29 noviembre 2018

Matrix

Nunca es tarde cuando la dicha es buena, dicen, y un servidor lleva dos años de retraso ya en la publicación de las reseñas de Matrix y sus secuelas, así que es mi intención publicarlas todas antes de que acabe el año (como así me propuse) o, por lo menos, a principios de 2019. Espero que os guste. 

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Un bonito día de junio de 1999, un jovencísimo Neovallense fue, en compañía de sus progenitores, a una sesión matinal (a 350 pesetas la entrada) para ver una película que haría una gran mella en él: Matrix (The Matrix, 1999).

Dieciséis años más tarde (cuando escribí estas líneas) el jovencísimo Neovallense solo es joven (o se intenta) y el cine donde vio la mencionada película (y otras muchas) ha cerrado (en octubre de 2014, para ser exactos), sin embargo lo que sigue indeleble es el recuerdo del impacto que le causó la segunda película de las Wachowski y hoy, 18 de agosto de 2015 (lo que quiere decir que llevo más de dos años sin revisionarla), ha vuelto a verla en el que es su enésimo visionado.

Thomas A. Anderson es un empleado de una multinacional de software y,  también, un pirata informático con el nombre de salteador Neo, que se lleva preguntando toda su vida qué es lo que falla en el mundo, quién es Morfeo y qué es Matrix.

Matrix (y sus secuelas), en efecto, es una de las películas que más veces habré revisionado, no obstante hasta hace bien poco no me había atrevido a escribir ni una línea sobre ella. Y es que cuando un filme te marca, como es el caso, resulta más complicado escribir sobre el mismo, hay cierto temor atávico a que el resultado sea un texto soso y sin una mínima consistencia y, quién sabe, este sea el caso; sin embargo, al menos no podré reprocharme el no haberlo intentado.

Recuerdo que, además de alucinar con las peleas y sus efectos especiales, el film de Lilly y Lana Wachowski (aunque en aquellos tiempos se llamaban Andy y Larry) me dejó todo el día pensando. Si tenemos en cuenta que se trata de una película donde prima la acción, podría decirse que es un gran logro. Esa era, básicamente, una de las intenciones de sus realizadores, crear, según sus propias palabras, “una película de acción intelectual” y que “estamos cansados de películas de acción prefabricadas carentes de contenido intelectual. Estamos determinados a meter en la película tantas ideas como podamos”. Dicha afirmación deja muy claro que nada (o casi) de lo que se ve en el film está puesto al azar, que las realizadoras quisieron hacer algo más que un simple espectáculo, sino que su intención desde un inicio era la de introducir tantas referencias y simbología como fueran posibles, de crear una cinta de acción con sublecturas, que tuviera además de unas buenas dosis de adrenalina un trasfondo filosófico y multitud de referencias por aquí y por allá (algo que se repite en mayor o menor medida en todas sus obras posteriores), convirtiéndola de este modo en todo un éxito de crítica y público y en una obra de culto instantáneo, con todo tipo de teorías a su alrededor (que se concentraban en su web, con la que jugaron muy bien para generar una comunidad en la red). Empero, esto no hace que sea inaccesible, sino que otra buena cualidad que posee es que, a pesar de tener unos diálogos más o menos filosóficos, quien no tenga muchas ganas de pensar puede quedarse con la parte superficial y las estupendas peleas y disfrutar de igual modo (claro está que un mínimo hay que usar la masa gris, aunque sea solo para percatarse cuándo están en el mundo real o en el virtual).
Matrix influyó en todo el cine que vendría después y, a día de hoy, todavía siguen apareciendo filmes con su evidente influjo. Antes de Matrix a ningún productor de Hollywood se le habría ocurrido hacer un film de artes marciales (la moda nacida en los 70, a raíz del fenómeno Bruce Lee, murió en los videoclubs a finales de los 80 y principios de los 90 con películas de paupérrimo presupuesto como El guerrero americano y sus secuelas) y después hasta Quentin Tarantino se sumó a la moda con el díptico Kill Bill. Pero Matrix es más que un film con kung-fu, su exitoso estreno supuso un shock para la mayor parte de público y crítica y una renovación en el cine de acción-ciencia ficción, legado que se vio de inmediato a través de la publicidad (con anuncios de marcas como Nike, Peugeot, LG, Repsol o Renault), y poco después en filmes como X-Men, El único, Operación Swordfish, Equilibrium, Los ángeles de Charlie y su secuela, y un largo etcétera, entre los que se encuentran incluso parodias de los momentos cumbres del film, como se puede ver en Gigolo, Shrek o Kung Pow: A puñetazo limpio.

Algunos la pusieron más o menos a parir porque consideraban que era un pastiche, una amalgama de ideas sacadas de filósofos trasnochados, cómics, del anime y del cine hongkonés. Pero, aunque no cabe la menor duda de que las hermanas Wachowski meten todo tipo de ideas extraídas consciente e inconscientemente de muy diversas fuentes, el conjunto no es un batiburrillo de referencias, sino la suma de todas ellas, creando de dicho modo un mundo y una historia coherentes y, en gran medida, original.

Normalmente dedico un párrafo a comentar el reparto de la película pero, aunque me gustaría destacar que el casting es perfecto (aunque eso es fácil decirlo una vez vista y revista la película), creo que es más interesante resaltar algunos de los nombres de los que se barajaron para los principales papeles, e intentar imaginar cuánto habría cambiado la obra. Por ejemplo, Tom Cruise fue una opción para el papel de Neo, pero pedía demasiado dinero; Will Smith rechazó el papel a favor de participar en Wild Wild West y fue, y creo que eso lo piensa todo el mundo e incluso el propio actor lo ha dicho en más de una ocasión, una gran decisión por su parte, ya que probablemente habría salido una obra muy diferente (y no creo que para bien). Y, aunque al final Keanu Reeves fue el afortunado en embutirse en la sotana, se dice que la primera opción de las Wachowski era Jason Scott Lee, pero este afirma que nunca le llamaron, mientras que la productora dice que lo rechazó (lo mismo es que al representante de Lee se le olvidó darle el guion y prefirió mantenerse en silencio ante tal cagada). Otro candidato, bastante sorprendente, la verdad, para encarnar al Elegido fue Ewan McGregor, que se decantó por la nueva trilogía de Star Wars.

Para Morfeo también sonaron varios nombres, como el de Chow Yun-Fat, cuyas elecciones en su aventura hollywoodiense no es que hayan sido muy brillantes, como fue en este caso (supongo que, para compensar, por eso rodó en 2003 El monje) e incluso hubo rumores de Sean Connery pero, dadas las exigencias físicas del papel, son bastante dudosos. Por último a Val Kilmer no le hizo gracia el guion y decidió no ser el mentor de Neo.

En definitiva, con Matrix las Wachowski quisieron mostrar algo nuevo al espectador occidental, crearon una estupenda cinta de acción y de ciencia ficción, pero que quería ser algo más y lo logró, puesto que son tantos los detalles y referencias que enriquecen la obra que hizo que, para bien y para mal, fuera un antes y un después, y no solo para el cine de acción y ciencia ficción, sino que su influjo llegó a otros medios como la publicidad, los cómics, los videojuegos... Y, desde luego, a mentes tiernas e inocentes como la del jovencísimo Neovallense.


LO MEJOR:
-La capacidad de las Wachowski de unir todo tipo de referencias e influencias para hacer un todo coherente.
-La historia, las escenas de acción, la fotografía, el montaje, la realización...
-Un buen elenco.
-Que Will Smith rechazara el papel de Neo.

LO PEOR:
-Algunos efectos visuales (básicamente en lo referido a escenarios virtuales y algunos momentos de los centinelas) no han envejecido del todo bien (al fin y al cabo el presupuesto tampoco era especialmente abultado y la tecnología ha evolucionado notablemente).

¿Quién debería verla?
No sé si existirán muchas personas a las que les pueda interesar que no la hayan visto, pero está claro que cualquiera que guste del cine de acción y/o de ciencia ficción.

¿Y quién no?
Quien no tenga interés en pensar aunque sea solo un poquito.

Morfeo estaba equivocado:
O al menos eso piensa Robert Sawyer en su estupendo artículo Inteligencia artificial, ciencia ficción y Matrix y a mí me parece del todo plausible.
En el mencionado artículo, Sawyer explica que las máquinas no estaban tanto interesadas en la energía que producen los cuerpos humanos, de hecho es probable que no la necesitaran porque al fin y al cabo, y como el mismo Morfeo dijo, tenían “una nueva forma de fusión”, por lo que en principio deberían tener energía barata e infinita (o casi). Lo que las máquinas querían de los humanos no era otra cosa que el poder de sus mentes, y no solamente para el procesamiento de información, sino también para la misma creación de Matrix. Esto es, según algunas interpretaciones de la mecánica cuántica, “lo que da forma a la realidad es únicamente el poder de observación de unos observadores cualificados”.

El DVD:
Obviamente la tengo en mi videoteca, de hecho me la compré en VHS (aunque ni siquiera lo estrené) y fui de los primeros en comprarme la estupenda edición de las tres películas más Animatrix, Ultimate Matrix Collection, que tenía más de 35 horas de extras. Obviamente, actualmente también está en Blu-Ray y las ediciones en DVD son muy variadas.

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