Davis Okoye es un primatólogo que trabaja en un zoo cuidando de los gorilas, con los que tiene una estrecha relación, especialmente con George, un gorila albino capaz de comunicarse con lenguaje de signos. Pero la cosa se complica cuando un experimento de la corporación Wyden termina por infectar al gorila, a un lobo y un caimán, que avanzan hacia la ciudad sin que nadie les pueda parar los pies.
A tenor de todos los proyectos que Dwayne Johnson tenía por estrenar (y por rodar) cuando llegó a las salas Proyecto Rampage (Rampage, 2021), casi se diría de que corría el riesgo de que hubiera una burbuja de su persona en cines, pero no le salió mal la jugada, concatenando éxitos incluso en producciones que pocos apostaban por ella (véase Jumanji: Bienvenidos a la jungla) y sumando un solo, aunque sonoro, fracaso (Baywatch: Los vigilantes de la playa). En esta ocasión trabajó de nuevo con Brad Peyton tras el éxito sorpresa de la espectacular (y un poco sosa) San Andrés, apostando, otra vez, por la destrucción masiva.
Proyecto Rampage se inspira en un mítico videojuego al que nunca he jugado, pero en el que el jugador se ponía en la piel de un monstruo gigante y se enfrentaba a los militares a la par que destruía la ciudad. Dudo mucho que fuese un juego (cuyas recreativas, por cierto, aparecen en algún que otro plano durante la película) con una historia muy enrevesada, de hecho dudo de que tuviera algo más que una excusa argumental, así que puede considerarse que Ryan Engle, Carlton Cuse, Ryan J. Condal y Adam Sztykiel, los guionistas de la función, partían con la ventaja de que era muy complicado defraudar en cuanto a la historia.
A mí el punto de partida me encanta, y es tan clásico como efectivo. Primero por esa especie de prólogo que es toda la secuencia de la estación espacial, y luego por el hecho de que caigan esas tres muestras en puntos estratégicos donde unos pobres animales sean víctimas de la mala utilización de la ciencia. A partir de ahí la historia se centra en Davis y el gorila, el primero intentando encontrar una cura y salvar al animal de paso, y el segundo huyendo primero y luego desatándose, víctima de la edición genética, avanzando paralelamente el plan de los malos. El film se mantiene muy entretenido durante la mayoría de su recorrido, llegando a ser muy espectacular, como es lógico, en ciertos puntos. Pero también es verdad que es previsible (hecho que tampoco sorprende) y, esto es algo más grave, le falta intensidad, incluso en los momentos donde ocurren los hechos más épicos, y es esto lo que lo lastra y evita que sea todo un gozo (y se quede en un buen pasatiempo).
Por cierto, acompañan a Johnson, entre otros, Naomie Harris (Ninja Assassin), como una antigua empleada de Wyden; el carismático Jeffrey Dean Morgan (Watchmen), como un ambiguo agente; Joe Manganiello (Liga de la Justicia), Malin Akerman (Matrimonio compulsivo), que es la mala malosa, siendo el malo tonto y hermano ficticio Jake Lacy (Carol), cerrando la lista con Demetrius Grosse (13 horas: Los soldados secretos de Bengassi), el coronel que hace oídos sordos a los expertos.
En definitiva, Proyecto Rampage es una buena opción para pasar un rato donde evadirte del apocalipsis suave que vivimos y gozar con un apocalipsis de mutantes gigantes que destruyen porque no tienen otra opción. Le falta esa intensidad de otras películas con destrucción a espuertas, pero al menos diversión no.
A tenor de todos los proyectos que Dwayne Johnson tenía por estrenar (y por rodar) cuando llegó a las salas Proyecto Rampage (Rampage, 2021), casi se diría de que corría el riesgo de que hubiera una burbuja de su persona en cines, pero no le salió mal la jugada, concatenando éxitos incluso en producciones que pocos apostaban por ella (véase Jumanji: Bienvenidos a la jungla) y sumando un solo, aunque sonoro, fracaso (Baywatch: Los vigilantes de la playa). En esta ocasión trabajó de nuevo con Brad Peyton tras el éxito sorpresa de la espectacular (y un poco sosa) San Andrés, apostando, otra vez, por la destrucción masiva.
Proyecto Rampage se inspira en un mítico videojuego al que nunca he jugado, pero en el que el jugador se ponía en la piel de un monstruo gigante y se enfrentaba a los militares a la par que destruía la ciudad. Dudo mucho que fuese un juego (cuyas recreativas, por cierto, aparecen en algún que otro plano durante la película) con una historia muy enrevesada, de hecho dudo de que tuviera algo más que una excusa argumental, así que puede considerarse que Ryan Engle, Carlton Cuse, Ryan J. Condal y Adam Sztykiel, los guionistas de la función, partían con la ventaja de que era muy complicado defraudar en cuanto a la historia.
A mí el punto de partida me encanta, y es tan clásico como efectivo. Primero por esa especie de prólogo que es toda la secuencia de la estación espacial, y luego por el hecho de que caigan esas tres muestras en puntos estratégicos donde unos pobres animales sean víctimas de la mala utilización de la ciencia. A partir de ahí la historia se centra en Davis y el gorila, el primero intentando encontrar una cura y salvar al animal de paso, y el segundo huyendo primero y luego desatándose, víctima de la edición genética, avanzando paralelamente el plan de los malos. El film se mantiene muy entretenido durante la mayoría de su recorrido, llegando a ser muy espectacular, como es lógico, en ciertos puntos. Pero también es verdad que es previsible (hecho que tampoco sorprende) y, esto es algo más grave, le falta intensidad, incluso en los momentos donde ocurren los hechos más épicos, y es esto lo que lo lastra y evita que sea todo un gozo (y se quede en un buen pasatiempo).
Por cierto, acompañan a Johnson, entre otros, Naomie Harris (Ninja Assassin), como una antigua empleada de Wyden; el carismático Jeffrey Dean Morgan (Watchmen), como un ambiguo agente; Joe Manganiello (Liga de la Justicia), Malin Akerman (Matrimonio compulsivo), que es la mala malosa, siendo el malo tonto y hermano ficticio Jake Lacy (Carol), cerrando la lista con Demetrius Grosse (13 horas: Los soldados secretos de Bengassi), el coronel que hace oídos sordos a los expertos.
En definitiva, Proyecto Rampage es una buena opción para pasar un rato donde evadirte del apocalipsis suave que vivimos y gozar con un apocalipsis de mutantes gigantes que destruyen porque no tienen otra opción. Le falta esa intensidad de otras películas con destrucción a espuertas, pero al menos diversión no.
LO MEJOR:
-El prólogo, muy efectiva secuencia en una estación espacial.
-El intento de captura del lobo.
-Las criaturas, fantásticas las tres (me encanta cuando el lobo planea).
-El ataque final de las bestias.
-Dwayne Jhonson es la cuarta bestia.
LO PEOR:
-Algunos efectos visuales un poco cutres.
-Tiene buen ritmo, pero le falta intensidad.
¿Quién debería verla?
A los que, como yo, disfruten de los bichos gigantes.
-El prólogo, muy efectiva secuencia en una estación espacial.
-El intento de captura del lobo.
-Las criaturas, fantásticas las tres (me encanta cuando el lobo planea).
-El ataque final de las bestias.
-Dwayne Jhonson es la cuarta bestia.
LO PEOR:
-Algunos efectos visuales un poco cutres.
-Tiene buen ritmo, pero le falta intensidad.
¿Quién debería verla?
A los que, como yo, disfruten de los bichos gigantes.
Más cine con bichos gigantes:
2 comentarios:
Palomitera y entretenida, con un Jeffrey Dean Morgan muy majete, sí.
Dean Morgan siempre está majete creo yo... incluso con papeles que no son presicamente "majos". xD
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