una buena compra de manga nacional.
Himawari y Shunya son dos hermanos que de pequeños fueron testigos del asesinato de sus padres, por lo que crecen con el único deseo de vengarse, infiltrándose para ello en un poderoso clan.
Así pues, como muestra la breve sinopsis, nos encontramos ante una historia de venganza, en la que su autora, Belén Ortega (con la ayuda en el guión de Rubén García), no se corta con eso de la violencia, hay buenas raciones a lo largo de su desarrollo, sin embargo lo más importante es que intenta evitar tópicos de este tipo de obras, habiendo giros interesantes y un final notablemente dramático. También unos personajes la mar de sugerentes, como la que le da el título a la obra, una joven resentida con el mundo, cegada por sus deseos de venganza; otro personaje que me gustó mucho es Kitsune, misterioso y bastante protector con la anterior, no sé sabe muy bien qué es lo que quiere.
Si hay un apartado en el que brilla con luz propia este iberimanga (o iberomanga) ese es el dibujo, tanto los personajes como los fondos están trabajadísimos, percibiéndose claramente la influencia de Hiroaki Samura (autor de La espada del inmortal y Los carruajes de Bradherley), cosa que no oculta la autora como podemos ver en los extras del tomo, la cual venera a dicho autor además de a Nobuhiro Watsuki. A este respecto hay que destacar el capítulo tres, donde Belén le da un toque a lápices, quedando el resultado final muy evocador y realmente fantástico. Hasta la fecha es la obra más atractiva visualmente de la colección de la editorial Glénat, cosa que es mucho decir según mi opinión, pues tebeos como Bakemono, Lêttera o Dos Espadas tenían muy buen nivel gráfico.
La edición, como viene siendo habitual en la Línea Gaijin, es cuidada y de calidad. Formato rústica con sobrecubierta, unas 192 páginas en total, de las cuales alrededor de 160 son de la obra, 16 pertenecen a los extras, donde podemos encontrar comentarios de Belén Ortega, así como diseños previos de los personajes y escenarios, y al final del todo una galería de autores invitados y los agradecimientos de turno. El precio es de 7,95 euros.
Himawari es un manga que seguro gustará a todo aquel que sienta debilidad por las obras de samuráis y del subgénero de venganzas, y los que gusten de obras gráficamente potentes. Una buena compra de manga nacional.
LO MEJOR:
-El cuidado dibujo.
-Avanzado el tomo hay una sorpresa que no se espera uno; así que otro detalle de interés que tiene la obra es la capacidad de sorprender.
LO PEOR:
-A mi juicio, no tiene nada negativo que sea destacable.