Hace meses que la vi, pero es hoy (24 de octubre de 2012, para ser exactos) cuando me ha dado por escribir una reseña del fenómeno cinematográfico gabacho del año, una película que ha arrasado en el país galo y allá por donde ha pasado, y aquí en España no ha sido la excepción, manteniéndose durante más de treinta semanas en cartel.
Como sabréis, Intocable (Intouchables, 2011) narra la historia, basándose además en una real, de Phillippe, un hombre adinerado que tras un accidente se queda tetraplégico. Como es lógico se convierte en una persona huraña y amargada, que odia entre todas las cosas que lo traten continuamente con condescendencia, así como que aquellos que contrata para que se encarguen de sus cuidados (obviamente necesita ayuda para casi todo) lo hagan de forma clínica; así que cuando le hace una entrevista a Driss, un inmigrante que lo único que quiere es que le firme los papeles para seguir cobrando el paro, le llama inmediatamente la atención su descaro y falta de tacto.
Si hay que buscar una razón principal para su éxito, no cabe duda de que es gracias a la química que desprenden la pareja protagonista. Ambos son la gran baza del film, y muy especialmente la espontaneidad y sinceridad de Omar Sy (X-Men: Días del futuro pasado, Micmacs), sin por ello quitar méritos a François Cluzet (French Kiss), cuyo papel no es más sencillo que el de su compañero de reparto. Son ellos y un guion que no cae en paternalismos, con mucho sentido del humor y no pocas dosis de drama, los que sustentan un film cuyo realizadores hacen un trabajo casi impecable, pero que para quien esto escribe tampoco supuso ningún tipo de catarsis, más bien hizo que me preguntara el porqué de tanta algarabía (de ahí que comience el párrafo intentando encontrar la respuesta).
Dramas de la línea de Intocable hay más de uno, pero, quizá, el film de Olivier Nakache y Eric Toledano (que tienen por costumbre trabajar juntos) haya conseguido más que ninguno hallar un equilibrio que encandilase al público. Desde luego han realizado un film muy divertido con escenas llenas de humor y ternura, casi toda la cinta resulta un buen divertimento, pero en líneas generales no sé si calificarla como un poco blanda (he de admitir que juega en contra el tiempo que ha pasado desde que la vi), aunque es bien cierto que nunca llega a ser ñoña como he apuntado arriba (si la hubiese dirigido Spielberg lo mismo habría sido así). A pesar de los detalles que apunto, y que no mantiene el interés durante todo su metraje (lo que es a mí hubo una parte que me cansó un poco), es un film que merece la pena ver, que nos deja con buenas sensaciones una vez aparecen los créditos finales.
LO MEJOR:
-La pareja protagonista.
-Una buena realización y un buen guion.
-Que no se parezca a Mar adentro.
LO PEOR:
-No tiene muchos peros, salvo algún bajón de ritmo y poco más.
¿Quién debería verla?
A quien guste las historias de amistades improbables y de superación personal.
¿Y quién no?
Realmente pienso que todo tipo de público puede pasarlo bien con esta cinta.
2 comentarios:
A mi personalmente me gustó mucho, tanto por la química que mencionas de los personajes principales como por la amabilidad de la obra.
Precisamente en esa amabilidad, creo yo, reside el secreto de su éxito. Y ciertamente es una peli la mar de disfrutable.
Gracias por comentar ^^
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