Cuenta la historia de Coriolanus Snow, de su evolución como un joven ambicioso pero algo ingenuo y su participación como mentor de la intrépida Lucy Gray Baird en los décimos Juegos del hambre.
Tras la jugosa taquilla que hicieron las cuatro películas basadas en los libros de Suzanne Collins, los directivos de Lionsgate se frotaban las manos ante la idea de seguir explotando la saga, por lo que les vino que ni pintado que Collins, que en esta ocasión ejerce como guionista (junto a Michael Arndt y Michael Lesslie), escribiera una precuela. Y aunque han tardado relativamente en llevarla a cabo, probablemente por culpa de la pandemia, Los juegos del hambre: Balada de pájaros cantores y serpientes (The Hunger Games: The Ballad of Songbirds and Snakes, 2023) es ya una realidad.
Dirigida nuevamente por Francis Lawrence (Gorrión rojo), la película, dividida explícitamente en tres partes, nos viene a contar someramente cómo se crearon los Juegos del hambre y, sobre todo, cómo evolucionaron hasta ser un espectáculo de masas. Esto al menos en las dos primeras partes, siendo la segunda de ellas donde vemos los juegos en sí, pero cambiando de tercio por completo en la tercera, que nos traslada al Distrito 12. Este tercer acto es anticlimático por completo, no obstante es imprescindible, puesto que la historia base de la película es la del arco evolutivo de Snow.
Esto, en parte, es un hándicap, pues prácticamente tenemos dos filmes en uno, pero viendo cómo se desarrolla, y cómo acaba, a un servidor al menos le ha satisfecho, puesto da al espectador un desenlace coherente y no uno abierto con una historia a medio terminar. Si quieren, y las cifras de taquilla acompañan, pueden seguir explotando la franquicia, pero si la cosa quedara aquí no nos dejarían con las miel en los labios.
Como es natural, en esta precuela no hay rastro del reparto que conocíamos (más de 60 años separan ambas historias), teniendo a otro mayoritariamente joven elenco, siendo los protagonistas Tom Blyth (Billy el Niño) como Coriolanus Snow, y Rachel Zegler (West Side Story) como Lucy, ambos cumplen muy bien con sus papeles, destacando quizás el primero sobre todo porque logra transmitir esa sutil y difícil evolución de su personaje. Otros papeles destacados son los de Viola Davis (Prisioneros), Peter Dinklage (Cyrano), Jason Schwartzman (El Gran Hotel Budapest), así como Josh Andrés Rivera (Cat Person) y Hunter Schafer (Euphoria), entre otros.
En definitiva, Los juegos del hambre: Balada de pájaros cantores y serpientes es una precuela que no es un simple sacacuartos, pues tiene una buena historia, se diferencia tanto en el tono como en el desarrollo de la trilogía previa, un reparto convincente y buenas dosis de acción y drama.
Dirigida nuevamente por Francis Lawrence (Gorrión rojo), la película, dividida explícitamente en tres partes, nos viene a contar someramente cómo se crearon los Juegos del hambre y, sobre todo, cómo evolucionaron hasta ser un espectáculo de masas. Esto al menos en las dos primeras partes, siendo la segunda de ellas donde vemos los juegos en sí, pero cambiando de tercio por completo en la tercera, que nos traslada al Distrito 12. Este tercer acto es anticlimático por completo, no obstante es imprescindible, puesto que la historia base de la película es la del arco evolutivo de Snow.
Esto, en parte, es un hándicap, pues prácticamente tenemos dos filmes en uno, pero viendo cómo se desarrolla, y cómo acaba, a un servidor al menos le ha satisfecho, puesto da al espectador un desenlace coherente y no uno abierto con una historia a medio terminar. Si quieren, y las cifras de taquilla acompañan, pueden seguir explotando la franquicia, pero si la cosa quedara aquí no nos dejarían con las miel en los labios.
Como es natural, en esta precuela no hay rastro del reparto que conocíamos (más de 60 años separan ambas historias), teniendo a otro mayoritariamente joven elenco, siendo los protagonistas Tom Blyth (Billy el Niño) como Coriolanus Snow, y Rachel Zegler (West Side Story) como Lucy, ambos cumplen muy bien con sus papeles, destacando quizás el primero sobre todo porque logra transmitir esa sutil y difícil evolución de su personaje. Otros papeles destacados son los de Viola Davis (Prisioneros), Peter Dinklage (Cyrano), Jason Schwartzman (El Gran Hotel Budapest), así como Josh Andrés Rivera (Cat Person) y Hunter Schafer (Euphoria), entre otros.
En definitiva, Los juegos del hambre: Balada de pájaros cantores y serpientes es una precuela que no es un simple sacacuartos, pues tiene una buena historia, se diferencia tanto en el tono como en el desarrollo de la trilogía previa, un reparto convincente y buenas dosis de acción y drama.
LO MEJOR:
-Buena historia y realización.
-Un reparto eficaz.
-El desenlace deja con buenas sensaciones a pesar de lo anticlimático que es el tercer acto.
LO PEOR:
-La tercera parte es anticlimática, aunque quizás era inevitable.
¿Quién debería verla?
¿Hace falta escribirlo?
Las pelis de la saga:
Los juegos del hambre: Sinsajo – Parte 2
Los juegos del hambre: Sinsajo – Parte 1
Los juegos del hambre: En llamas
Los juegos del hambre
-Buena historia y realización.
-Un reparto eficaz.
-El desenlace deja con buenas sensaciones a pesar de lo anticlimático que es el tercer acto.
LO PEOR:
-La tercera parte es anticlimática, aunque quizás era inevitable.
¿Quién debería verla?
¿Hace falta escribirlo?
Las pelis de la saga:
Los juegos del hambre: Sinsajo – Parte 2
Los juegos del hambre: Sinsajo – Parte 1
Los juegos del hambre: En llamas
Los juegos del hambre
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