Para Sama

Narra la historia en primera persona de Waad y Hamza, desde los inicios de la revolución en Siria, hasta el fin del asedio a Alepo.

No hay guerras más crueles que aquellas que se dan entre compatriotas y, aunque en Para Sama (For Sama, 2019) no se vean combates y apenas algunas bombas, sí que se observan las consecuencias. Waad Al-Kateab capta con su cámara y narra a Sama, su hija, lo que está pasando en su ciudad y con ello también se lo cuenta al resto del mundo, centrándose especialmente en el hospital que dirige su marido, el cual no por ser un lugar para la asistencia de los heridos está exento de ser bombardeado.

My Hero Academia: El despertar de los héroes

Izuku y compañía son llevados a Nobuto, una isla de unos mil habitantes, para que cubran la baja del héroe encargado de la misma hasta que encuentren un sustituto. En principio los estudiantes de la clase 1-A del academia Yuei no deberían tener muchos problemas, ya que se trata de una región alejada y tranquila, pero pronto se complicarán las cosas cuando aparezcan un grupo de villanos.

My Hero Academia es uno de los shonen del momento, las ventas del manga de Kohei Horikoshi se cuentan por millones y sus seguidores están encantados con el mismo así como con la serie anime, que goza de buena salud y estupendos comentarios. Un servidor hace tiempo que no empieza una nueva serie de estas características (salvo Dragon Ball Super), sabedor de que se suelen eternizar (¿alguien ha dicho One Piece o Detective Conan?) y el espacio en el hogar es limitado (y hasta la paciencia) y muchas caen en la repetición, pero lo que sí hago es, como ya he dicho por aquí, ver los largometrajes que se estrenan en pantalla grande, incluso sin tener una base de la serie en la que se basa, porque en la mayoría de las ocasiones no hacen mucha falta, dado que suelen ser obras que van directas al grano.

Akelarre

Ana y sus amigas son apresadas sin previo aviso, ¿su delito?: ser brujas.

Viendo Akelarre (ídem, 2020) he recordado por qué la Iglesia despierta tantas antipatías entre buena parte de la población a pesar de que la mayor parte de la misma haya participado de alguna manera en ritos católicos (o incluso se considere católica). Y es que la Iglesia siempre ha sido una organización de represión, de oscurantismo y de oposición a cualquier tipo de progreso o evolución que pudiera (o pueda) menoscabar su influencia y poder sobre las instituciones y la sociedad.

Falling

John lleva a su padre, Willis, a California, donde vive, porque este se lo ha pedido, pero una vez allí resulta imposible mantener la paz por las continuas salidas de tono y ataques del progenitor.

Desde el primer avance de Falling (ídem, 2020), e incluso antes de ello, cuando vi su cartel, me atrajo el debut en la dirección de Viggo Mortensen (Captain Fantastic). Un drama con un padre en horas bajas y la relación con su hijo y su familia parecía prometedor, y no solo por su argumento, sino porque el mencionado tráiler tenía extractos divertidos y se adivinaban unos personajes que calaban.