19 noviembre 2009

2012

Roland Emmerich es bien conocido por ser uno de los directores más "americanos" de Hollywood a pesar de ser alemán, pero sobre todo se le conoce por tener el empeño de destruir el mundo, o parte del mismo, ya sea a través de catástrofes naturales (El día de mañana), como por invasiones alienígenas (Independence Day), o enormes bichos mutantes procedentes de oriente (Godzilla). En todo caso, su cine es reconocible porque hasta la fecha siempre se ha dedicado a hacer filmes con grandes efectos especiales, y que por lo general han funcionando de maravilla en taquilla.

Supongo que esa es la principal razón que hizo que los estudios se decidieran a financiar esta superproducción de 260 millones de dólares, donde Emmerich junto con su colaborador en 10.000 (y compositor de la banda sonora de sus tres últimos films) Harald Kloser firman el guión de la destrucción del mundo tal y como lo conocemos.

Todo comienza en 2009, el geofísico Adrian Helmsley (Chiwetel Ejiofor) visita a un viejo colega y amigo en la India, donde trabaja a más de 3000 metros de profundidad, allí le muestra evidencias de que algo está pasando en el Sol, y que eso está afectando a la Tierra irremisiblemente. Año 2012, Jackson Curtis (John Cusak), un escritor cuyo mayor éxito fue vender cuatrocientos y pico ejemplares de su libro, va con sus hijos de acampada al parque de Yellowstone, allí además de comprobar asombrado que un lago ha desaparecido, conoce a un extravagante individuo que se dedica a pronosticar el fin del mundo. Al volver a Los Ángeles, y con ello a su trabajo como chófer de un adinerado hombre de negocios ruso, descubre que quizá el loco no lo estaba tanto. A partir de ese momento todo será una carrera contrarreloj para salvar a su familia.

2012 parte de la idea de que el calendario Maya termina el 21 de diciembre de 2012, en dicha fecha se producirá una rara alineación de planetas que produciría, según la extinta civilización, la desaparición de la humanidad. Con esa premisa, y un buen puñado de dólares bajo el brazo, Emmerich nos regala escena de destrucción tras escena de destrucción, comenzando por el increíble hundimiento de Los Ángeles por culpa de un temible terremoto (realmente espectacular), pasando por la erupción de un enorme volcán y la formación de un tsunami de gigantescas dimensiones, casi todas las catástrofes imaginables caben en esta película (para mí que solo faltan los tornados), y así nos regala con dos horas y media de frenético metraje, donde los protagonistas demuestran tener muy buena estrella.

Como supongo que habréis deducido por lo dicho hasta ahora, 2012 es la típica película catastrófica (bueno, se podría considerar La Película de Catástrofes), repleta de efectos especiales (muy buenos, por cierto), cuyo protagonista es un tipo normal que simplemente intenta salvar su vida y la de los suyos. Roland Emmerich y Harald Kloser no se han devanado los sesos mucho en lo que respecta al guión como podéis comprobar, es típico, está llenó de tópicos y de momentos (y personajes) más o menos vistos con anterioridad, y aún así logran atrapar la atención del espectador a base de explosiones y de situaciones límites, salpicadas éstas con algunas escenas dramáticas más o menos conseguidas. Pero sin embargo los personajes están poco trabajados, no han conseguido que la empatía sea plena, habiendo casos en que muere alguno y, al menos a mí, importa bien poco, no te produce ninguna reacción. No obstante, y teniendo en cuenta el producto, se puede considerar que en general es correcta la actuación del elenco de actores, en especial del siempre convincente John Cusak (Con Air, Medianoche en el jardín del bien y del mal) y muy a destacar el pequeño papel de Woody Harrelson (No es país para viejos), el que sin duda tiene el personaje más interesante (y a pesar de ello también típico) del nutrido elenco del film.

Terremotos, maremotos, olas gigantes, erupciones volcánicas, inundaciones, aterrizajes forzosos, escenas subacuáticas, muchas explosiones y con ellos efectos especiales a porrillo, es lo que nos ofrece 2012, la película de catástrofes por excelencia (o quizá por acumulación). Un buen divertimento que a pesar de su duración no se hace larga.



LO MEJOR:
-La destrucción generalizada, especialmente de California.
-Los efectos especiales.

LO PEOR:
-Típica, tópica, personajes poco trabajados...

¿Quién debería verla?
Si te gusta el cine catastrófico seguro que disfrutas.

¿Y quién no?
Si buscas algo más que ver como el mundo se va al garete.

Lo próximo:
El siguiente film de Emmerich no estará plagado de efectos generados por ordenador (o al menos me lo supongo), sino que será un trabajo acerca de Shakespeare, y de la posibilidad de que no fuera él quien escribió sus obras.

2 comentarios:

Joruji dijo...

joder la vi ayer y es una basura; efectos especiales un 10 pero el resto... lo que ocurre es que este tipo de peliculas de catastrofes mundiales no me gustan nada, es ver una y ya las has visto todas, es flipante. Y encima el director ese apesta, siempre impregnando todo de un patriotismo maloliente en el que su pais es dios, su presidente es un héroe... "egocentrismo nacional" al cuadrado lo denomino xD.
salu2

Neovallense dijo...

No te falta razón, pero la verdad es que a mí el género de catástrofes me suele gustar siempre, son filmes que me atraen, y es que ver eso de que el mundo se va a pique me mola ^^

Es curioso lo de Emmerich, a pesar de ser europeo probablemente sea el director que logra las películas amaricanas más patriotas, mucho más que directores estadounidenses, ahí queda el ejemplo de "Independence Day", ¡esa sí que apesta a "egocentrismos nacional"!

Saludations