Billy Taggart, un antiguo policía metido a detective privado, es contratado por el alcalde de Nueva York, con las elecciones a la vuelta de la esquina, para que investigue a su esposa, pues sospecha que le está engañando. Al principio todo apunta a ello, pero pronto comienza a hacerse patente que el caso no es tan sencillo.
He aquí una de esas películas que ni imaginé que fuera ver en cines, pero por cuestiones de horarios era la que mejor encajaba en las agendas (a decir verdad por mí habría visto El atlas de las nubes en versión original, pero no quería ser otra vez el que dijera qué ver, además yo no cumplía años ese día y mi acompañante sí), así que allí que fuimos después de una cena casi a contrarreloj.
Obviamente no me esperaba gran cosa de la cinta dirigida por Allen Hughes, en la que es su primera película en solitario, ya que anteriormente ha trabajado con su hermano gemelo, Albert, en Desde el infierno y El libro de Eli, entre otros filmes. Como decía, no esperaba mucho de la cinta salvo que me entretuviera, cosa que consigue, aunque en ciertos puntos de su desarrollo esté al borde del tedio. Es posible que esto se deba a que el guion es de un debutante en estas lides, Brian Tucker, pero en Hollywood no se tiene muchos miramientos en retocar buenos libretos, así que no se entiende que el de Tucker no haya sido reescrito para aportarle no consistencia, pero sí una mayor profundidad, porque por lo demás se trata de un solvente thriller policíaco.
Si hay algo que le da un mayor empaque a La trama (Broken City, 2013) es su reparto. Aquí destacaría sin género de dudas a Russell Crowe (Robin Hood, El maestro del agua) que construye un inquietante a la par que carismático personaje, más que alcalde podría ser un capo de la mafia con su sonrisa falsa y mirada amenazante. Mark Walhberg (El único superviviente) es el que soporta el mayor peso de la trama, es el típico inspector caído en desgracia que se mete a detective privado y una de sus investigaciones le estalla en las narices, teniendo finalmente que hacer una elección moral que lo puede hundir todavía más en la miseria. El personaje de mujer adúltera es para Catherine Zeta-Jones (Chicago, El último gran mago), sin duda bien que podría encarnar a una mujer fatal, pero no es el caso; es un personaje femenino fuerte, atrapado, pero al que le falta un poco de desarrollo, no obstante sus escenas con Crowe, aunque breves, son de lo mejor de la película. Otros intérpretes relevantes son Jeffrey Wright (Los juegos del hambre: En llamas), como el comisario que teje los hilos a la sombra del poder; Barry Pepper (Valor de ley), como el candidato a ocupar la alcaldía de la ciudad, mientras que Kyle Chandler (El lobo de Wall Street) es el jefe de la campaña del anterior; y por último la guapa Natalie Martínez (Eternal) es la novia de Taggart.
Concluyendo. La trama no aporta nada al género, su protagonista es el típico ex-policía en horas bajas, los malos son mafiosos vestidos de políticos y empresarios y no hay ningún giro que coja del todo por sorpresa al espectador. Pero sí hay que reconocer que es un film que, salvo algún bache en el desarrollo, se deja ver muy bien, incluso tiene un par de escenas que resultan emocionantes o inquietantes. Para pasar el rato.
LO MEJOR:
-El reparto, en especial Russell Crowe.
LO PEOR:
-Al guion le hacía falta una revisión, es sólido, pero le faltan elementos que lo hagan más atractivo.
¿Quién debería verla?
Quien disfrute del cine de suspense y no tenga grandes expectativas.
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