Año 2029, John Connor envía a Kyle Reese a 1984 para que proteja a Sarah Connor, pero cuando lo hace las cosas no son como se supone que deberían de ser.
Desde que James Cameron estrenara la que fue la película más cara de la historia, Terminator 2: El juicio final, se han producido dos filmes que la intentaban continuar sin lograr unos resultados óptimos tanto en lo que se refiere a la taquilla como artísticamente, así como una serie, centrada en el personaje de Sarah Connor, que se mantuvo poco tiempo en antena. A pesar de ello, nunca han dejado de sonar rumores para un relanzamiento de la franquicia en forma de otro filme, secuela directa o no de las anteriores. Y, hete aquí, que Alan Taylor (Mi Napoleón) ha tenido el honor, o puede que infortunio, de ser el encargado de intentarlo de nuevo.
Porque, dejémoslo claro desde el principio, reflotar una saga con miles de seguidores en todo el mundo es una oportunidad pero también puede suponer una tumba si no se obtienen los resultados deseados (sobre todo en taquilla), y si bien Alan Taylor demostró con su anterior filme, Thor: El mundo oscuro, que podía sobradamente con grandes producciones, no es lo mismo encargarse de una secuela de un film de superhéroes que de revivir un personaje de culto.
Empezar no empieza mal del todo, con una voz en off muy propia de la saga, presentándonos a dos de los personajes principales, John Connor y Kyle Reese, para que después este último regrese al pasado y se nos muestre, plano a plano, el principio de Terminator, para luego, llegado un momento, empezar a cambiar la historia... Esto es, que tenemos todo un comienzo-homenaje para después ir introduciendo cambios o, lo que es lo mismo, ir reseteando la saga, que al fin y al cabo es lo que han buscado los guionistas (Laeta Kalogridis y Patrick Lussier) y los productores del invento, pues la idea es realizar una trilogía.
La cosa es que los viajes temporales (como ya hizo J.J. Abrams con Star Trek) son un buen recurso (sobre todo en una saga que va de ello..., entre otras cosas) para rehacer el pasado y el futuro de la misma, puesto que hay infinitas líneas temporales e infinitas posibilidades, y a este respecto pienso que han tenido aciertos como el enfrentamiento de los dos T-800 y la aparición del T-1000 (aunque desaparece relativamente pronto del mapa), y el hecho de que Schwarzenegger esté de nuevo ahí como un Terminator viejuno. Sin duda es el mayor acierto a mi parecer, pero eso es algo que comentaré en el siguiente párrafo.
Porque no cabe duda de que hay rostros conocidos entre el reparto, ahí está Emilia Clarke (Juego de Tronos) como Sarah Connor, Jason Clarke (El amanecer del planeta de los simios) como el rebelde y salvador de la humanidad John Connor, Jai Courtney (Divergente, La jungla: Un buen día para morir) como el padre del salvador, J. K. Simmons (Whiplash) como el poli al que nadie cree; estando ahí hasta el penúltimo Doctor Who, Matt Smith. Nadie pone en duda que sean intérpretes con talento, pero no terminan de encajar con sus personajes, Emilia Clarke no pega como una chica dura, el rostro de Jason Clarke no encaja con el de Connor, Jai Courtney... Ha habido un gran error de casting, del que se salva Arnold Schwarzenegger porque tiene al personaje más que controlado, y también porque es el que aporta más notas de humor no solo a costa de su decadencia (no olvidemos que, al fin y al cabo, este señor está en la tercera edad) sino con puntos típicos del personaje como la sonrisa; lo cierto es que ha sabido imprimirle humanidad al T-800, y al menos a mí me ha engatusado. Personalmente también me ha convencido Byung-hun Lee (Encontré al diablo) como el nuevo T-1000.
En definitiva, Terminator Génesis (Terminator Genisys, 2015) es una entretenida cinta que tiene momentos lúcidos, que resulta amena durante todo su metraje, que tiene un sano sentido del humor, pero que gran parte de su elenco es errado. Lo mismo hay suerte y este mismo reparto nos logra convencer en futuras secuelas (si las hay), pero si no es así está claro que esta anunciada nueva trilogia tendrá que arrastrar una pesada losa que, en el peor de los casos, la convierta en otro intento fallido.
LO MEJOR:
-Un Arnold Schwarzenegger que se ríe más que nunca de su personaje.
-El inicio, todo un homenaje al film original, a la par que una reescritura del pasado de la franquicia.
-El sentido del humor, las secuencias de acción.
-El tema principal, de toda la vida, de la banda sonora.
LO PEOR:
-Un casting a todas luces defectuoso, se salva, obviamente, el viejo, pero no obsoleto, Chuache.
-Se echa de menos la voz de Constantino Romero (en la versión doblada, obviamente).
¿Quién debería verla?
Los que gusten de la franquicia creada por James Cameron, así como cualquiera que busque una película de acción para pasar el rato.
¿Y quién no?
Quien no trague a Schwarzenegger.
Atención:
Que hay escena postcréditos.
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