Hugh Jackman vuelve a meterse en la piel de Lobezno en este spin-off de la saga X-Men que dirige el poco experimentado (apenas tiene tres trabajos cinematográficos a sus espaldas, aunque eso sí, consiguió el Oscar con Tsotsi) Gavin Hood.
X-Men Orígenes: Lobezno narra, como su nombre da ha entender, el origen de uno de los personajes más emblemáticos de la Patrulla X, desde su más tierna infancia hasta que consigue el esqueleto de adamantium, pasando por su relación amor-odio con su hermano Víctor, y finalizando en el momento que se queda sin memoria.
Gavin Hood dirige aceptablemente el film, dándole un buen ritmo, metiendo mucha acción, pero no consiguiendo en ningún momento acercarse al (según mí criterio) buen trabajo de Bryan Singer de X-Men 2 o al entretenido X-Men 3: La decisión final de Brett Ratner, quedando un poco por debajo de ésta última. Y es que a pesar del nivel de acción el resultado me parece que es un tanto descafeinado, menos oscuro que lo que requiere el personaje, siendo quizás demasiado superficial en algunos aspectos y sobre todo haciendo falta personajes secundarios con más carisma, cosa que creo que se echa en falta en esta película (y eso que el trabajo de Liv Schreiber, actor que no es de mi devoción, no es malo). Además la historia y el guión no es que sean para tirar cohetes, siendo ambas cosas bastante mediocres (aunque con sus momentos interesantes, claro).
Para finiquitar, X-Men Orígenes: Lobezno es un aceptable producto de entretenimiento, que no aprovecha todo el potencial del personaje, pero que al menos logra distraer al respetable durante sus cerca de dos horas.
LO MEJOR:
-Las escenas de acción en general, algunas de ellas bastante logradas.
LO PEOR:
-El careto de Patrick Stewart, ¿era una mala versión digital rejuvenecida?
-El guión no es muy destacable, el personaje da para mucho más.
La próxima:
Se supone que el próximo proyecto es el spin-off de Magneto, aunque también se rumorea uno de Tormenta.
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