15 mayo 2025

El castillo ambulante: Un corazón es una pesada carga, de Álvaro López

El castillo ambulante es, sin lugar a dudas, una de las películas más populares de la inconmensurable filmografía de Hayao Miyazaki (para este humilde bloguero, por ejemplo, fue durante una buena temporada su trabajo preferido), es por ello que raro habría sido que no hubieran corridos ríos de tinta sobre ella y, también, que Álvaro López Martín no hubiera escrutado plano a plano las aventuras de Sophie y Howl para traernos después un detallado análisis.

Eso ocurrió en junio de 2020, todavía en plena pandemia de COVID-19, pero quien escribe estas líneas ha tardado casi cinco años en leerse este monográfico que ya va por su tercera edición a la hora de publicar esta reseña.

Un libro que no puede empezar mejor, con un prólogo de Manuel Cristóbal, productor de, entre otras, la sobresaliente Arrugas o la notable Buñuel en el laberinto de las tortugas, y quien, a pesar de lo concisión, nos regala un muy interesante texto, especialmente cuando se refiere a su encuentro con Isao Takahata, el otro gran director de Studio Ghibli. Tras él toma la palabra Álvaro López, quien primero nos plantea varias cuestiones habituales alrededor de la adaptación de la novela de Diana Wynne Jones, para luego ponerse algo más personal y contar su primera experiencia con esta mágica cinta.

Quien haya leído su anterior ensayo sobre El viaje de Chihiro ya tendrá una idea de cómo se estructura El castillo ambulante: Un corazón es una pesada carga. Antes del mencionado prólogo e introducción tenemos una cita de Miyazaki refiriéndose a la película, así como el índice. En este nos enteramos que el libro se divide en seis capítulos, cada uno con una frase destacada como título, y tras ellos vienen otros seis apartados. En cada capítulo analiza un tramo del film, describiendo lo que acontece mientras se para a desgranar desde detalles que pueden resultar banales pero que no lo son tanto (como la cartelería), hasta frases o reacciones iniciales de los protagonistas que, ya nos adelanta, tendrán su explicación al final. Todo ello con el estilo claro y accesible que le caracteriza, pero que sabe adornar y enfatizar en las secuencias más icónicas (como en el primer encuentro de Sophie y el castillo de Howl).

Algunos de los apuntes que me han resultado más interesantes son sobre el uso de técnicas de animación por ordenador empleadas (para animar el castillo, por ejemplo), la influencia que tuvo la injustificable invasión de Irak por parte de Estados Unidos de América y Reino Unido (con el beneplácito de Aznar) o algunas de las citas que hay repartidas a lo largo de todo el volumen, sea del propio Miyazaki, Toshio Suzuki u otros miembros importantes de la producción.
Otra de las cosas que más me gustan son los textos destacados, aportando información extra muy valiosa, ya sea comentando las diferencias entre el libro y el film (que son significativas, lo que hace que sea más sugerente), anotando la música que acompaña a cada secuencia, o, otra de mis favoritas, las múltiples localizaciones en la que se inspiraron para dar vida al mundo de Howl y Sophie, entre otras cuestiones de no menor importancia (como el tratamiento del castillo como un personaje más). Finaliza dedicando cuatro páginas a hablar de la maravillosa banda sonora de Joe Hisaishi.

Uno de los apartados que siempre me atraen más en este tipo de libros es el que profundiza en la realización de la obra cinematográfica desde sus primeras fases. Aquí Álvaro aclara el tan cacareado despido de Mamoru Hosoda, que fue el director inicial, e incide mucho en el uso de la animación CGI (recalcando cómo dieron vida al castillo). Así mismo, nos habla del reparto de voces, algunas muy conocidas en el país del sol naciente; la buena impresión que se llevó Wynne Jones al mostrarle el trabajo finalizado el mismísimo Miyazaki (con el que, parece ser, conectó muy bien), para informar al final del éxito de crítica y público, tanto en Japón como internacionalmente, recogiendo en una tabla las cifras por países y reseñando los premios que obtuvo así como las nominaciones.

Después de las dos páginas con las conclusiones, donde destaca que es una historia de superación, tenemos las cabezas visibles del equipo artístico y técnico; poniendo la guinda los créditos del film, la bibliografía, los agradecimientos (un honor estar ahí) y los datos del autor.

Como los libros previos (y posteriores) del autor, Diábolo Ediciones fue la editorial que lo publicó. Un tomo que destaca por ser generoso en imágenes que hacen más sencillo si cabe de recordar todos los momentos importantes de la cinta, además de deleitarnos con el arte de los fondos y de pararnos en sus detalles. Está encuadernado, por supuesto, en cartoné, ronda las 250 páginas a color, y todas se ven genial aunque es cierto que, al menos en mi caso, algunas se han manchado ligeramente en el proceso de impresión. El texto está muy pulido, con contados errores ortotipográficos que me extrañaría que no lo hayan corregido en las reediciones. Su precio de salida fue de 25,95 €.

Como apuntaba al principio, quien haya leído algún libro escrito o coescrito por Álvaro López sabe muy bien a qué tipo de texto se va a enfrentar. No se trata de un ensayo abigarrado y repleto de tecnicismos ni de cultismos extravagantes, sino que la suya es una prosa sencilla, sin artificios, muy directa a la par que amena, que describe y analiza de forma clara aportando los datos y las claves de la historia. Aún así, para mí, El castillo ambulante: Un corazón es una pesada carga está un peldaño por debajo de otros libros de Álvaro, le falta esa chispa, pero logra transmitir parte de la magia del film y hace que, constantemente, te venga a la cabeza las hermosas melodías compuestas por Joe Hisaishi, sorprendiéndote tarareándolas mientras recorres sus páginas.

 
LO MEJOR:
-Que, como todo lo que escribe el creador de Generación GHIBLI, entretiene de pe a pa.
-Los textos destacados, y todos esos datos y detalles que saca a relucir a lo largo de las páginas.
-Una edición tan vistosa y bonita como toda la colección de Diábolo Ediciones.

LO PEOR:
-Le perdono todas las erratillas (que no son muchas), excepto confundir catártico con catatónico (y el uso de bucólico en la página 191... no sé yo).
-Le sigo poniendo la pega de que, en ocasiones, recalca un poco de más la información.

Otros ensayos de Álvaro López:
El viaje de Chihiro: Nada de lo que sucede se olvida jamás...
Antes de mi vecino Miyazaki
Mi vecino Miyazaki

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