15 agosto 2024

Furiosa: De la saga Mad Max

Furiosa vive en un paraíso verde en mitad de un gigantesco desierto. Un paraíso que ha de ser protegido del caos incluso derramando sangre.

Mad Max: Furia en la carretera nos pilló desprevenidos y, por ello, nos sorprendió a todos con su loca propuesta de alto octanaje. Así que George Miller lo tenía realmente complicado con Furiosa: De la saga Mad Max (Furiosa: A Mad Max Saga, 2024) para hacernos sentir lo mismo. Estaba claro que el director de Tres mil años esperándote no intentaría repetir la fórmula de hacer de una larga y espectacular persecución una película (casi) completa, pero teniendo en cuenta lo atractivo y misterioso que era el personaje encarnado por primera vez por Charlize Theron, tenía una potente historia en sus manos.

Historia que afirma haber escrito (junto a Nick Lathouris) incluso antes de rodar Furia en la carretera, pues  necesitaba crearla para darle un trasfondo y coherencia a esta, y para así dar a los actores recursos donde apoyarse (también escribieron la historia de Max y de otros personajes), llegando a las salas con altas expectativas, pero también con polémica a tenor de un aparente mayor uso de los efectos visuales digitales que se deja ver ya en los avances.

Y, en efecto, hay más CGI que en el film precedente (en los créditos se puede observar que algunos de ellos están creados con IA), muy probablemente motivado para evitar todos los problemas de rodaje que padecieron y, probablemente también, la destrucción (o daño) de parajes naturales de alto valor como parece que también ocurrió en la primera aventura cinematográfica de Furiosa. Es algo que se nota en muchos momentos (especialmente en salas IMAX, no tanto en pantallas convencionales), como en la edénica tierra natal de las Vuvalini, en planos generales durante persecuciones o durante el duelo dialéctico final, pero no es algo que suponga un hándicap para disfrutar de la historia en sí, que nos ofrece los ingredientes habituales asociados a la franquicia, pero que no se limita a darnos más.
A diferencia de Mad Max: Furia en la carretera, aquí el protagonismo no está tan repartido entre dos personajes (en aquel caso entre Max Rockatansky y la prota de esta), sino que es Furiosa sobre quien gira la historia, pues se narra su odisea (o, mejor dicho, el inicio de su odisea) desde que la secuestran del paraíso (Paraje Verde tiene claras connotaciones bíblicas) y se la llevan al infierno del Páramo, donde pasará por manos de más de un tirano, sobreviviendo a todas las pruebas a las que es sometida, ascendiendo con ello en la descompuesta sociedad imperante. Un relato, pues, necesariamente diferente (no en vano se desarrolla durante unos 16 años), que amplía el mundo de Mad Max, mostrándonos no solo la tierra natal de Furiosa, sino otras zonas del ancho desierto, incluyendo la Ciudad de la Gasolina y el Criadero de Balas, que hasta ahora solo habíamos vislumbrado desde la distancia. Y no solo eso, puesto que también indaga en la decrépita sociedad, desde las capas más bajas (los infelices que viven en madrigueras bajo tierra) hasta los señores feudales que dominan a las empobrecidas e ignorantes masas.

La gran incorporación a tan peculiar fauna es un egoísta, cobarde y sádico caudillo, cuyo nombre, Dementus, ya lo dice todo. Dirige una banda de moteros que arrasa allá por donde pasa, complicándoles la vida a los señores de las ciudades mencionadas y al líder de la Ciudadela. Su máxima es crear el caos, y así es la organización de su banda, compuesta de moteros de toda calaña que se le han unido voluntaria o forzosamente (sus métodos son expeditivos y sádicos).

Furiosa no tiene el nivel de adrenalina que el reinicio de Mad Max, pero eso no hace que palidezca. Sus secuencias de acción son igualmente vibrantes, incluyendo otra genial persecución de 15 minutos (cuyo rodaje se alargó 70 días), que servirá para que nuestra protagonista vuelva a demostrar su enorme determinación y valía. Más allá de esta, el mismo inicio nos obsequia con una gran escena introductoria, por no hablar del momento del avituallamiento de munición, tenso y de dramáticos instantes.

Más allá del espectáculo de acción y persecuciones indisociables a la saga, Furiosa completa el arco narrativo de su protagonista, enlazándolo a Furia a la carretera sin mácula. Personalmente echo en falta que se nos explique más sobre la vida en el Paraje Verde, para así quizás comprender una contradicción que veo entre los métodos que tienen para alejar el peligro de una invasión y las palabras que pronunció Espléndida, y alguna de las otras esposas de Immortan Joe. Sin duda, después de ver su epopeya iniciática comprendemos mejor su deseo de regresar a su tierra, así como su desesperación al enterarse de que había desaparecido.
La pujante Anya Taylor-Joy (Glass) fue la elegida para ponerse debajo de la piel de la heroína, lo cual era todo un desafío teniendo en cuenta el formidable trabajo que hizo Theron. Dicen que las comparaciones son odiosas y lo suelen ser, y no seré yo quien las haga en esta ocasión, porque el trabajo de Taylor-Joy es magnífico y su mirada tiene la fuerza que requiere el personaje. Pero no solo ella interpreta Furiosa, también lo hace en su versión infantil Alyla Browne (Las flores perdidas de Alice Hart), cuyo rostro retocaron mediante IA para que fuera más parecida a Taylor-Joy, y que también cumple sobradamente con su labor.

Lo que hace más interesante a una heroína son sus enemigos y aquí los principales son hombres. A los mencionados líderes ya conocidos, aunque encarnados en esta ocasión por Lachy Hulme (Matrix Revolutions) y Lee Perry, repitiendo solo John Howard (Last Cab to Darwin), se les une el mesiánico y poco reconocible Chris Hemsworth (Men in Black: International), quien se esconde detrás de una nariz protésica y una peculiar sonrisa. Su papel es el de un demente en toda regla, que monta una originalísima montura, y el primer malvado que interpreta el mundialmente conocido como Thor, quien aprueba con nota. Entre los acólitos de este tenemos a toda una serie de individuos, uno de los más curiosos es Mr. Norton, al que interpreta una irreconocible Elsa Pataky (Poker Face), y quien a su vez tiene otro papel (pequeñísimo) totalmente opuesto como una de las líderes de las Vuvalini (no es la única que tiene un doble papel). También están David Collins (El especialista) como el locuaz y grillado Smeg, o George Shevtsov (Japanese Story) el viejo hombre-libro (y narrador de la historia) que (a su pesar) está bajo la protección de Dementus. Entre los nombres de las ciudades tenemos un rostro conocido, Josh Helman (X-Men: Días del futuro pasado), pues interpreta a uno de los vástagos de Inmortan Joe y, quizás, padre del mediavida Slit al que interpretó en Furia en la carretera.

El principal aliado de Furiosa, Praetorian Jack, está bajo la piel de Tom Burke (Solo Dios perdona), actor que se me parece mucho a otro que participó en muchas películas como secundario (y no me refiero a su padre) pero cuyo nombre no recuerdo (aunque quiero). El suyo es un personaje que rememora al de Max (incluso en sus vestiduras), un tipo estoico y callado, pero que bajo la coraza esconde, a diferencia de la mayoría de las gentes del devastado Páramo, un corazón sensible que no duda en ayudar y apoyar a Furiosa, creándose un potente (y hermoso) vínculo entre ambos. A pesar de que su papel es pequeño, hay que nombrar a Charlee Fraser (Cualquiera menos tú), que otorga rostro a la progenitora de la protagonista. También hay algún otro personaje aliado, pero apenas tienen presencia aunque el mero hecho de estar ahí sea importante.

Puede que Furiosa: De la saga Mad Max les perezca poco a algunos espectadores, pero eso es solo porque Furia en la carretera es imbatible. Si se hubieran estrenado en orden cronológico estaríamos hablando de unánimes halagos por parte del público y crítica. Si no comparamos, lo cierto es que es un film poderoso, con estupendas secuencias de acción, personajes tan extremos e incluso desquiciados como el mundo en el que viven, y una historia, la de quien da título a la película, que no tiene ningún desperdicio. Cine con mayúsculas, cine para ver en pantalla grande.

 
LO MEJOR:
-Una buena historia, que enlaza perfectamente con Furia en la carretera.
-La dirección y la banda sonora, compuesta de nuevo por Tom Holkenborg.
-Aunque no tienen la epicidad y el nivel de locura del film previo, las secuencias de acción y persecución siguen siendo geniales.
-Genial el elenco, destacando a Anya Taylor-Joy, Chris Hemsworth y Tom Burke.

LO PEOR:
-Que tiene, aparentemente, muchos más efectos digitales. Y se nota en según qué tramos.
-Que haya espectadores que salgan defraudados por esperar otra Furia en la carretera.
-Hay que reconocer que su final, aunque muy sugerente, es anticlimático.
-Que haya fracasado en taquilla, lo que aleja una tercera entrega.

¿Quién debería verla?
Los seguidores de la franquicia y amantes de la acción y el cine postapocalíptico.

¿Y quién no?
Si solo esperas más persecuciones y más explosiones.

El días después del apocalipsis:

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