Y es que el sabado vi al fin El Castillo Ambulante, esa película que tanto ansiaba visionar.
Sinceramente, no es tan buena como El Viaje de Chihiro pero no por ello deja de ser excepcional. No me defraudó, y, aunque quizás no cumplió todas mis expectativas, me divertí enormemente; permanecí prácticamente embobado durante las dos horas que dura la película, intentando fijarme en todos los detalles (algo que es imposible en un primer visionado, y es que las películas de Miyazaki -y en general todas las del Estudio Ghibli- ganan en matices cuanto más veces las ves), escuchando los dialogos con deleite, mirando las maravillosas imagenes con ojos anodadados, en definitiva: disfrutando como un niño.
Por desgracia El Castillo Ambulante se ha quedado sin el Oscar, éste se lo ha llevado Wallace y Gromit: La Maldición de las Verduras, cosa que era esperable ya que era la gran favorita (y es una gran película, creo que el Oscar se lo podrían haber dado a cualquiera de las tres nominadas y en ningún caso hubiera sido injusto. O sea, que ha sido un merecido premio).
Ahora sólo cabe esperar para ver los resultados en taquilla, ojalá se coloque entre las diez primeras (creo que lo logrará), eso sería fantástico, pues tan sólo La Princesa Mononoke -me refiero a los filmes de Ghibli que se han estrenado en España- logró colocarse entre el top ten (estuvo tres semanas en ese selecto grupo).
No tengo más que añadir, bueno, quizás sí que tenga algo: que vayáis a ver El Castillo Ambulante (espero que me lea alguien, pues si no esta publicidad no sirve para mucho).
Un saludo.
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