Son pocas las publicaciones en papel dedicadas exclusivamente al
Studio Ghibli, de hecho sólo me viene a la cabeza una, que fue el especial
Mangazone. También he podido leer artículos más o menos amplios en revistas de
manga como la
Neko, la efímera
Daisuki,
Shirase y su hermana mayor
Minami, e incluso en estos últimos años que se están estrenando los filmes de
Ghibli en pantalla grande he podido leer artículos sobre el mismo o sus películas (así como entrevistas) en revistas de cine como
Cahiers du cinema,
Acción,
Imágenes de actualidad,
Cinemanía,
Maverick,
Fotogramas, etcétera. Aún así, todavía faltaba una publicación que hiciera honor al más famoso estudio japonés de animación, y he aquí que Manuel Robles, creador del gran
blog Studio Ghibli Weblog, se puso a ello y creó
Antología del Studio Ghibli de Nausicaä a Mononoke (1984-1997), el que es el primer tomo de, presumiblemente, dos libros dedicados al mencionado estudio.
El germen de este libro, como el mismo autor indica en la introducción del volumen, viene de lejos, pero muy especialmente de la idea que tuvo de realizar diversos monográficos sobre las películas de Ghibli, aunque el proyecto se quedó sólo en uno, el de Porco Rosso. Para suerte nuestra, la idea de hacer un libro pareció gustarle a los chicos de Dolmen Editorial, por lo que al final ha acabado saliendo bajo la colección Manga Books (que tiene publicados títulos sobre Naruto, Dragon Ball o Bleach, entre otros) y el paraguas editorial de la Asociación Cultural del Cómic (Japonés).
El libro en cuestión es de tamaño pequeño (no me sé las medidas v_v), encuadernado en cartoné, con solapas y tiene unas 150 páginas de papel satinado magníficamente impreso en blanco y negro, y una bonita portada en color con la imagen de
Totoro.
En este Volumen 1, y como bien indica el subtítulo del mismo, se hace un repaso a los once primeros trabajos de
Ghibli (bueno, en realidad serían diez, ya que
Nausicaä, como ya sabéis, no es del estudio propiamente dicho), o lo que es lo mismo, sus trece primeros años de historia. Va desde los difíciles y agitados primeros proyectos, a la consolidación internacional que supuso
La princesa Mononoke. Robles no sólo se limita a contarnos de qué va cada obra y a dar su mera opinión, sino que nos introduce en el contexto histórico del
Studio Ghibli en el momento de la producción del trabajo a comentar, por lo que no sólo nos informa de detalles más o menos curiosos de las películas, sino que además nos da una idea clara de cómo ha ido evolucionando
Ghibli, su política y su forma de hacer las cosas.
La estructura del libro es sencilla. Tras el índice tiene una página dedicada a aclarar algunos términos que pueden los lectores no estar familiarizados con ellos, después una breve introducción de dos páginas, donde nos explica los porqués de escribir un libro sobre el Studio Ghibli; posteriormente tenemos cuatro breves biografías de cuatro pilares del estudio, que son las de los directores Hayao Miyazaki e Isao Takahata, el productor Toshio Suzuki y el compositor Joe Hisaishi y a partir de la página dieciséis nos va comentando las películas una a una.
En las dos primeras páginas de los comentarios de los filmes tenemos, además de una gran imagen significativa del mismo, diversos datos, como premios, duración, fecha de estreno, director, productor/es, el periodo de producción, número de cels y de colores, así como los datos de taquilla si los hubiere. En las siguientes páginas nos comenta el momento histórico del estudio a la hora de realizar la obra, luego viene la sinopsis y la opinión que le merece el filme, también comenta la obra original en la que se basa si se trata de una adaptación; y por último informa de los libros de ilustraciones publicados y los discos de la BSO, siempre indicando cuáles son los más recomendables. No hay que olvidar que también hay una ficha de los personajes más relevantes, así como cuadros destacando datos sobre la realización o cualquier otra cosa; a todo ello se suma los “Sabias que...” a pie de página, donde nos ofrece datos curiosos, algunos de ellos muy interesantes.
Ya a partir de la página ciento dieciocho nos topamos con otra sección, dedicada ésta al
merchandising aparecido (una muestra de éste al menos) para cada película comentada. Bueno, no cabe duda que el film que se lleva la palma es
Mi vecino Totoro, cuya mercadotecnia va de peluches hasta vajillas, pasando por relojes, estuches, bolígrafos y un largo etcétera, toda una muestra que pondrá los dientes largos a más de uno.
Todo el libro está escrito con un lenguaje sencillo y ameno, que se lee de un tirón, se nota que Manuel Robles lo ha escrito con cariño, pero también intentando ser lo más objetivo posible, además el trabajo de documentación ha debido de ser de notables proporciones. Destacar también una reseña en particular, que al menos a mí me ha gustado especialmente, que es la de La tumba de las luciérnagas.
Pero como no ha
y ninguna obra perfecta ahí van los puntos negativos del libro, algunos de ellos bastante tontos, pero que no por ello dejaré de indicar. El primero, es el uso de la palabra “sobretodo” (que es un abrigo) en vez de “sobre todo”, que el autor utiliza en diversas ocasiones erróneamente, un error por otra parte muy típico hoy en día, pero no por ello menos destacable; el segundo detalle que observo es en el periodo de producción de
Un castillo en el cielo, ya que pone que fue del 15 de junio de 1988 al 23 de julio de 1986 (la película se estrenó en 1986), un periodo, obviamente, imposible; otro fallo se halla en la reseña de
Mi vecino Totoro, donde nos indica la posible inspiración de ésta en dos trabajos que hizo Miyazaki para la TMS junto con Takahata,
Panda Kopanda y su secuela, pues bien, afirma que en España la ha editado
Divisa cuando en realidad la sacó
Aurum (una confusión comprensible por otra parte, sobre todo viendo la política de publicaciones de la primera); también tenemos un par de errores tipográficos en Totoro Forest Project, en los que se pone “Porject”, en vez de “Project”; hay un par de datos de taquilla que no me cuadran, o al menos que no me resultan creíbles, son los datos de recaudación de
Recuerdos del ayer y de
Pompoko, ambos con paupérrimas cifras de 1,87 millones y 2,65 millones de yenes respectivamente, y más cuando leo que
Pompoko fue un éxito, y si encima luego leo que
Susurros del corazón, con 800 millones de yenes recaudados, no fueron resultados excepcionales más me hace dudar; también afirma que
La princesa Mononoke fue nominada al
Oscar a mejor película extranjera de habla no inglesa cuando esto no fue así, ya que tan sólo fue presentada por la Academia de Cine de Japón a dicha candidatura, pero sin finalmente llegar a ser nominada. Ya en la parte de
merchadising hay algunos errorcillos, como que en la última página dedicada a
Totoro le falta la numeración a los productos, y en otros casos hay comentarios erróneos. Por otra parte, también indicar que, sobre todo en las primeras reseñas, el autor tiene tendencia a la reiteración de información de cosas ya dichas pocos párrafos antes o incluso líneas, un error que indica la inseguridad de Robles en los primeros compases, pero que se va diluyendo a medida que se avanza en la lectura del libro, aunque nunca llega a desaparecer por completo dicha sensación (aunque aquí, más que al autor, habría que estirar de las orejas a los correctores o editores). Habría que añadir (aunque esto ya no son "errores") que se echa en falta algo más de información de los trabajos previos de los miembros más destacados de
Ghibli, así como comentar otras obras, como los cortos, los anuncios, y por supuestos las películas que faltan, aunque todo ello seguro que puede tener cabida en el segundo tomo.
Espero que esta parrafada con lo que yo considero puntos negros de la obra no haga pensar a nadie que estamos ante un mal libro, como ya indico un par de párrafos arriba estamos ante un buen libro, se echaba en falta, y mucho, uno que diera un repaso pormenorizado a las películas de Miyazaki, Takahata y compañía, y Manuel Robles lo ha conseguido con nota.
Antología del Studio Ghibli es un libro de obligada compra para todo aquel que guste del estudio fundado por Isao Takahata y Hayao Miyazaki, y una adquisición muy recomendable para todo aficionado al cine animado (o al buen cine en general). Así pues sólo me falta darle las gracias a su autor, Manuel Robles, por enfrascarse en tal proyecto y llevarlo a buen puerto, así como desearle que tenga la acogida que se merece, y que por supuesto salga pronto el segundo volumen.