22 noviembre 2011

La canción de Ariadna, de Irene Roga

La primera obra que leí de Irene Roga fue en La Parada Magazine, una revista de cómics que duró muy pocos números (creo que logré hacerme con dos, pero hay al menos tres), y ya me llamó la atención a pesar de lo breve que era; posteriormente, aunque creo que ni me di cuenta, trabajó para la B'S Log con Ruta por Japón, cuyo guión corría a cargo, si no recuerdo mal, de Verónica Calafell. Por desgracia, con la desaparición de la revista, se quedó colgada la historia, y yo con las ganas de seguir viendo las andanzas de la protagonista, ya que de todos los contenidos creados por autores nacionales era el que más me gustaba, en gran medida gracias a los dibujos de Irene, preciosistas y de gran expresividad. A pesar de todo, cuando vi el adelanto de las obras que iban a componer la Línea Gaijin, La canción de Ariadna fue una de las que descarté, ya que a primera vista parecía shojo y yo, aunque no tengo nada en contra del manga para chicas, no soy un gran aficionado al mismo. Pero el tiempo pasó y tuve alguna conversación, con un amigo en particular, sobre la colección de autores hispanos de Glénat, y al final dichas charlas hicieron que me entrasen ganas de hacerme con la obra de Irene Roga (de hecho, hasta la fecha me he comprado todos los tomos de los gaijines). Ahora que la he terminado de leer, he de afirmar que no me arrepiento para nada de su compra.

Ariadna es la jovencísima princesa de Athamenia que está enamorada perdidamente de Órelan, príncipe de un reino vecino, Bathmos, y con el cual quiere casarse. Pero su sueño se ve truncado cuando su padre, poco después de volver a contraer matrimonio con una misteriosa mujer, le anuncia que ha llegado a un acuerdo con el rey de Phrixos para que se case con su hijo. Ariadna, en compañía de Órelan, hará todo lo posible para evitar el enlace, a la par que salvar su reino de la sombra que le amenaza.

Ya en las dos primeras páginas me había metido el cómic de Irene Roga en su bolsillo, cuando llega la escena del balcón, y el posterior momento de la madrasta, me atrapó del todo. Y es que el comienzo de La canción de Ariadna es de los que, sabiamente, captan la atención del lector y le hacen querer saber qué es lo que pasa después. Y lo que es mejor, es que tras dicho inicio, el desarrollo sigue manteniendo el interés, con picos de mayor emoción, y con un final que, aún sin ser el que tenía previsto la autora en un principio (era mucho más dramático y oscuro), me gustó igualmente y me pareció bonito.

Si respecto a la historia y su desarrollo no hay ningún pero que poner, en lo que se refiere al dibujo hay que decir lo mismo. El estilo de Irene Roga, tan cercano a Shingo Araki en esta su primera obra larga, es muy atractivo. El diseño de los personajes está trabajado, aunque sean estereotipados; los fondos, aunque no son abundantes, logran su función de ambientar la historia, mientras que el vestuario cobra especial importancia para eso mismo, cosa que alcanza con nota. Obviamente aún tiene que evolucionar y mejorar, pero si sigue así sólo podemos esperar cosas buenas de la autora andaluza.

La edición sigue la senda de la toda la Línea Gaijin. Papel de buena calidad, unas doscientas páginas en total, después del manga vienen unos extras sobre el proceso creativo del mismo y curiosidades, y tras ello la galería de autores invitados. Tiene sobrecubiertas, la portada es también muy bonita, y el precio es de 7,95 euros.

La canción de Ariadna tiene todos los ingredientes de las historias clásicas: un amor oculto, un reino malvado, una mujer pérfida, criaturas mitológicas, y aventura, mucha aventura. Todos ellos en su justa medida, bien combinados, forman un manga que se lee muy bien y te deja contento. Una compra muy recomendable, sobre todo si te gustan las historias ambientadas en la antigua Grecia.


LO MEJOR:
-El dibujo, verdaderamente bonito.
-La historia, clásica pero con algunos detalles que la hacen diferente.
-La parte inicial me resultó especialmente divertida.

LO PEOR:
-Hay un flashback un poco confuso, al menos yo no me enteré que se trataba de un recuerdo hasta que no llegó a su fin.
-Es una tontería, pero en un par de viñetas la autora se olvida dibujar un complemento a cierta diosa.

Os dejo la dedicatoria que me hizo la autora en el Expomanga pasado:


1 comentario:

Santiago Bobillo dijo...

Un comic muy bonito, realmente recomendable.