La semana pasada, al ver por vez primera la última obra de los Wachowski, no me sentía preparado para escribir sobre ella, y hoy domingo (ya lunes en realidad) 18 de mayo de 2008, una vez la he vuelto a ver, pero en esta ocasión en una sala de mayor calidad (de imagen al menos), sigo sin estarlo. No obstante, haré el esfuerzo de escribir unas líneas acerca de este atípico film en lo que a realización visual, e incluso conceptual, se refiere.
Desde que se estrenara The Matrix Revolutions allá por noviembre de 2003 los hermanos Andy y Larry Wachowski no se habían dignado a dirigir ninguna película aunque sí que produjeron y escribieron el guión de la más que notable V de Vendetta. Pero los Wachowski sorprendieron a propios y extraños al hacerse saber que serían ellos quienes dirigirían la adaptación a pantalla grande del anime Meteoro (Speed Racer en su título anglosajón y Mach Go Go Go en el título original japonés), años atrás ellos mismo lo afirmaron, "lo próximo que hagamos no se parecerá en nada a Matrix". Y lo han cumplido, desde luego, pues de tres películas oscuras con argumentos intrincados y adultos han pasado a una cuyo argumento no tiene nada de intrincado, es para toda la familia y encima colorines no le faltan.
Las primeras fotos que vi de la película que nos ocupa me echaron completamente para atrás, sin duda pensaba ir a verla, pero me hicieron pensar que esta vez Andy y Larry se estaban arriesgando demasiado, y parece que mis pensamientos no iban del todo mal, sobre todo viendo el resultado que está teniendo hasta el momento en la taquilla a nivel internacional, bastante mediocre.
Pero vayamos al grano. Speed Racer es un joven que desde muy pequeño lleva gasolina en la sangre, de hecho toda su familia la lleva, Rex, su hermano mayor, fue un famoso piloto de carreras y su padre es constructor y dirige su escudería familiar. Cierto día, tras ganar una espectacular carrera, un adinerado patrocinador va a casa de los Racer para hacer una oferta a Speed, los lleva a la ciudad en su jet y les muestra todo lo que podrían obtener. Pero no es oro todo lo que reluce, pues el empresario en cuestión no es sino un tipo al que sólo le interesa el dinero y el poder, y las carreras son para él sólo un medio más para engordar sus arcas. A partir de ahí Speed luchará con todas sus fuerzas (con la ayuda del misterioso Racer X), haciendo lo único que sabe hacer, correr y competir; para así limpiar el deporte que tanto ama.
En realidad me salto varias cosillas del argumento, pero lo dejo así para que vosotros mismos tengáis la posibilidad de descubrirlo.
La película choca, sí, al principio choca por completo su estética, ese colorido casi chillón, esos parques tan verdes con flores de tantos colores, esas calles y edificios multicolor, esas paredes pintadas de amarillo y naranja, por no mencionar el resto del atrezzo. Pero tras unos pocos minutos uno deja de fijarse en eso para estar atento a los acontecimientos que se narran.
Este filme está hecho para impactar visualmente, quizá no marcará un antes y un después como hizo la trilogía Matrix (aunque eso aún está por ver), pero sin duda este apartado se merece todos los elogios posibles. Y no es ya sólo el colorido, sino el como está llevado a cabo. John Gaeta y los Wachowski lo han vuelto a hacer, han logrado un producto con el que sorprender a espectador, con el que es inevitable soltar algún ¡uooouuh! Las carreras son simplemente espectaculares, geniales, increíblemente imaginativas y sin duda divertidísimas, del todo irreales, pero si no fuera así perderían todo interés. Aunque es cierto que hay un par de momentos en alguna que otra carrera que son confusos (sobre todo al final de la última carrera), el resto está llevado a cabo de forma magistral, y algo que ayuda (y mucho) a ello es el fantástico montaje, sin duda en este apartado (además de los efectos visuales) se merecen alguna nominación a los próximos Oscars (se merece ganarlos, de hecho), aunque me temo que no va a ser así, pues los críticos parecen que la tienen tomada con estos directores.
La música la compone Michael Giacchino, compositor de la BSO de Perdidos y que a mi juicio ha realizado un correcto trabajo (en alguna que otra escena me parece escuchar algo de la mano de Don Davis, el compositor de la BSO de las tres de Matrix), en la que no se olvida de la melodía original de la serie, la cual versiona muy correctamente.
En definitiva, los Wachowski nos vuelven a sorprender y se vuelven a adelantar a nuestro tiempo, creando el primer anime (con permiso de Revolutions) con actores de carne y hueso. Han realizado un film sorprendente y excelente adaptación, con unas carreras que dejan sin aliento y que sorprenden, y una original estética. Un entretenimiento de tomo y lomo, una delicia visual, muy recomendable.
LO MEJOR:
-Las carreras, todo un gozo para los sentidos.
-Los efectos especiales y el montaje, absolutamente geniales.
-Susan Sarandon (Thelma y Louis), John Goodmam (El gran Lebowski), Christina Ricci (Sleepy Hollow), como la madre, el padre y la novia de Speed respectivamente, y Mathew Fox (Perdidos) como Racer X, que se nota que se lo pasa pipa. Emile Hirsch (Hacia rutas salvajes) tampoco la hace nada mal (o sea, prácticamente todo el reparto).
-El malo, que aunque es bastante histriónico y sobreactua, me ha encantado, sobre todo en cierta escena.
LO PEOR:
-Una escena protagonizada por Spritle, el hermano pequeño de Speed, y su mono. No tiene mucho sentido.
-Que muchos no vean la película por prejuicios erróneos.
-Que los Wachowski tarden otros cinco años en dirigir una película.
¿Quién debería verla?
Los fans de estos dos directores, Andy y Larry Wachowski, y todo aquel al que les guste las carreras futuristas y espectaculares, además de los filmes atrevidos y originales.
¿Y quién no?
¿Los epilépticos?
Una curiosidad:
Aquellos que os guste el anterior trabajo de los Wachowski seguro que os habréis percatado de que en el camión del mafioso, el que es atacado por Racer X al poco de comenzar la película, hay unos bustos bastante particulares, puesto que aparecen en una importante escena de The Matrix Reloaded.
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