29 abril 2013

Butcher Boys (Boneboys)

De la tercera película proyectada el viernes en la 10ª Muestra Syfy no esperaba nada bueno, su tráiler fue el único que vi antes de la proyección y no me causó muy buena impresión, pero lo peor estaba por llegar...

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Todas las fuentes que consultaba se limitaban a decir que era una especie de hermana de La matanza de Texas, no en vano comparten guionista, pero en versión urbana. No sé si lo será (no he visto todavía la mítica cinta, aunque sí alguna de sus secuelas), pero si así fuera no la dejaría en buen lugar.

Un grupo de amigos, después de comer en un restaurante unos buenos bistecs, se van a dar un paseo en coche, tienen un encontronazo con unos individuos en una gasolinera y se lanzan a una carrera persecutoria con tan mala pata que atropellan a un perro de unos psicópatas caníbales vestidos con chupas de cuero.

Butcher Boys -Boneboys- (ídem, 2012) no tiene ni pies ni cabeza, sus directores, Duane Graves y Justin Meeks (que ya han hecho más de un trabajo juntos, como The Wild Man of the Navidad), se dedican a poner planos de la Luna cada dos por tres y otros cuantos planos aéreos de la ciudad, el resto del film es ver a los personajes (sobre todo al de Ali Faulkner) intentando huir de unos desconocidos con aviesas intenciones, algunos cameos injustificados de tipos (y tipas) que no me suenan de nada, y todo ello sin que uno sepa en ningún momento a dónde quieren ir. Porque simplemente todo es tan absurdo que llega al ridículo estrafalario (momentazo cuando la protagonista se esconde en una especie de estancia, dentro un edificio semi-abandonado, ¡y resulta que es todo un polvorín repleto de dinamita!), sobre todo porque no nos encontramos con un film que no se tome en serio a sí mismo, sino que está convencido de que lo que cuenta es trascendental, incluso citan a Jonathan Swift (al inicio del film, y en una esquina de una calle hay un local con el nombre del escritor... de hecho ¡se inspiran en una de sus novelas!), tornándose por dichas ínfulas en un film pretencioso de verdad. Es obvio su mensaje pro-vegano, de hecho la única superviviente del film es, precisamente, la que no come carne, pero es una historia tan mal contada, con un montaje tan nefasto, que más que a la reflexión invita al reposo (se contaron por decenas las personas que salieron de la sala).

En conclusión, que Butcher Boys es un monumento anticinematográfico, solo apto para fanáticos de las películas malas que pretenden ser buenas.


LO MEJOR:
-Las tetas de Karrie Cox.

LO PEOR:
-Todo lo demás.

¿Quién debería verla?
Si eres masoquista... (¿Yo lo soy?)

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