28 abril 2022

El poder del perro

Phil y George son dos hermanos que regentan un rancho donde crían ganado, el segundo contrae nupcias con Rose, una viuda, sin la aprobación del primero.

El poder del perro (The Power of The Dog, 2021) es una de las películas que más ha sonado en la temporada de premios, recibiendo muchas alabanzas de la crítica especializada y refrendada con no pocas nominaciones y galardones, entre ellos el del Oscar a mejor dirección, tres Globos de Oro, dos BAFTA y el León de Plata a la mejor dirección en Venecia.

Salvo que se trataba de un wéstern protagonizado por el británico Benedict Cumberbatch (Sherlock), escrito (basándose en la novela de Thomas Savage) y dirigido por la oscarizada Jane Campion (El piano), nada sabía de esta historia intimista con la que tardas más de lo habitual en saber de qué va. De hecho, por el título pensaba que un perro sería importante o, incluso, coprotagonista, como un Rantanplan que acompaña a una especie de Lucky Lucke

Pero en cambio el film, que se divide en cuatro actos (convenientemente señalados), nos muestra primero la relación de los dos hermanos (George es interpretado por Jesse Plemons) tan diferentes como la noche y el día, y el conflicto que se desata cuando uno de ellos decide casarse. Es un conflicto tenso pero silencioso, donde no hay enfrentamiento frontal entre las partes (salvo el recibimiento poco amistoso quizás), pero que afectará a ambos de una u otra forma. Y, segundo, la evolución de la relación del rudo Phil, quien no tiene palabras bonitas para nadie salvo para su admirado mentor, con el amanerado Peter, el hijo de Rose que interpreta Kodi Smit-McPhee (La carretera), siendo uno la imagen especular del otro, el choque entre lo salvaje y lo civilizado.

El ritmo es lento, Campion exige al espectador pero también ofrece bellísimas panorámicas y muchos planos detalle que nos dan más información de lo que pueda parecer a un observador poco atento (véase el momento en el que Phil se relaja limpiando la silla de montar, o cuando está terminando la cuerda para Peter). Destaca también el uso del sonido, con secuencias como la de la noche de bodas, o de la música, con el disonante tema que acompaña a Rose (a la que da vida Kirsten Dunst).

El poder del perro no es, por tanto, una película fácil, no nos explica las cosas sino que nos las muestra (al papel de Cumberbatch me remito), por lo que requiere implicación del espectador, que si decide participar de forma activa en su visionado casi con toda certeza le dejará una profunda mella.

 
LO MEJOR:
-La fotografía es realmente hermosa.
-La elegante y sutil realización de Jane Campion.
-El reparto.

LO PEOR:
-Su ritmo es lento, no apto para impacientes.

¿Quién debería verla?
Amantes del wéstern intimista y deslumbrantes paisajes.
 
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