Jodie Foster, la maravillosa Clarice de El silencio de los corderos y la pequeña Iris de Taxi driver, dirige el que es su tercer largometraje y, de paso, se vuelve a reunir delante de las cámaras con Mel Gibson (Braveheart, Al límite) tras el western cómico Maverick. En esta ocasión el salvaje oeste les queda lejos ya que nos encontramos en la época actual, donde un matrimonio está en plena crisis debido a la depresión en la que lleva sumido el marido, Walter, desde hace años, hasta que un día se encuentra un marioneta con forma de castor con el que, como escapatoria de su situación, creará una especie de alter ego que le empujará a salir de la apatía. Aunque claro, todo tiene su precio.
Cuando vi por primera vez el tráiler de El castor (The Beaver, 2011) pensé que ya quedaban pocas cosas por inventar, eso, y que era un trabajo cuanto menos original y arriesgado; a todo ello había que sumarle que su protagonista es uno de los actores y directores que más admiro, por lo que no tardé en apuntármela para verla en cuanto se estrenara. Y unos pocos días después de su estreno, la misma semana donde sufrí con el visionado de la última de Piratas del Caribe, fui raudo a una sala en versión original (muy importante verla en V.O.S.) y salí de la misma con una agradable sensación y ganas de pensar sobre la vida.
Porque al fin y al cabo, de lo que va El castor es sobre eso, sobre la vida, sobre cómo nos enfrentamos a ella (o, como el protagonista de esta película, huimos de ella), nos escondemos tras una máscara de aparente felicidad, pero que en el fondo buena parte de nosotros sólo arrastra insatisfacciones y pesares que nos guardamos muy adentro; pero puede llegar el momento que, como a Walter Black, se rompa la caja donde metemos todo y la amargura nos invada por completo. En el caso que nos ocupa halla una escapatoria a través de un personaje ficticio que lo aleja de algún modo de la realidad y por lo tanto de posibles “daños”, pero, como todo, a medida que avanza la trama se ve lo que le puede costar.
Acompañando a un magnífico Mel Gibson (y al castor), está por supuesto la mencionada Jodie Foster, a la que pronto veremos en una peli de Roman Polanski; también la guapísima Jennifer Lawrence, jovencísima actriz que se come la pantalla ella solita, y que triunfó hace bien poco con otro film independiente como es Winter's Bone y que ahora mismito está triunfando con la nueva de X-Men; y como hijos del matrimonio está Anton Yelchin, al que puede que recordéis por las nada indies Terminator Salvation y Star Trek, y el niño pequeño es Zachary Booth, que a pesar de que no destaca tampoco lo hace nada mal.
El castor es una cinta que te deja grandes sensaciones. Es un drama con mucho humor y mucha reflexión, con buenas interpretaciones, un guión muy bien llevado a cabo y una dirección notable. Una recomendable elección dentro de la saturada cartelera.
LO MEJOR:
-El reparto, encabezado por un gran Mel Gibson y seguido por Jodie Foster, Jennifer Lawrence y Anton Yelchin.
-Que a pesar de los problemas (ya se sabe, las polémicas de Gibson) se haya estrenado.
Cuando vi por primera vez el tráiler de El castor (The Beaver, 2011) pensé que ya quedaban pocas cosas por inventar, eso, y que era un trabajo cuanto menos original y arriesgado; a todo ello había que sumarle que su protagonista es uno de los actores y directores que más admiro, por lo que no tardé en apuntármela para verla en cuanto se estrenara. Y unos pocos días después de su estreno, la misma semana donde sufrí con el visionado de la última de Piratas del Caribe, fui raudo a una sala en versión original (muy importante verla en V.O.S.) y salí de la misma con una agradable sensación y ganas de pensar sobre la vida.
Porque al fin y al cabo, de lo que va El castor es sobre eso, sobre la vida, sobre cómo nos enfrentamos a ella (o, como el protagonista de esta película, huimos de ella), nos escondemos tras una máscara de aparente felicidad, pero que en el fondo buena parte de nosotros sólo arrastra insatisfacciones y pesares que nos guardamos muy adentro; pero puede llegar el momento que, como a Walter Black, se rompa la caja donde metemos todo y la amargura nos invada por completo. En el caso que nos ocupa halla una escapatoria a través de un personaje ficticio que lo aleja de algún modo de la realidad y por lo tanto de posibles “daños”, pero, como todo, a medida que avanza la trama se ve lo que le puede costar.
Acompañando a un magnífico Mel Gibson (y al castor), está por supuesto la mencionada Jodie Foster, a la que pronto veremos en una peli de Roman Polanski; también la guapísima Jennifer Lawrence, jovencísima actriz que se come la pantalla ella solita, y que triunfó hace bien poco con otro film independiente como es Winter's Bone y que ahora mismito está triunfando con la nueva de X-Men; y como hijos del matrimonio está Anton Yelchin, al que puede que recordéis por las nada indies Terminator Salvation y Star Trek, y el niño pequeño es Zachary Booth, que a pesar de que no destaca tampoco lo hace nada mal.
El castor es una cinta que te deja grandes sensaciones. Es un drama con mucho humor y mucha reflexión, con buenas interpretaciones, un guión muy bien llevado a cabo y una dirección notable. Una recomendable elección dentro de la saturada cartelera.
LO MEJOR:
-El reparto, encabezado por un gran Mel Gibson y seguido por Jodie Foster, Jennifer Lawrence y Anton Yelchin.
-Que a pesar de los problemas (ya se sabe, las polémicas de Gibson) se haya estrenado.
-El sentido del humor.
LO PEOR:
-La insonorización de los cines Yelmo Ideal (o al menos de su sala 7).
¿Quién debería verla?
Si quieres ver una película peculiar y diferente, que te deja al finalizar una gran sensación, pensando.
LO PEOR:
-La insonorización de los cines Yelmo Ideal (o al menos de su sala 7).
¿Quién debería verla?
Si quieres ver una película peculiar y diferente, que te deja al finalizar una gran sensación, pensando.
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