Isao Takahata, sobre todo si lo comparamos con su compañero, socio y rival Hayao Miyazaki, nunca ha sido un cineasta fácil, representa el rostro menos comercial del
Studio Ghibli a pesar de tener a sus espaldas trabajos de renombrado prestigio y calidad. Así que entrar a una sala, al día siguiente del estreno doble de las dos últimas obras del estudio que creó joyas como
El castillo en el cielo y
Recuerdos del ayer, y verla completamente llena, es una de las mayores satisfacciones que todo el que ame su cine (y el cine en general) se puede llevar. Menos mal que me tomé la molestia de comprarlas con cierta antelación, porque si hubiera apurado es probable que ni siquiera pudiéramos haber entrado ese día las cinco personas con gran criterio que nos sumamos al evento.
La llegada a España de
El cuento de la princesa Kaguya (
Kaguya-Hime no Monogatari, 2013) ha sido un tanto azarosa y dilatada (quizá no tanto como su producción, pero casi), pero al final ha tenido un desenlace feliz. Y es que en su momento
Vértigo Films anunció su lanzamiento en formatos domésticos directamente, sin pasar siquiera por un estreno técnico, luego dicho lanzamiento se retrasó unos meses, cosa que ya nos debió de mosquear (a mí no, pero porque soy paciente), pero cuando llegó la fecha y la distribuidora anunció un nuevo retraso, este indefinido, alegando motivos ajenos a la empresa, ahí si que nos extrañamos. Así que esperamos pacientes sin que
Vértigo dijera nada, llegado a tal silencio que hasta desde
Generación GHIBLI se creó una iniciativa de recogida de firmas donde se instaba a la empresa a la edición de la película. Poco tiempo después de dicha iniciativa, desde la cuenta de
Twitter de
Vértigo publicaban un tuit que anunciaba el estreno tanto de
El cuento de la princesa Kaguya como de
El recuerdo de Marnie, para inmediatamente desaparecer y, al poco, volver a “reaparecer” reafirmando el doble estreno el 18 de marzo de 2016. No me lo terminaba de creer. Complicado fiarse.