Ayer (24/11/2009), tras llevar más de dos años en Madrid, acudí a mi primera acción de protesta. Era una concentración de informáticos convocada por la CGT para protestar por las condiciones laborales que se padecen en este sector, y cuya presentación era "Por el futuro de la informática, contra la precariedad". Durante el acto dos representantes del sindicato leyeron un comunicado (o quizá un extracto del mismo), en el que sobre todo se mencionaron las plabras "subcontratación", "externalización" y "consultoras", los grandes males del sector. Citando directamente de uno de los papeles que repartían:
La subcontratación y la externalización no sólo empeoran nuestras condiciones de trabajo, también degradan la informática pues las consultoras menosprecian nuestra capacitación técnica reduciéndonos a meros gestores para así engordar más sus cuentas y hacernos más prescindibles.
Valga decir que todo este párrafo es una verdad bastante tangible. Yo tengo bastante suerte en estos momentos, pero la inmensa mayoría de los informáticos tienen un horario laboral bastante amplio y echan horas extras y gratuitas en ingentes cantidades, a eso hay que añadir que muchas veces se está trabajando como externo subsubsubsubcontratado, y por lo tanto notablemente desprotegido, sin saber ante quién demonios hay que protestar puesto los distintos subcontratantes se pasan las responsabilidades.
Pero realmente no quería hablar de este asunto, que seguro que afecta a más sectores, sino de la paupérrima participación que tuvo la concentración. En los momentos más álgidos quizá habría unas cien personas y eso si contamos a los turistas y curiosos que pasaban por allí y echaban fotos o ojeaban el cartel: una pareja de orientales, un abuelo con collarín incluido, dos mujeres mayores con sus abrigos de piel de bicho muerto... Al principio probablemente había más policías que "concentrados". La verdad es que daba un poco de vergüenza.
El fracaso fue evidente, el entusiasmo de los presentes no, y el impacto que ha tenido en los medios ha sido, obviamente, inexistente. Si se protesta por algo y no se entera nadie de dicha acción poco efecto real tendrá. Esta apatía (la mía propia y la de todos) sólo beneficia a los políticos y a los empresarios, pero no me extraña que haya tal desencanto viendo la clase política existente y el uso que hacen de los medios de idiotización masiva.
Pero realmente no quería hablar de este asunto, que seguro que afecta a más sectores, sino de la paupérrima participación que tuvo la concentración. En los momentos más álgidos quizá habría unas cien personas y eso si contamos a los turistas y curiosos que pasaban por allí y echaban fotos o ojeaban el cartel: una pareja de orientales, un abuelo con collarín incluido, dos mujeres mayores con sus abrigos de piel de bicho muerto... Al principio probablemente había más policías que "concentrados". La verdad es que daba un poco de vergüenza.
El fracaso fue evidente, el entusiasmo de los presentes no, y el impacto que ha tenido en los medios ha sido, obviamente, inexistente. Si se protesta por algo y no se entera nadie de dicha acción poco efecto real tendrá. Esta apatía (la mía propia y la de todos) sólo beneficia a los políticos y a los empresarios, pero no me extraña que haya tal desencanto viendo la clase política existente y el uso que hacen de los medios de idiotización masiva.
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