Un día de furia

Estoy cabreado, notablemente cabreado. Cabreado con mis compañeros, cabreado con el trabajo, cabreado con mis "psicológicamente inestables" amigos, estoy cabreado con Zapatero, con Rajoy y Llamazares (¿y ese quién es?), enfadado con los nacionalistas y todos los gobiernos del mundo, con los integristas de todo tipo, con los hipócritas que van diciendo una cosa y haciendo otra, con las petroleras y sus maravillosos "bio"combustibles, los bancos, las farmacéuticas y todas las corporaciones multinacionales; con los mercenarios, con las guerras, estoy cabreado hasta conmigo mismo. Estoy cabreado con todo el mundo, con el Mundo.

No tengo nada que ganar, estando enfadado no lograré nada, ¿pero podría ser de otro modo? ¿Acaso no puedo enfadarme con este apestoso mundo? Un mundo que deja que millones de personas vivan en la miseria, sin nada que llevarse a la boca, sin nada que ponerse, sin medicamentos para curar sus enfermedades, un mundo en el que viven unos pocos en la más odiosa y asquerosa de las opulencias. Estamos podridos de objetos que no sirven para nada, que no nos son necesarios, objetos que pagamos a precio de oro y que en su mayoría están fabricados en países lejanos y cuyos obreros cobran una mierda, estando en situación de esclavitud o semiesclavitud. Explotamos a las personas de dichos países así como sus recursos naturales impúdicamente, en muchas ocasiones sin ser conscientes de ello, pues hay muchos idiotas que piensan que con sus actos, con sus compras, no afectan negativamente a nadie, cuando una simple elección puede significar el cargarte un bosque o esclavizar varias vidas.

Erradicamos pueblos y culturas, selvas y montañas, ríos y mares, extinguimos especies a diario, nos matamos entre nosotros en guerras absurdas cuya razón de fondo no es más que conseguir más poder y dinero, hacemos cualquier cosa con tal de saciar nuestro voraz apetito consumista, nos importa una mierda las consecuencias que ello puede ocasionar, y mucho menos les importa a los empresarios responsables de la venta de estos productos...

Estoy cabreado con esas entidades que se dedican a sacar tajada con nuestros ahorros y encima nos cobran por ello, esas entidades que son las principales causantes de la situación de crisis mundial, esas entidades cuya mayor obra social es pagar las vacaciones a sus directivos con dinero publico, pagar multimillonarias indemnizaciones a dichos directivos y especular y especular hasta estar tan sebosos de dinero que provocan una explosión tan enorme que salpican con sus propios excrementos a la gente de a pie, y encima son éstos los que tienen que limpiarla... volviendo a pagar a los bancos, los mayores ladrones que existen, para que no se vayan a la quiebra...

Este mundo es una mierda, el mundo, el sistema que hemos creado, el famoso sistema autorregulable, el capitalismo más exacerbado, un sistema que sólo se basa en que la gente consuma y consuma, que sólo piensa en el beneficio máximo, un sistema que nos hace creer que menos beneficios son pérdidas, un sistema que sólo favorece a los ricachones, un sistema que está podrido por dentro, que apesta pero cuyo hedor no olemos, puesto que nosotros mismos olemos igual.

Lo malo es que quizás esto sea sólo una pataleta, que cuando pase dos días se me olvide que estaba enfadado, que siga mi vida sin reflexionar en los momentos que deba tomar decisiones, que viva complacientemente en la más absurda de las ignorancias. Eso es algo que sólo el tiempo lo dirá.

18 de octubre de 2008, Algún Lugar del Mundo