La adaptación cinematográfica que firmaron los hermanos Wachowski y Tom Tykwer de El atlas de las nubes me resultó tan fascinante que la vi tres veces en pantalla grande, así que era lógico que tarde o temprano terminara por adentrarme en la novela en la que se basaron para crear tan fantástica historia.
Entiendo, tal y como lo entendí en su momento, que muchos de los que habían leído la novela de David Mitchell antes de ver el filme se sintieran decepcionados con la adaptación pero, sin embargo, sigo sin compartir su desencanto. Y es que, nos guste o no, es imprescindible realizar cambios en la traslación a imagen de un libro, la cuestión radica en que los autores de dicha traslación sepan captar la esencia y el núcleo del material del que parten y, a la par, otorgar una personalidad propia a la nueva obra surgida. Cosas que, a mi modo de ver, logró con nota la película del trío de realizadores.
Una vez dicho esto, me olvidaré de la mencionada adaptación y me centraré en lo que toca, que es la obra de David Mitchell.
El atlas de las nubes lo conforman seis historias ambientadas en seis épocas diferentes. Empieza en plena etapa colonial con El diario del Pacífico de Adam Ewing, donde el protagonista es un notario que tiene que hacer un largo viaje a través del océano por motivos laborales, durante el trayecto conocerá la trágica historia de los moriori y entablará amistad con el buen doctor Henry, quien le tratará de una grave afección. En Cartas desde Zedelghem, y ya en pleno siglo XX, un músico desheredado ve como única salida ofrecerse como amanuense de Vyvyan Ayrs, un viejo y famoso compositor en sus horas más bajas, establecerá una relación en principio provechosa. Vidas a medias: El primer misterio de Luisa Rey se sitúa en el año 1975, donde una periodista investiga las extrañas muertes relacionadas con la instalación de un nuevo y experimental reactor nuclear, y se jugará la vida para conseguir un informe que todos quieren. Mientras que El tremendo calvario de Timothy Cavendish está ambientada en la época actual y es de corte humorístico: un editor tiene que huir de uno de sus clientes y termina recluido en un geriátrico, donde hará lo indecible para volver a ser un hombre libre. La quinta historia, La antífona de Sonmi-451, da un salto de un siglo adelante y coloca como protagonista a una sirviente de un Papa Song's, pero no es una fabricada normal y corriente, sino que forma parte de un experimento que puede poner en peligro a la Unanimidad, por lo que es rescatada por La Unión para cumplir una misión. El cruce de Sloosha y toda la pesca se ambienta en un mundo postapocalíptico, donde los pocos restos de civilización que quedan se están consumiendo, Zachry es un pastor que se ve obligado a acoger a una clarividente en su casa.
Uno de los puntos más interesantes de la novela es que cada historia está escrita con un estilo totalmente diferente que las demás, y que, además, es toda una mezcla de géneros. Así, tenemos un diario personal para la primera historia; la segunda es narrada a través de la correspondencia del protagonista, Robert Frobisher; El primer misterio de Luisa Rey es toda una historia de suspense escrito como un bestseller, con capítulos muy cortos y finales que invitan a continuar; El tremendo calvario de Timothy Cavendish es un relato repleto de comicidad, el contrapunto a la seriedad imperante, sobre todo necesario para contrarrestar ligeramente el mal cuerpo que puede dejar el negro futuro de La antífona de Sonmi-451, que está contado en forma de entrevista; mientras que el relato de Zachry es una historia oral con una jerga muy particular. O sea que, como ya hiciera Dan Simmons con la maravillosa Hyperion (y otros muchos autores antes del mismo), David Mitchell nos cuenta una historia a través de otras seis, tejiendo para ello varias conexiones entre ellas y haciendo un conjunto cohesionado (también por temática) que invita a una segunda lectura.
En cuanto a la edición, corre a cargo de Duomo Ediciones dentro de su colección Nefelibata. Está cuidada, con una presentación atractiva (se agradece que no hayan usado el cartel de la película como portada), cartoné con solapas, buen papel y tamaño de letra óptimo, y a ello hay que sumar que apenas tiene errores ortotipográficos (me viene uno solo a la memoria). Tiene unas seiscientas páginas de buena literatura y el precio ronda los viente euros (aunque a mí me lo regalaron).
El atlas de las nubes es un libro que encandilará a aquellos que disfruten con historias osadas y diferentes, es una sabia mezcla de estilos y géneros con un claro punto en común: el sometimiento del hombre por el hombre. Su lectura se hace tremendamente amena e, incluso, genera un sentimiento de indignación por los hechos que acaecen, sea en épocas pasadas o en futuros que aún no han acontecido; logra que el lector se implique y reflexione acerca de la condición humana, de lo que es la civilización y lo que significa realmente ser civilizado. Totalmente recomendable.
LO MEJOR:
-La variedad de historias y estilos, y el hecho de que todas estén unidas por varios hilos.
-Si tuviera que elegir entre las seis historias me quedaría con La antífona de Sonmi-451 y El diario del Pacífico de Adam Ewing, que son las que más me han impactado.
LO PEOR:
-Nada reseñable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario