Amanece, que no es poco

Casi cada vez que veo a Fernando, buen amigo, hombre de letras y gran persona, sala a colación el tema del cine, de cómo está el mismo, de cómo ha estado y, también, de nuestros filmes predilectos. Él nunca ha dejado de recomendarme Amanece, que no es poco (ídem, 1989), pero hasta la fecha, y dada la cantidad de películas que siempre tengo por ver, nunca había surgido el momento para verla (cuando la han emitido en algún canal..., no me ha cuadrado el horario con mi agenda). Hace un par de semanas volví a ver al bueno de Fernando y, como era inevitable, el film de José Luis Cuerda apareció en la conversación, pero esta vez su defensa y recomendación fue si cabe más vehemente, así que me vi en la obligación de, por un medio u otro, visionarla y, también, comentar mis impresiones sobre la misma.

A todo esto, durante toda la plática siempre me surgía el temor (no expresado) de que no me resultara tan maravillosa y visionaria como le parecía a mi amigo, más que nada porque Fernando espera con paciente impaciencia estas líneas y no era (ni es) mi deseo herir sus sensibles sentimientos. Puede que lo haga.

Teodoro, profesor en la universidad de Oklahoma, se ha tomado un año sábatico y lo va a pasar con su padre y la moto con sidecar que le ha regalado, su (aparente) primera parada les lleva a un pueblo recomendado por un tal Pepe, y allí buscan hospedaje a pesar de que no hay pensión.

El que empiece con unos títulos de créditos iniciales en plan La guerra de las galaxias sin duda es toda una declaración de intenciones, sobre todo porque la cinta es la antítesis de cualquier blockbuster, aquí no hay héroe que valga, todos los personajes son de andar por casa, ruines gran parte de ellos y todos con pocas luces a pesar de que hay algún labriego intelectual, y alguno incluso con rizoma... Y aquí he de indicar la primera (y puede que única) pega, y es que José Luis Cuerda es de Albacete, o sea, que es castellano-manchego, y yo soy andaluz, y eso es un gran salto cultural, nada tiene que ver el humor de un sitio y del otro, así que lo mismo lo que he sufrido con este filme ha sido un choque cultural, porque sonrisas sí que me sacó, pero carcajadas, que de eso creo que va la cosa, ni una.

Y eso que desde un inicio sabía que se trataba de una historia de humor absurdo, pero es que es demasiado absurda para mi sistema digestivo (de pelis), simplemente no le veo el sentido de que crezcan tipos de la tierra cual malas hierbas, ni que se tiren pedos con tanta pasión que salga ardiendo el trasero, ni que nazcan gemelos a los diez minutos de haber copulado..., y mucho menos veo el sentido a que esté por ahí pululando Antonio Resines (Celda 211) y su padre en la ficción Luis Ciges (El milagro de P. Tinto). Porque supuestamente (o así lo entiendo al menos) con estos dos personajes, visitantes ellos, es con los que el espectador debería conectar, puesto que al fin y al cabo no son del lugar y, por tanto, deberían quedarse un poco patidifusos ante ciertas costumbres y habitantes del pueblo amante de Faulkner, pero es que encajan a la perfección con el personal y..., bueno, no hacen nada, llegan, buscan alojamiento y, al final de la peli, se van. También es verdad que el montaje parece en ocasiones estar hecho un poco al azar, saltando de un personaje a otro sin motivo aparente, de gag en gag.

Amanece, que no es poco es todo un clásico del cine español, una cinta de culto, y no me extraña, la verdad, existen pocas películas tan absurdas como esta pero, aunque aprecio ciertos detalles de esa caricatura que hace de España y los españoles (como el momento de las elecciones, que por elegir eligen hasta la meretriz y al tonto del pueblo) y en verdad no me aburrió, no es menos cierto que tampoco despertó especialmente mi interés en sus casi dos horas de duración. Fernando, espero que sepas perdonarme.

LO MEJOR:

-El título.

-El abuelo sin dientes que le habla a la calabaza.

LO PEOR:

-Los personajes de Antonio Resines y Luis Ciges pintan poco ahí en medio.

-Para algunos puede ser "lo mejor", pero para mí que sea tan absurda es un hándicap.

¿Quién debería verla?

Los amantes del humor absurdo.

¿Y quién no?

Si el humor absurdo no es de tu estilo, complicado es que lo sea esta película.