Juan Antonio Bayona firmó un debut muy exitoso, e inquietante, con El orfanato. Se podría afirmar que era una película ambiciosa, pero si la comparamos con su segundo trabajo se queda en una producción enana.
Que un realizador con relativa poca experiencia se ponga a los mandos de una gran producción no es algo nuevo, en los Estados Unidos ocurre bastante a menudo con resultados, en la mayor parte de las ocasiones, tirando a mediocres, así que hay que aplaudir la valentía de Bayona por ponerse a dirigir un proyecto como este y además hacerlo bien.
Que un realizador con relativa poca experiencia se ponga a los mandos de una gran producción no es algo nuevo, en los Estados Unidos ocurre bastante a menudo con resultados, en la mayor parte de las ocasiones, tirando a mediocres, así que hay que aplaudir la valentía de Bayona por ponerse a dirigir un proyecto como este y además hacerlo bien.
Henry y Maria, junto con sus hijos, van a pasar unas navidades diferentes en Tailandia, donde llegan felices y contentos, se bañan en sus magníficas playas y se relajan todo lo que pueden. Pero no contaban con que una gran ola acabara convirtiendo el paraíso en un auténtico infierno.