Hugo es un niño que vive en la estación de tren de París procurando pasar totalmente desapercibido, y a la vez intenta resolver un secreto que su padre le dejó en forma de autómata.
El hecho de que Martin Scorsese (Shutter Island, Casino) se pasara al cine familiar cogió a muchos desprevenidos. Yo acogí el hecho de forma fría, simplemente porque La invención de Hugo (Hugo, 2011) no me inspiró desde el principio ni la más mínima curiosidad, ni siquiera cuando sacaron el primer tráiler, si finalmente decidí verla no fue por otra cosa que por los buenos comentarios que despertaba allá por donde pasaba, amén de que Scorsese ganó el Globo de Oro a la mejor dirección y en la ceremonia de los Oscar se llevó cinco estatuillas de las llamadas "menores". Así que pensé que si todo el mundo habla bien de ella algo tiene que tener.
Escrita por John Logan basándose en la novela ilustrada La invención de Hugo Cabret de Brian Selznick, La invención de Hugo es todo un homenaje al séptimo arte, que destaca por su perfección técnica y por un uso inteligente y creativo de las tres dimensiones estereoscópicas, muy por encima en ese último aspecto que la media de filmes estrenados en dicho formato. Y eso es algo que se hace patente desde la primera escena, cuando se nos presenta el escenario donde transcurre la mayor parte de la historia, una estación de tren que, gracias a una gran dirección artística y diseño de producción (además de la consabida tercera dimensión) se convierte en un lugar mágico en el que nos metemos de lleno. Realmente La invención de Hugo no cojea de nada, pero es cierto que el desarrollo de la historia tampoco brilla especialmente, ya que hay alguna parte en la que, al menos yo, tuve la sensación de que el protagonista no hacia otra cosa más que dar paseos de un lado a otro, sin embargo, también hay otros instantes que desprenden una gran pasión por el cine, y son dichos momentos (junto con algún otro más aventurero) los que hacen que su visionado sea todo un placer.
Una película no puede ser totalmente buena si no tiene buenos actores, y en este caso sí que los hay. Asa Butterfield es el niño protagonista, y tiene mucho talento además de unos ojos que absorben todo lo que hay a su alrededor, ha trabajado en filmes como El niño con el pijama de rayas y El hombre lobo, y para el año que viene lo veremos en la esperadísima adaptación de El juego de Ender, solo esperemos que no acabe siendo otro juguete roto de Hollywood; Ben Kingsley es un actor que no necesita presentación, es todo un veterano que también estuvo a las órdenes de Scorsese en su anterior largometraje, además de haber estado en lo créditos de grandes películas que seguro sois capaces de recordar sin necesidad de que las escriba; Chloë Grace Moretz participó en el remake de Déjame entrar, aquí su personaje es una apasionada de los libros y está ansiosa por vivir una aventura, tiene un punto de traviesa y otro de niña repelente; Sacha Baron Cohen sorprende con su interpretación del inspector de la estación, muy comedido teniendo en cuenta las cintas con las que se ha dado a conocer, Ali G anda suelto y Borat, en la última edición de los Oscar le prohibieron la entrada, aún así tuvo tiempo de pasarse por la alfombra roja y dar un poco el cante (y aprovechar de tal modo para promocionar su próxima película: El dictador). Otros integrantes del reparto son el gran Christopher Lee (El señor de los anillos, Star Wars: Episodio II) que a pesar de sus más de 90 años sigue incansable, Emily Mortimer (Lars y una chica de verdad), Jude Law (Contagio), Ray Winstone (Infiltrados) o Richard Grifftihs (Piratas del Caribe: En mareas misteriosas).
La invención de Hugo no es una maravilla de película, pero gracias al sentido homenaje del cine que se hace en ella, el reparto, ciertos momentos aventureros y al perfecto uso de las 3D, sí que es un film destacable y recomendable para ver, a ser posible, en pantalla muy grande.
LO MEJOR:
-El gran trabajo actoral, incluso Sacha Baron Cohen, que está bastante comedido.
-La dirección de Scorsese.
-El magnífico uso de las 3D.
-La banda sonora del siempre genial Howard Shore.
LO PEOR:
-En algún momento tuve la impresión de que el niño solo se dedicaba a dar vueltas de un lado para otro.
¿Quién debería verla?
Amantes del cine y su historia, en La invención de Hugo hay mucho amor por el séptimo arte.
¿Y quién no?
Quizás los seguidores del director que esperan con ansias un tipo de película más adulta.
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