Seok-woo es un tipo que vive para trabajar, y que a pesar de que se encarga de la cría de su hija en la práctica no es así. Cuando su hija insiste en que quiere ir a Busán en el día de su cumpleaños, para así poder ver a su añorada madre, deja apartado un poco el trabajo y la acompaña. Lo que no pensaba es que ese viaje no solo será el del reencuentro familiar, sino un trayecto por la supervivencia, puesto una plaga se ha propagado rápidamente convirtiendo a casi todo el mundo en zombis.
En su momento me quedé con las ganas de ver (de hecho todavía no la he podido visionar, aunque la tengo en BD) The Fake, un estreno limitado en salas que también lo fue en tiempo, así que en esta ocasión tenía claro que tenía que ver la cinta dirigida por Yeong Sang-ho (Seoul Station) y escrita por el mismo y Park Joo-suk, que tuvo una magnífica acogida en Sitges y otros festivales, y que además la crítica la ha tratado bien, por lo que (en su momento) se me apetecía aún más verla, en pantalla grande obviamente, cosa que logré en esta ocasión.
Hay muchas películas que desde la crítica especializada, blogs de aficionados, redes sociales e incluso prensa rosa, la elevan a los altares y la agasajan con todo tipo de bellas y rimbombantes palabras y luego, va una a verla con toda la ilusión, y se lleva un chasco y no le parece nada de otro mundo o, directamente, justo lo contrario de lo que opina la corriente mayoritaria. Por suerte, con Train to Busan (Busanhaeng, 2016) coincido con la mayoría de las alabanzas que le han dedicado y me ha resultado un película altamente estimulante, y no solo por esos momentos de tensión extrema donde los protagonistas se tienen que enfrentar a los muertos vivientes cara a cara, o cuando huyen o se esconden de estos, sino porque al final de la cinta uno (o al menos un servidor) se queda pensativo, reflexiona sobre el mundo en el que vivimos, donde el individualismo, el egoísmo, la insolidaridad y la alineación son el pan nuestro de cada día, hechos todos que se ven reflejados en los personajes y las acciones de estos, que en la mayoría de las ocasiones (y sobre todo debido a cierto individuo que arrastra a una gran mayoría de borregos que se dejan llevar por el miedo que supura el primero) conlleva consecuencias desastrosas.
Y aún así hay hueco para un resquicio de esperanza, y no ya porque se salven muchos o pocos, sino porque el que en un principio se preocupaba tan solo por sí mismo y por su hija, cambia y también decide proteger, o al menos ayudar, a los demás, arriesgando su vida en ello.
En definitiva, Train to Busan es un filme que ofrece mucha acción, emoción y tensión con secuencias como la del avance a través de los vagones o la huida de la estación, que cortan la respiración por momentos, pero que además ofrece una lectura crítica de la sociedad actual, donde prima más el sálvese quien pueda y el ganar más a costa de lo que sea y quien sea. Magnífica.
LO MEJOR:
-Muy buena historia y realización.
-El reparto cumple sobradamente, destacando a Gong Yoo (El imperio de las sombras) y a Ma Dong-seok (El bueno, el malo y el raro).
-Que ofrece algo más que zombis y ciertas dosis de sangre, hace reflexionar.
-Es violenta, sin duda, pero por suerte no se abusa de la casquería, sino que en ese aspecto es una cinta bastante comedida.
LO PEOR:
-Hay una leve caída del ritmo en algún momento.
¿Quién debería verla?
Sin duda quien guste del cine oriental, así como todo aquel que le pirren los zombis y, también, los que disfruten de las películas que permanezcan en la memoria una vez salen de la sala.
¿Y quién no?
Bien podría ser una combinación de Guerra Mundial Z, 28 días después y el cine de George A. Romero (con una mirada algo diferente, claro). Si ninguno de estos referentes te gustan, es probable que no sea tu película.
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