24 marzo 2022

Nausicaä del Valle del Viento, de Hayao Miyazaki

Desde hacía mucho estaba con ganas de releerme el manga más largo de Hayao Miyazaki (y casi el único editado en España). Hace tiempo me lo solía leer una vez al año, cada verano regresaba a esta obra y Akira, dos extensas historias que tienen ciertos puntos en común y eso que son muy diferentes. Aprovechando unos días libres donde pude regresar a mi tierra (donde tengo el grueso de mi mangateka) quité espacio a otros ociosos quehaceres para zambullirme otra vez, probablemente tras más de una década, en la obra magna del genial cineasta.

Cuando Hayao Miyazaki anunció su retirada definitiva allá por 2013, tenía la secreta esperanza de que dedicase su tiempo a dibujar manga. Cuando saltó la noticia de que iba a serializar un cómic de samuráis mi esperanza creció, ya que creí posible que dibujase una obra más o menos larga con la que tarde o temprano podría deleitarme. Sinceramente, me apenó el que decidiera abandonarla para embarcarse en otra aventura animada (aún así, encantado iré a verla cuando llegue la hora). Y eso era porque Nausicaä del Valle del Viento, la historia en viñetas, me impactó mucho en su momento y es, de hecho, uno de mis mangas preferidos, y el causante por el que crea que aunque Miyazaki es un grandísimo cineasta también es un gran mangaka. Casi se podría decir que el que se decantara por la animación nos ha quitado la posibilidad de ver grandes tebeos, es como una de esas “posibilidades perdidas” sobre las que ha hablado el realizador de Porco Rosso en alguna que otra ocasión.
 
Nausicaä del Valle del Viento se sitúa 1.000 años después de una gran guerra que asoló el planeta. Los descendientes de los sobrevivientes viven en precarias condiciones, alejados del gran bosque dominado por insectos gigantes, conocido como la Zona Contaminada, ya que las plantas que allí crecen emiten unos gases tóxicos que impiden la supervivencia de las personas. Nausicaä es la princesa de un pequeño reino cuya independencia de Tormekia, un reino más grande y poderoso, depende de un tratado que la obliga a aportar armas y tropas cuando este lo pide. La guerra entre Tormekia y Durku ha estallado, por lo que Nausicaä, sustituyendo a su padre enfermo y como única heredera al trono del Valle del Viento, deberá ir a luchar, mientras tanto proseguirá investigando el papel que juega el Bosque Contaminado y los insectos, para así hallar un modo de supervivencia en un mundo cada vez más desolado. 
Lo que menos me gusta de Nausicaä del Valle del Viento, el anime con cuyo (moderado) éxito hizo posible la creación de Studio Ghibli, es su marcado mesianismo y, puede que también, que su protagonista sea demasiado perfecta. Estos dos detalles (nada baladíes por otra parte) también están en el manga, solo que aquí Hayao Miyazaki tenía más tiempo y espacio para explayarse, darse cuenta de posibles fallas y corregirlas o desviar el rumbo si era preciso. Porque Nausicaä es, en efecto, demasiado perfecta, se preocupa por todos, a todos embelesa (sea de Tormekia, Durku e incluso insectos y animales), es fuerte y por todos se sacrifica, pero esa perfección se va corrigiendo a medida que la protagonista sufre palos y observa como a pesar de sus denodados esfuerzos y sus buenas intenciones mueren personas y animales (en no pocas ocasiones por decisiones directas suyas) sin que pueda hacer nada para evitarlo. El carácter mesiánico de Nausicaä también es muy evidente aquí, de hecho ella misma, como ya he apuntado, se sacrificaría gustosamente en más de una ocasión para expiar los pecados de la humanidad, solo que otros evitan que lo haga o llegan a tiempo para salvar su vida. Por tanto es una parte importante de la historia de la versión en papel, pero se termina diluyendo al tratarse de una obra mucho más larga y compleja que el largometraje (que, recordemos, fue realizado cuando el tebeo llevaba unos dos tomos). 
Viñetas que recuerdan dolorosamente a acontecimientos reales.
La tridimensionalidad en los personajes es una constante en las películas de Miayazaki, por lo que aquí no iba a ser diferente. Desde la propia protagonista, que a pesar de su aparente perfección inicial también tiene un lado destructor (de hecho, como he dicho, a medida que pasan los tomos su personalidad, y defectos, se va perfilando más), hasta otros como Kushana, la princesa guerrera de Tormekia, cuyas leales tropas la siguen allá donde haga falta, siendo uno de los personajes que más evolucionan a lo largo del relato, pareciéndose mucho a Nausicaä al final. Yuppa, el maestro de esgrima, es otro de esos personajes sin mácula miyazakianos, pero en su caso los años y la experiencia y sabiduría ganada con ellos hacen que simpaticemos con él en todo momento, incluso cuando se nos adelanta y ve cualidades en Kushana que todavía no son muy perceptibles. La mayoría de los personajes sufren una transformación durante el avance de la historia, especialmente aquellos que no conocían previamente a Nausicaä, como Su Santidad de Bida, el triarca de Durku, el ambicioso Krotoa (que él mismo se ve sorprendido con su forma de actuar en numerosas ocasiones) e incluso otros de alta cuna que en un último momento deciden cambiar su actitud.
"El grito" de Edvard Munch, una referencia clara.
Mientras avanzaba en las páginas he visto o vislumbrado de dónde podría haber extraído Miyazaki la inspiración para dibujar tal viñeta o pasaje, así como haber reconocido momentos que posteriormente ha vuelto a usar en otras de sus obras (es por esto por lo que, en buena medida, pienso que este manga es su obra definitiva). Por ejemplo, como en La princesa Mononoke, el pueblo se enfrenta a unos soldados para que no hagan daño a la protagonista; la imagen de la chica con alas también la utilizaría en Nicky, la aprendiz de bruja; al matar a la hidra esta se funde como los demonios en La princesa Mononoke; también aparecen una especie de nutria, que es una fauna recurrente en otras obras de Miyazaki (El castillo en el cielo y en Shuna no Tabi); también hay algún enfrentamiento telepático que recuerda a la confrontación de Howl con Madame Suliman en El castillo ambulante y las cabezas rodantes las hemos visto en El viaje de Chihiro. Por otra parte, algunas imágenes están inspiradas en diferentes obras, como cierta viñeta que recuerda a El grito de Edvard Munch; el rey Vu tiene un serio parecido a Humpty Dumpty, personaje de una canción infantil inglesa que Lewis Carroll utilizó en A través del espejo. Otras viñetas tienen claros referentes históricos, la parte más cruenta de la guerra entre Tormekia y Durku nos retrotrae a la I Guerra Mundial, mientras que otros instantes nos sitúan en torno a las pruebas nucleares y las bombas lanzadas en Hiroshima y Nagasaki, así como las bombas incendiarias lanzadas en suelo japonés. 
Ejemplos de composiciones con influencias, a mi juicio, pictóricas.
Las inspiraciones y referencias darían para escribir un ensayo extenso y profundo, cosa que no es el objetivo de este texto (nada ambicioso), aun así no está de más señalar la conocida (y reconocida) inspiración del personaje principal, que viene tanto del cuento popular japonés La princesa que amaba a los insectos, como de la descripción que hacía Bernard Evslin en un diccionario de mitología de su autoría, y fue más dicha descripción que el original de Homero, ya que la Nausicaä de este en comparación era menos tridimensional y más una mujer ideal en el sentido tradicional (y arcaico) del término. Al partir, por tanto, de un personaje procedente de la mitología clásica, algo de ella hay en el relato, desde las hidras (aunque difieren bastante, parte del hecho de que es un ser casi inmortal), hasta cierto tramo donde Nausicaä, como Odiseo, se ve atrapada en una idílica isla de paz rodeada por la devastación. Por otra parte, los dioses gigantes de la destrucción bien pueden estar inspirados en los titanes (o incluso en los dioses olímpicos). Y eso solo en lo referente a la mitología de Grecia y Roma, porque si indagáramos en otras mitologías asiáticas (Gilgamesh, por ejemplo), seguro que no pararíamos de encontrar destalles. (E incluso podríamos hablar de referencias más contemporáneas, como King Kong o el kaiju eiga.) 
¿King Kong?
Asimismo, es muy reseñable la construcción del mundo. Miyazaki se esforzó por crear un mundo heterogéneo y creíble, rico en creencias y con diferencias culturales palpables. Para ello diseñó para cada reino, e incluso para zonas o etnias concretas de un reino, sus atuendos propios y su religión, así como su determinada forma de ser. Esto último se hace especialmente palpable con las cazadores carroñeros, cuya vestimenta es muy particular y su personalidad resulta muy ingenua y bastante simple en ocasiones. Los habitantes del Valle del Viento, como fuera después Ashitaka en La princesa Mononoke, viven en un término medio, ya que respetan el Bosque Contaminado y su propia naturaleza, cultivando sus tierras de la forma más respetuosa posible. Caso contrario que los dirigentes de Tormekia y Durku, los primeros un nido de víboras con ansias de poder y los segundos tan ambiciosos que son capaces de utilizar antiguas y escondidas tecnologías que pueden acarrear la destrucción a sus enemigos y a sí mismos.
Fauna miyazakiana.
El que haya afirmado anteriormente que al decantarse Miyazaki por la animación y descartar, salvo para pasatiempo, el manga hemos perdido a un gran historietista no son palabras soltadas a la ligera. Ya sea porque sin duda es un gran narrador, capaz de contarnos muchas cosas en relativo poco espacio (véase,  por ejemplo, cuando en unas pocas viñetas conocemos la situación familiar de Kushana y la devoción de sus hombres por ella), sino también porque en un cómic se puede extender más y explicar todo lo que se le pase por la cabeza quizá con mayor libertad; ya sea porque es un gran artista con los lápices y casi cada viñeta una obra de arte, con un dominio absoluto de la composición (seguro que muchas de inspiración pictórica), o por su gran capacidad de mostrar los sentimientos de los personajes con unas pocas líneas y muchos recursos e ingenio. Verdaderamente una delicia. 
Los habitantes del Valle del Viento conviven respetuosamente con su entorno.
En mi caso me hice con la primera edición que publicó Planeta DeAgostini (ahora Planeta Cómic) allá por 2001, una edición en 6 volúmenes con un formato más cercano al álbum europeo que el clásico tankoubon japonés. En su día me gustó mucho su tamaño y me sigue agradando hoy, además está impreso en papel reciclado (aunque en el primer número, al menos mi primer número, tiene un puñado de páginas en un papel más blanco y, diría, de menos calidad al transparentarse un poco). Los tomos oscilan entre las 166 y las 200 páginas, y además del manga tienen algunos extras interesantes como mapas del mundo de Nausicaä, un texto del autor y del editor, explicaciones sobre el Bosque Contaminado o la indumentaria de la protagonista, así como un par de textos de Annabel Espada sobre Ghibli, pero tienen el hándicap de que se repiten, como ciertas comidas, en diferentes tomos (que ya podrían haber encargado otros, digo yo). El precio eran 1.200 pesetas o 7,21 euros, pues se publicó en plena implantación de la moneda única europea, un PVP que me pareció bueno en la época y que ahora también me lo parece..., aunque sea imposible hacerse con esta edición a estas alturas. En 2013 contó con una reedición formato lujo en tapa dura y dos tomos por cerca de 100€. Se lleva rumoreando desde hace un tiempo otra posible edición pero, aunque no vendría mal para que la pudiesen disfrutar nuevas generaciones, no hay señales de ella.

Nausicaä del Valle del Viento deja un poso agridulce, casi amargo, no porque falte calidad en sus páginas, sino porque hace que el lector sienta que el ser humano está condenado a cometer los mismos errores una y otra vez. También está la cuestión de la pérdida, existía la promesa de un mundo utópico, pero para que fuese posible había que pagar un precio alto. Sin duda es la obra más oscura y violenta de Hayao Miyazaki, la que concentra todas sus obsesiones y preocupaciones, donde muestra su pesimismo galopante pero también su resistencia a caer rendido al mismo, dejando siempre un resquicio de esperanza. Como dice la última frase: Tenemos que vivir. 
 

LO MEJOR:
-Una historia que deja poso y que concentra todos los temas recurrentes de Hayao Miyazaki.
-Su magnífico dibujo y todo el plano artístico en general, destacando también la composición (como no podía ser de otro modo al tratarse de uno de los grandes cineastas de nuestro tiempo).
-Personalmente, y a pesar de tener errores en la traducción, esta primera edición me gusta mucho, porque era asequible, el formato me parece idóneo para la obra y aparentemente use papel reciclado.

LO PEOR:
-Que, en determinados momentos, Nausicaä sea demasiado perfecta…, aunque luego deje de serlo.
-Se nota en algunos puntos que Miyazaki no tenía del todo claro hacia dónde dirigirse.
-Que no se haya vuelto a reeditar, y que no nos llegue más arte secuencial del genial cineasta.

Grandes obras de grandes autores:
Monster
La leyenda de Madre Sarah
El cazador de rayos
Arrugas
Buda

No hay comentarios: